Tomás Terzano Encontró Lo Suyo
Hay visuales que vienen y me pegan a la primera. No sé cómo ponerlo en palabras, pero llegan y no se van. Quedan ahí, en el inconsciente. Resuenan. Aunque quiero que se vayan, siguen ahí. Permanecen.
Quisiera poder revivir esa primer view. Es ese momento de asombro, el que no se repite. Esa capacidad de asombro que cambia, que se transforma en apreciación. Apreciación que incrementa con cada vista. Crece mientras más lo pienso. Es la atención a los detalles, el uso de colores, el ritmo en la historia. ¡El tono! Hay algo que no logro nombrar, pero me persigue. No le dejo ir.
Soy alguien que busca apreciar la narrativa visual, sin importar de dónde venga. Puede ser un cortometraje experimental, una pieza clásica de ese cine dorado latinoamericano, americano e italiano (que tanto se anhela todavía) o una novela. Ya lo he dicho, la ficción puede generar un cambio tangible. Para mí, lo importante es la historia. Lo relevante está en cómo se construyen espacios negativos que nos permitan llenar, como espectadores, ese vacío. Cuando encuentro esa reciprocidad en pantalla, ahí me quedo.
Gravito hacia propuestas que proponen elementos cinematográficos en su propuesta. Proyectos musicales que están decididos a crear una narrativa y sostenerla, ahí estoy. ¿Artistas dispuestos a buscar un equipo de trabajo que esté en la misma página y quiera contar historias, sin importar los medios disponibles? Ahí la diferencia con los que pasan la prueba del tiempo. No todo es dinero, es ingenio y ganas de buscarle la vuelta.
Crecí en una época en donde los vídeos musicales jugaban un papel importante en la mística del artista. Vivía esa experiencia a través de lo que miraba en la TV. Esperaba los estrenos en MTV. Nunca iban a venir aquí, así que tenía que buscar cómo sentir esa emoción. No podía estar buscando contenido cuando quisiera. El internet era muy caro aún, salía una cuenta altísima de teléfono cada mes. No habían tantos sitios disponibles. Suena lejano, pero el principio del nuevo milenio presentó retos para quienes nacimos en los 90s.
Con el paso de los años, un país como el nuestro se nutre del internet. No habría otra manera de encontrar nuevas propuestas. Nadie hace PR aquí. Sale muy caro buscar enganchar a una audiencia que le importa poco o nada si no es algo que suena en la radio o el Top 50 de Spotify. Hay un desinterés por lo independiente. Me entristece, y creo que no soy la única que piensa de esta manera, está comprobado.
No recuerdo cuándo ni cómo llegué a escuchar a Bandalos Chinos, pero llegué y no me fui. Gracias internet. Algo en mí hizo click. Melodías que no podía dejar de tararear, coros que cantaba espontáneamente camino al trabajo y en el trabajo. No me aguantan ya. Es como si la buena onda se pudiera transmitir así, a la distancia. Naturalmente, necesitaba indagar más.
¿Una banda que no era protagonista de sus vídeos? ¿Vídeos que eran tratados como películas? ¿Vídeos consistentes, con su propio lenguaje? No lo podía creer. Había un toque humorístico que me hablaba, directamente. Me enganché, como todo.
Para mi sorpresa, la banda había trabajado con el mismo director, desde el principio. En estos tiempos, la afinidad presentada es atípica. Es confianza pura, de ambas partes. Es apostarle al crecer en conjunto. Esto que veo, no tiene comparación. Quiero entender cómo se puede generar una relación así, que está dispuesta a vivir ese proceso de maduración.
Uno de los responsables detrás del éxito de esta banda es Tomás Terzano, el joven director autodidacta. No hace falta leer mucho acerca de él para entender lo transparente que es. Él afirma que los vídeos no le generan un peso, lo hace porque le gusta. Admiro a alguien que es directo de esa manera. Estoy segura que esto ha permitido crecer porque quienes se acercan ya saben que va a ser fanático del contenido a materializar.
Tomás busca la reinterpretación de la letra, le añade otra posibilidad a la narrativa. Desde sus primeros trabajos se evidencia ese amor por el cine. Los elementos que decide utilizar transpiran esta visión. Hay algo mucho más conceptual, algo que promete. No hay que pasar mucho tiempo viendo lo que ha hecho para entender que este aporte ha sido fundamental para que la banda tenga una propuesta tan sólida.
Sabe cómo trabajar con un set reducido y sacar provecho. Encuentro como hilo conductor esa maximización del espacio para contar una historia. Es como si el presupuesto fuera un condicionante, y le busca dar la vuelta. Para mí, este tipo de impedimentos te obligan a ser creativo y jugar más porque encontrás soluciones, todo el tiempo. Tomás es así, resuelve.
Además, hace de todo un poco, desde el arte de las tapas, visuales, puesta en escena, diseño de luces, edición y montaje. El término director le reduce. El espectador puede asumir que es eso, nada más. Yo, no.
No es poco decir que ideó y dirigió uno de mis vídeos favoritos, de los últimos años: ‘Demasiado‘. Tenía que hablar con él para entender cómo ha sido vivir este crecimiento, casi exponencial. Platicamos acerca del vínculo que tiene con Bandalos Chinos y la importancia del mismo, cómo ha ido encontrando su identidad con el paso de los años, la decisión de quedarse con ellos, el jumper de Adán Jodorwsky, en qué está trabajando, y más, mucho más.
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¿Cómo vas? Con mucho trabajo esta semana, seguro.
Sí, por suerte, con bastante. Estoy con un par de publis y ahí, craneando un par de cositas. Editando una ficción que filmé a principio de año. Eso me tiene contento.
Yo vengo esperando con corto de hace rato. Siento que ya la tenés clara ahí.
¡Re! Es una deuda pendiente que tengo conmigo desde hace mucho tiempo. Es una ficción, como todo lo que hago, es un poco de todo. Está en en postproducción, lleva mucho trabajo. Aprendí a que hay mucho para hacer después, estoy en esa etapa. Son otros tiempos, la verdad que es un placer porque no tengo que hacer screenshots, teasers. Supongo que fantaseo con verla en la pantalla grande. Quiero esperar para festivales.
Tendría que pasar un año para entrar a BAFICI.
Exacto, no tengo ningún apuro. Siempre existe la ansiedad de las redes, de postear. Pero, lleva tanto trabajo que no tengo apuro. Es otro animal, es otro deporte, la ficción. El audio, la mezcla, qué funciona qué no, en dónde cortas, las voces. Estoy aprendiendo un montón, un ‘go back to school’. Mal. Estoy en eso.
Igual, que sos autodidacta. Eso te ayuda.
A veces se vuelve solitario, sin duda. Tenés que sacar fuerzas de lugares que por ahí no tenés. Es confiar. Alimenta en esa confianza de, ‘¿cuántas veces pasaste por ahí?’ Eso de que estabas llorando por la noche, y al día siguiente te das cuenta que no era tan grave. Pasa. Aprendés a que te tenés que mandar las cagadas vos. No tenís que pedir tanto permiso.
Es mucha responsabilidad.
Pero, sos responsable por vos, de alguna manera. Eso está bien. No le voy a adjudicar mi malestar o falta de trabajo a otra persona que no sea yo. Eso no me lo puedo permitir.
Me gusta que vos seás muy vocal con lo que te gusta y por qué hacés lo que hacés. Leí un par de entrevistas que te hicieron, y sos más que claro con que los vídeos no te dan plata.
Exactamente. Más que nada, los hago porque me gusta trabajar con ellos, con los Bandalos. Trabajo con ellos desde siempre. Arrancamos juntos. Medio que no trabajo con tantos músicos. Trabajé con Adán. Vienen todos del mismo palo, hay algo, esa hermandad, esa familia que va evolucionando. Hay confianza.
Es esto del código que tienen, ya saben cómo manejar el tono de la comedia, la fisicalidad. Se entienden muy bien, y eso permite que los vídeos tengan eso.
Se nota que es un vídeo de Bandalos Chinos, de alguna manera. Es esa confianza absoluta. Ellos me van pasando las maquetas como no se las muestran ni a sus managers, y yo ya voy pensando cositas e ideas que pueden disparar. Después, nada, la canción habla de una cosa que por ahí creemos que es más obvio, pero hacemos un vídeo que le dá la vuelta. Hasta para ellos se les re-significa. Así, y viceversa. Una simbiosis hermosa.
¿Cómo sé que estoy viendo hecho por vos?
Supongo que tiene algún guiño al mundo del cine. Tiene un tono de comedia, no se toma en serio. Se anima a mostrarse no en tu esplendor. No tiene miedo a hacer el ridículo. Creo que lo ves, de alguna manera.
Además de esto que decís, yo veo que hay congruencia en el buen uso de los espacios pequeños. El set es este, ¿cómo le sacamos el mayor provecho? Imagino que es cuestión de presupuesto.
Siempre. Es parte de lo que nos hace a nosotros. Siempre encontramos cómo mirar a otro lado. Nunca son las condiciones ideales, nunca. Entonces, ¿qué hacemos para darle la vuelta? Imagínate en una pandemia, el musical fue de los proyectos más complejos que hice en mi vida. Es eso, ante la adversidad, ponerle el hombro y darle la vuelta, darle el twist para verlo en otros ojos. Usar eso a tu favor. Me parece que eso es, usar a nuestro favor lo que nos está presionando para que no lo hagamos.
Precisamente. Te lo decía por ‘Únicos en el Mundo’ de Valdes. Lo vi y pensé en ‘Locke’ de Steven Knight. Tenés a Tom Hardy, solo, hablando por teléfono mientras conduce toda la noche.
Exacto. Y solo eso. Los pibes me dijeron, ‘no tenemos un mango’. Bueno, entonces hay que pensar en una idea mejor. Te fuerza a pensar, a usar la cabeza. Hoy en día es de ‘traigo un vídeo de The Weeknd y tengo tres pesos‘. Entonces, no. ¿Dónde encontrás lo tuyo?
¿Te presentás como director ya? ¿Seguís haciéndolo como artista visual?
Ahora estoy como director porque estoy trabajando para una productora de publicidad. No me gusta atarme tanto a un término. Me parece que somos todos un poco todo. Ya no sé, en realidad. Hay tantos términos y a la gente le gusta agregarse cierta pomposidad.
¿Cómo empezaste a meterte a la escena musical? Argentina tiene la dicha que no importa a dónde vayás del interior, algo está pasando. ¿Cuándo decidiste dar el paso y dejar de ser espectador?
Le venía haciendo las visuales a los Bandalos, les armaba los shows, curaba un poco las luces, siempre hablábamos del set list. Como vos decís, empezamos a viajar al interior, y siempre nos cruzábamos con otra banda. Era de, ‘vos haces esto, vos sos el que hace los vídeos’. Ahí empezás con el crossover. Al principio le hice el vídeo a otros grupos.
No quiero tampoco repartirme entre todas las bandas. Me parece más especial anclarme y poder desarrollar con una.
Que siempre te pasa, el mismo artista trabaja para todas las bandas y todas las tapas se ven iguales. Así como el tipo que trabajó ‘Currents’ para Tame Impala. Más que nada, porque tengo una debilidad por los Bandalos porque somos amigos desde que tenemos 10 años. Pero, esa es la idea. El crossover es porque hay muchas bandas, muy buenas, en Argentina. Hablé con muchas de ellas, hasta que en un momento dije, ‘me quiero anclar con ellos’. De repente aparece alguien, como Adán. Hice uno en súper 8, el año pasado, así re chiquitito. Cositas muy especiales.
Esto demanda tiempo. Tiene que haber algún tipo de involucramiento, de tu parte, para entender qué es lo que hacen y si hay match ahí.
Completamente. Aparte, porque después otra banda te llama y quiere que hagas lo mismo. En realidad, ellos tienen su propia idea. No soy un proveedor. Si soy un proveedor, te paso mi info y lo vemos. Ya el mundo de la música es algo que está cagado a palos, económicamente. Me gusta involucrarme, quiero poner todas mis ideas.
No tengo ganas de que venga alguien y me quiera porque le gustó otro trabajo. Él es quien conoce su música, idea y visión. Tampoco me interesa ser ‘el pibe de las bandas’. Me gusta ser ‘el pibe que sabés que hace los vídeos de Bandalos Chinos y de vez en cuando coquetea con otros’.
Quiero saber más de tu manera de trabajar. ¿Llegás con el storyboard armado, con la rola seleccionada y construyen sobre esto? ¿Te abordan con una idea ya en mente y dás tu input?
Medio que hay un abanico de varios temas que pueden ser los más hiteros. Sobre eso se trabaja. Me bajo los temas al teléfono y camino. Yo camino un montón. Camino con los temas, y de repente aparece una idea. Les mando una nota de voz, a uno o dos. Estratégicamente, porque sé cómo trabajan.
Sé que tengo que hablar con uno, luego otro para que las ideas se encuentren y las lleven. Ellos las trasladan a la banda, les parece que está ok. Directamente, nos encontramos el día del rodaje. No hay ni tratamiento.
Me malcriaron mucho, muy mal criado por ellos. Es el mejor cliente que te puede tocar.
Llegan y de repente les tengo que vestir a todos de viejos, y están ahí. Ellos confían.
Esto que me decís, lo vi desde el primer vídeo, ‘Nunca Estuve Acá’. En primer lugar, son 6 minutos. Era otra época, pero Cande Vetrano y Matías Meyer como protagonistas y un breve cameo de la banda. Ya esto me dice algo de la visión que tenías y la confianza que te dieron a vos para ejecutar.
Completamente. Ellos también tienen esa cabeza donde el ego no está puesto en eso. El mundo de la música es re narciso, re egomaniac. Ellos confían. El vídeo de ‘Demasiado’, con dos personas bailando y ellos en el fondo. ¿Qué haría cualquier otro? Primer plano del cantante, que te enamora. Acá, son una sombra al fondo.
Ellos entienden que lo importante es la música, siempre. No tienen que ser ellos, no hace falta.
Aparte, tenemos una misma visión de a dónde ir, qué estilo trabajar; tenemos el mismo entendimiento de qué busca una banda: el misterio, la mística. Hay algo de eso de que se habla, de lo que se perdió. Antes no sabías todo de todos. Ahora tenés TikTok, Instagram, sabés qué aguita toma, a qué horas se levanta, que si va a correr. ¿En dónde está lo que vos te imaginabas que era esa persona? Hay un poquito de eso. Sabemos más de ellos que de nosotros. Estamos todo el tiempo pendientes de otras cosas.
¿Cómo fue la recepción de este?
Fue muy raro. Estábamos en la época del boom de Vimeo, y el vídeo está filmado con una VHS. Eso también, la confianza de que está en 480, básicamente. Salió en MTV y nunca en MTV pusieron un vídeo en 480. Este lo pusieron.
¿Hicieron algún release party por la premiere?
Ya ni me acuerdo. No hicimos ningún tipo de. Recién estábamos arrancando, era su primer vídeo oficial. Más que nombrar a Cande y Mathias, no hubo mucho.
¿Cómo te fue con esa ansiedad antes del lanzamiento?
A mí me enseñó a lidiar con la expectativa, con esto de, ‘en mi próximo vídeo la rompo toda’, y en verdad no pasa nada. La mayoría de todos mis trabajos los veo ahora y digo, ‘qué boludez, ¿qué hice?’ (risas). Vas a aprendiendo, cada trabajo te enseña algo.
Y que viendo atrás, ya van pasando el millón de reproducciones. ¿Esperabas, en algún momento, llegar a esos números? ¿Muy en el fondo estabas preparado para la posibilidad de que no pasara?
Sin duda. Pienso más en la plata que están poniendo mis amigos para cosas que ellos no saben. La idea la mando en una nota de voz, se cagan de risa, y yo les digo, ‘es tanta plata’. Los días previos estoy, en vez de pensar si le va a ir bien o mal, digo, ‘uf, esto es mucha plata para mis amigos’. Más porque son músicos, y sí, les va bien, pero no siempre fue así. Con el tiempo me reconforta saber que la gente lo sigue viendo, van subiendo de views. Lo importante es la canción, siempre.
Una estética muy distinta en ese entonces también. Colores mucho más fuertes, algo de neón. Vi mucho uso de animación 3D. También trabajaste tapas y visuales a otras bandas. En ese entonces, ¿a qué le decías que sí?
En ese entonces, yo estaba arrancando. Yo probaba de todo. No había encontrado mi voz, mi código, mi estilo. Me dejaba guiar por qué estaba sucediendo y qué le gustaba a la gente. Creo que fui afinando mi búsqueda para ‘Demasiado’; ahí ya digo, ‘hago esto, y por esto hago esto’.
Creo que antes usaba lo que funcionaba. ‘Drive’ era la película del momento. Todo se veía igual. El 3D me ayudó para conocer a mucha gente, poder trabajar otros estilos. Todo mi trabajo tiene mucha postproducción. Entiendo de esos tiempos, entiendo lo que le va a sumar una vez que filmo. Hay toda otra parte que se puede hacer, hay un mundo de posibilidades. Eso está buenísimo. Pero, los primeros años fue búsqueda.
Ese mismo año sale ‘Correr’. Muy abstracto, pop futurista. Creo que la misma música pedía algo así.
Yo tenía mi computadora. De nuevo, la adversidad nos lleva a algo. No conocía a tanta gente en el medio. La única manera de trabajar era con mi computadora. ¿Hay que hacer un vídeo de Bandalos y no tenemos la plata? Bueno, por ahí puedo hacer renders y sacar cosas. Haciendo ‘Correr’ aprendí a crear visuales, personajes, mundos en 3D.
Estuviste en sónar también, con material similar. Vi el afiche y te presentaban como ‘artista digital’. ¿Cómo llegaste a eso? No es cualquier cosa.
Estuve en sónar, armamos un holograma. No tengo los recursos para salir a filmar, pero puedo trabajar con mi computadora. Renders que eran tapas para el single. Subiendo cosas, la gente me fue pidiendo. Ahí se aprende.
‘Dije Tu Nombre’ me parece una re-introducción tuya. Encuentro una idea mucho más pulida, una ejecución mucho más contundente. Salen con afiche, y lo tenés a Peter Lanzani, con ese bigote. ¿Qué cambió desde ese primer vídeo a este?
Ese fue el primer big budget. Ese fue el último que me hizo entender de buscar lo que quería decir. Sí hay algo de la historia, del relato, pero un montón de cosas que estaban pasando en el momento. Inseguridades, eso de querer pegarla en el próximo.
Leo a un equipo más robusto, VFX, foquista, maquillista, vestuarista, etc.
Tuvimos un postproducción de meses, que estuvo buenísimo. Me enseñó, más en lo personal. Cada proyecto me habla más de mí que de lo que sucede después. ¿Qué aprendí haciendo esto? Este fue de, ‘basta de estar mirando todo el tiempo qué pasa’. Cerré Vimeo, cerré todo, para siempre. Encontrá lo tuyo. Sino, nunca vas a estar contento con el resultado.
¿Algo diferente en tu manera de abordar un proyecto así?
Sí, cambié el abordaje. Quise dejar de ser clipero, viñetero, que todo se vaya cortando rápido. ‘¿Qué te gusta a vos? A mí, las pelis. Andá con ese tiempo, con ese ritmo.’ Eso es lo que me va a diferenciar. Por eso ahora vos me decís esto, que mirás un vídeo y sabés que es mío. Fue eso, lo fui encontrando. No puedo trabajar con todo el mundo. Seguramente deben de haber miles de artistas que si yo llevo lo mío, no les va a gustar.
Te diré que ‘Demasiado’ es de mis canciones favoritas. Es esa melancolía inherente. Desde la primera nota ya sé para dónde va. Romanticismo, en su máxima expresión.
Te invita a que rellenes todo lo que le falta. Tiene una simpleza y una vuelta. Habla de las historias, y de repente, no te lo esperabas. Esperás que va a cortar en algún momento y nunca. De repente los soldados tirados en el piso. Esto no debería de funcionar, pero funciona.
¿Fue esta la primera introducción a los subtítulos?
Exacto, fue la primera.
Como espectadora, me encuentro en medio del set, siendo parte de la historia. El tener esos elementos del backstage nos permiten entrar en un mundo de fantasía.
Una rola que sea como una peli. Te invita a que vos juegues, que seas parte.
¿Es este tu vídeo favorito, a la fecha?
Yo creo que sí.
No puedo ni imaginar cómo fue filmar ‘Departamento’. Se van a México, con un elenco mucho más extenso. El tono del vídeo me queda claro.
Filmar en México fue otra aventura. Fue encontrar que teníamos gente en común en Argentina y que confiaran. ¿Hay que hacerlo? Hay que hacerlo, de cualquier manera. De nuevo, abordando los códigos que nos gustan, no tomarse en serio. Cuando llega el primer estribillo, que creés que va a aparecer Goyo y aparece Adán.
¿Adan Jodorowsky con ese jumper? Inesperado, pero bienvenido. ¿También sos específico con el vestuario?
Lo hablamos, pero hay mucha libertad. Adán tenía el clóset más extenso y fino que vi en mi vida. Gigante. Estuvimos un día entero con Goyo y Adán decidiendo. Sacó el jumper y no lo podíamos creer. Lo usa. Es de él.
Hubiera pensado que contrataron estilista, y les presentó opciones. Si es de él, esto lo hace mucho mejor todavía.
Es impresionante.
Hicieron click, se nota.
Él quedó muy contento. También es muy cinéfilo. No le importa hacer el ridículo, lo dá todo. Es un súper actor. Lo tenés que poner en frente de la cámara y ya está. Adán funciona. Ese es un placer. Tiene mucha carrera, algo muy extenso.
Hicieron ‘Paranoia Pop’, un musical. ¿Cómo se deciden por esa vía?
Nosotros nos conocimos con los chicos haciendo musicales. Por eso ‘Demasiado’ significa tanto en nuestra vida. Hacíamos comedia musical donde vivíamos, era nuestra salida artística en ese momento. No va a ser un vivo porque no es en vivo. No va a ser un streaming porque no es en el momento tampoco. No podíamos ponerle película porque no lo es. Pongámosle ‘el musical’, riéndonos. Quedó. Pero, ¿ahora de qué nos disfrazamos?
Argentina está teniendo un resurgimiento de vídeos musicales, esto he notado en los últimos años. He visto cómo han mejorado la manera en la que cuentan una historia. Lo veo con Orco Videos, Lucas Vignale, Gabriel Bosisio. Cada quien con una visión, estética muy distinta, pero tratando el oficio de una manera mucho más enfocada. ¿Por qué crees que esto está pasando ahora?
Con la pandemia, no podés tocar. Tenés que afilar un poco la parte visual. La gente aprende a consumir mejor. Creo que ya pasó un poco el tema del videoclip que tiene diez mil cortes, y no te digo nada. Ya, ¿para qué?
¿A dónde crees que se está moviendo esta parte de la industria? ¿Para mini pelis? ¿Álbumes visuales?
Supongo que con los Bandalos vamos a eso, algo más conceptual, más largo. Cuando tengamos poderes infinitos… todavía tenemos muchas limitaciones. Cuando tengamos más recursos, más plata, más todo, supongo que viene una película entera. No sabría decirte qué planes. No me animo.
¿En qué estás trabajando ahora? ¿Qué tanto me podés contar?
Estoy trabajando en una ficción que filmé en enero, mía. Es mi primer corto. Después con muchas cosas de publicidad, laburo para pagar el alquiler. Empezar a coquetear a dónde vamos a llevar a los Bandalos, el nuevo universo.
¿Qué estás escuchando?
¿Últimamente? Escucho mucho de todo. Siempre lo nuevo con lo que voy a trabajar. Hay un artista, que no te puedo decir ahora, pero también estamos coqueteando con la idea de hacer cositas. En general, siempre escucho lo que estoy trabajando. Si abro Spotify y pongo liked songs, tengo ‘Notorious’ de Duran Duran, ‘Siesta Fresstyle’, de Lewis Ofman, ‘West Los Andes’, proyecto en donde está Dumelefant, también batero de Usted Señalemelo. Un poquito de 1915, Ed Motta. Siempre tengo una afinidad con el west coast. No me puedo quedar en una.
¿Qué hacés cuando no hacés edición, visuales?
Veo pelis. Intento conectar porque este trabajo es muy para adentro. Intento salir y conectar con alguien, cambiar de aire. Te volvés loco.
Si estás enfrente de una puerta, tocás el timbre, ¿quién te abre?
Creo que con Felipe Pigna, es un periodista argentino. No tengo a nadie tan farandulero, tan famous.
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‘Paranoia Pop: El Musical’ se estará transmitiendo, nuevamente, el viernes 23 de abril por Streamtime.