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Review Honesto del Corona Capital Guadalajara

El 2018 debutó el Corona Capital Guadalajara, y fue una edición que desde la revelación de su cartel, se sentía como una versión light del Corona Capital. Desde esa primera edición, el CC Guadalajara ha apostado por la nostalgia, ya que es un factor que funciona bastante bien dentro del contexto de festivales musicales.

Desde esa primera edición, hasta la fecha, hemos visto grandes bandas icónicas encabezar este festival; Blondie, The Killers, David Byrne, Yeah Yeah Yeahs, The Chemical Brothers, The Strokes, Kings of Leon y otros. Dicho esto, sabíamos que la edición de este año seguiría la misma línea y tendría actos similares, y sobre todo mucha nostalgia musical.

El cartel de este año fue revelado y varios actos saltaron a nuestra atención de forma inmediata (a excepción de los headliners del primer día). Y esto nos hizo sentir ese sentimiento de querer vivir la experiencia de festival otra vez. Los actos que nos llamaron la atención de forma inmediata fueron: IDLES, Helado Negro, My Morning Jacket, Hermanos Gutierrez, Widowspeak, Bloc Party, Bright Eyes, Regina Spektor y Blonde Redhead, y por supuesto los headliners del segundo día; Interpol, Pixies y Foals.

Teniendo como marco referencial los Corona Capital en la Ciudad de México y de cómo últimamente la experiencia de estos no ha sido tan gratificante, desde la compra de boletos hasta el estar con un cuarto de millón de personas en el mismo festival. Decidimos ir y experimentar por nosotros mismos la experiencia Corona Capital Guadalajara.

El Corona Capital Guadalajara tenía como sede el Valle VFG, aproximadamente a una hora de camino desde donde nos estábamos quedando, lo que hizo que el beneficio TICKET2RIDE (9 dólares aprox. Ida y vuelta por día) fuera uno de los mejores servicios que ofreció el festival. Llegando al venue, logramos entrar al festival y nuestra primera sorpresa era lo espaciado que estaba todo y la facilidad de caminar por todo el festival sin dificultad y sin luchar con mares de personas. Llegamos al primer stage y esto fue lo que vimos:

El primer acto que realmente queríamos ver porque nos gusta mucho fue a Roberto Carlos Lange, mejor conocido como Helado Negro. Un show a plena luz del sol de la tarde, con un ambiente bastante amigable y gentil por parte de todos los que estábamos disfrutando de ver a Helado. Seguimos con otro de los actos que nos emocionaba mucho, el show de los hermanos ecuatorianos-suizos, Hermanos Gutiérrez.

Fotos por Mayté Oliva

La nostalgia comenzó con Sugar Ray y su espíritu californiano noventero. La banda contagió a todo el público que estaba en el Kia Stage (escenario mediano) mientras amenizaban con sus hits noventeros y un popurrí de éxitos de la década que iban desde sus propias canciones hasta fragmentos de canciones de los Backstreet Boys.

Entrando la tarde, estuvimos esperando por uno de los actos que nos hizo ir al festival: My Morning Jacket. Está de más decir que la emoción de ver a Jim James y compañía no había disminuido, a pesar de que los habíamos visto una noche anterior en su concierto en Guanamor Teatro Studio junto a Costa de Ámbar, y que habíamos gritado, llorado, sollozado, suspirado y cantado todo lo que pudimos con el setlist de esa noche, lo hicimos de nuevo. La banda oriunda de Louisville, Kentucky, tuvo uno de los sets más impecables y mejor ejecutados de todo el festival.

Foto por Mayté Oliva

Terminamos el primer día del festival viendo a Bloc Party. Banda que a pesar de no ser headliner en el cartel, fue la encargada de cerrar el Kia Stage. Un set bastante dinámico y juguetón y con una energía que se enganchó con la energía del mismo público; especialmente durante sus himnos “This Modern Love”, “Helicopter” y “Banquet”.

 

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Llegó el segundo día, el más caluroso y esperado por nosotros. Llegamos de nuevo al Kia Stage que fue el escenario que tenía la mayoría de actos que nosotros queríamos ver. Comenzamos con Widowspeak, una atmósfera etérea y llena de capas de dream pop sofisticado que realmente no hizo match con la temperatura ni el horario que se sentía en el escenario, fue uno de los actos que no se apreció por la hora. Seguido de ellos, los icónicos y legendarios Blonde Redhead comenzaron a tocar, pero todo se vino de mal en peor, el sonido del stage estaba fallando mucho, lo cual hizo que la banda cortara sus canciones y tuviera que improvisar un setlist en ese momento con el poco tiempo y sonido que se les estaba proporcionando. El stage estaba lleno de fans que no dejaron de apoyarlos y darles palabras de aliento, a pesar de que su set fue prácticamente arruinado por el sonido.

Foto por Mayté Oliva

Aquí fue donde todo comenzó a fallar en el Kia Stage. Luego del atraso y problemas de Blonde Redhead, se apareció también con atraso el polémico colectivo ruso punk; Pussy Riot. Liderado por Nadezhda Tolokónnikova quien comenzó con un show bastante evocativo y sugestivo, para deterno y darle paso a Wendy Moira quien tomó una gran parte del show para dar un discurso acompañado de un material audiovisual de Pussy Riot x LASTESIS donde abordaban el tema del maltrato policial, patriarcal y gubernamental en México y Chile. Luego de esto, el show de Pussy Riot fue cortado y Nadya tuvo que bajar de escenario, no sin antes ser apoyada por todos los fans del colectivo que estaban descontentos y molestos por la cancelación del set.

Foto por Mayté Oliva

El tiempo seguía pasando y el set de IDLES se fue atrasando de igual forma, siendo este uno de los shows más esperados de todo el festival y también por nosotros. En cuanto salió la banda al escenario, el público se volvió loco, era de esperar una euforia colectiva bastante brutal y amistosa como es de costumbre en los shows de IDLES. “Colossus” comenzó a sonar y todo estalló a tal punto que Lee Kiernan (guitarrista) se tiró a la audiencia en tan solo la primera canción del set. Hubo una energía colectiva de felicidad y entusiasmo intenso por parte de todos los fans. Sin embargo, en comparación a otros shows de IDLES a los que hemos asistido, se sentía cierta molestia por parte de Joe Talbot lo cual era bastante evidente e hizo que el show se sintiera bastante apresurado y corto. No se sintió conexión de parte de Joe con el público, más allá de decir un par de palabras en español. Pero a pesar de esto, fue uno de los shows más disfrutados y memorables del festival.

Fotos por Mayté Oliva

Nos quedamos esperando en el mismo escenario a FOALS, unos de los favoritos de la noche y uno de los shows también más esperados por sus fans de hueso colorado, ya que estaría de nuevo en la alineación Walter Gervers (bajista) quien había dejado a la banda en 2017.  Un show lleno de felicidad, bailes y gritos hasta decir ya no. Luego de ver a FOALS, corrimos al escenario principal para ver a Interpol. No importa cuantas veces la banda neoyorkina quiera tocar en México, nosotros siempre los querremos ver. 

Interpol tocó un set impecable donde repasó toda su carrera, desde su gran y majestuoso “Turn On The Bright Lights” hasta canciones de su más reciente material discográfico “The Other Side of Make-Believe”. Un show impecable, elegante y preciso. Un show con un set perfecto.

Foto por Mayté Oliva

Terminamos la noche esperando a Regina Spektor. Para nuestra sorpresa, el escenario ya estaba lleno de fans que estaban esperando ver a Regina desde hace mucho tiempo ya. A pesar de haber sido en un festival, y ser ella quien debía cerrar el Kia Stage, el set de Regina se sintió sumamente íntimo y personal. No se sentían vibras de festival, sino de un concierto pequeño y privado. Regina recorrió su carrera y se tomó el tiempo entre canciones para expresar su emoción por la cantidad de gente que estaba viéndola, a tal punto que agradeció con sus ojos a punto de soltar lágrimas. Un set lleno de calidez y sentimiento. 

Foto por Mayté Oliva

Reflexión: 

Estos últimos años nos hemos visto saturados de un sin fin de festivales cada vez más grandes, más ambiciosos y con actos cada vez más increíbles de ver en un cartel. A nivel latinoamericano, la competencia es enorme y esta sobre exposición de música en vivo ha ido cambiando, a tal punto que los eventos dejan de ser una experiencia agradable y disfrutable en su totalidad. Y más que eso, muchas veces se ha vuelto una situación sofocante en la cual esta historia de nunca acabar de las boleterías con su juego de preventas sospechosas hacen que la dificultad aumente para experiencia del consumidor final; el melomano.

Esto ha hecho que se pierda credibilidad o se tenga menos fe en algunos festivales que en otros, y que las ganas de gastar e invertir tiempo en hacer toda la travesía a uno de estos eventos disminuya, especialmente si uno viaja de otra ciudad o país. Sin embargo, nosotros como medio de comunicación independiente recomendamos genuinamente la experiencia Corona Capital Guadalajara. Nos hizo sentir lo que realmente se debe de sentir en un festival: alegría.

 

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Julio Adelso

Soy tan fanático de todo.

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