Entrevistas

Lenguaje musical, retrospectiva y conceptos sonoros: Entrevista con Dina Ramírez

Uno de los momentos musicales que más me ha marcado fue cuando en 2018 escuché a Dina Ramírez por primera vez. Es difícil explicar lo que sentí al escuchar Conde Daniel (su primer material discográfico) e intentar comprender que había sido un álbum hecho en Guatemala. Su trabajo es esa presea que uno desea que todo mundo conozca y aprecie. Un verdadero tesoro nacional que todos deberían de escuchar.

Actualmente, Dina cuenta con una discografía bastante sólida conformada por tres álbumes; Conde Daniel (2018), 1715 (2019), Tres Caras (2021) y un cuarto material en camino. 

Dina está cocinando este cuarto material discográfico y para ello, nos prepara un gran show este jueves 1.º de junio del año actual en Guardabarranco. Previo al concierto, nos reunimos Ramírez para platicar un poco de su carrera, conceptos sonoros abordados en su trabajo y el lenguaje del jazz.

 

¿#AQuéSuena Dina Ramírez?

No podría responderte con tres palabras. Con cada disco es una búsqueda de ese sonido. Pero te puedo decir que Dina Ramírez siempre va a buscar algo que pueda transmitir y decir en concreto. Ya sea con un álbum, con alguna publicación o con algún video. Suena a algo que yo pueda y quiera expresar.

Tiene mucho sentido eso que decís, ya que en tu música no hay una letra que pueda sesgar hacia un sentimiento, cada escucha le dará una propia interpretación y sentido dependiendo de su estado de ánimo.

Es correcto.

Y hablando de estas escuchas, yo recuerdo lo que sentí cuando escuché por primera vez Conde Daniel, tu álbum debut. Viendo en retrospectiva, ¿Qué nos podés contar de ese gran álbum?

Ha sido un camino bastante interesante y de mucho crecimiento personal. Ahora que mencionas ese disco, yo recuerdo estar en otro escenario de mi vida al que estoy ahora. Verlo en retrospectiva es darme cuenta de todos esos cambios y demás esfuerzos.

Darme cuenta de que todo esto no ha sido por obra y gracia del espíritu santo (risas). Es de un constante trabajo, mucha disciplina de levantarme todos los días y estudiar. Ser constante con algo. Verlo en retrospectiva, es eso, un camino que se fue construyendo poco a poco y de mucho trabajo.
Fue un salto, tirarme al agua. Decirme a mí misma: “puedo hacer las cosas”.

 


Me he dado cuenta y sé que a nivel personal, escuchas y disfrutas un sinfín de géneros más que no son jazz. ¿D
ejas entrar a tu cancha de inspiración a estos géneros cuando estás componiendo?

Me gusta eso porque mi saxofonista favorito es Wayne Shorter y cuando vi su carrera y escuché toda su discografía me di cuenta de su versatilidad. Él podía tocar bebop luego pasar a fusión y terminar con free jazz. Ver la evolución de una persona que va cambiando conforme las décadas y todas las corrientes musicales que van naciendo me hace darme cuenta que de así somos los seres humanos. Y yo como música quiero ser así.

Me encanta escuchar el bebop de los años cuarenta y a la gente que lo hace ahora y como lo adaptan actualmente para mí es impresionante.

Me da risa porque a veces debo tocar en frente de gringos y este es su lenguaje. Ellos vieron nacer este género. Y pienso: “yo nací aquí, no allá. No voy a sonar a un Charlie Parker, sonaré a mí”. Este género ha marcado mi vida, lo absorbo y hago una versión propia. 

Foto por Astronartist para El Timbre Suena, 2023

Tocaste un punto bastante importante que es la geografía. Esta puede influir mucho en cómo se interpretan y aprecian los sonidos. ¿Has tenido algún input de puristas del jazz extranjeros? 

Sí, claro, yo los pido (risas). Me ha tocado mucho compartir con músicos que han vivido en el extranjero. Y esto se ve en todo, inclusive en las clases. Te cuento; un saxofonista llamado Bob Reynolds sube sus lecciones y vos decidís cómo ir aprendiendo con el material que él sube y cuando él habla de articulación lo hace con el acento extranjero, entonces cambia y es diferente.

Yo pido consejos y me encantaría y aspiro llegar a esa articulación, se nota en el swing. Es como que mires a un gringo tratando de tocar salsa y pensar “en dónde está el sabor” (risas). 


Es algo que yo puedo adaptar a un lenguaje que conozco.

 

Sabemos que en Guatemala hacer arte es nadar contra la corriente. Ahora sumarle el hacer un género que no es tan consumido, ¿cómo ha sido para ti darte a conocer y encontrar esos espacios?

Yo siempre he dicho que los géneros musicales son como los colores; no podes juzgar a alguien porque le gusta el azul o el café. Y respeto mucho cuando la gente dice: “no me gusta el jazz, no lo entiendo”, eso está bien. Pero también admiro mucho a las personas que sí escuchan jazz, ya que es un género que si al principio no te gusta, va a ser muy difícil que lo podas masticar, digerir, aceptar y disfrutar

Es difícil encontrar personas que disfruten este género, más en esta región. Pero si yo me basara en números, no lo estaría haciendo. Lo hago porque me encanta, y si a la gente le gusta enhorabuena. Mi enfoque musical no lo mido con eso.


Si voy a hacer esto es porque realmente me gusta, no por estar viendo números en Spotify.

 

Foto por Astronartist para El Timbre Suena, 2023

Ya con tres discos contundentes en tu carrera. ¿Crees que es más fácil saber lo que no queres escuchar? 

Sí, definitivamente. Y me está pasando mucho con este cuarto disco que estoy haciendo. Cuando escucho algo que tengo y digo: “no, esto no me gusta” y voy de nuevo. Ya sé más o menos a donde quiero ir. Tengo muy claro ahora lo que no quiero volver a hacer y repetir.

Por ejemplo, en el tercer disco, dejé mucho de lado varias cosas teóricas y técnicas, me dejé llevar mucho por el ritmo y el bajo. Con el segundo disco me dejé llevar por melodías y en este cuarto es algo completamente diferente.

Ahora que tocas el tema de la diferencia de tus discos, algo que siempre me ha gustado es la conceptualización tan diferente de cada uno. Incluís poesía, diseño, diagramación, etc. ¿Cómo llegas a incluir más corrientes artísticas en tus conceptos? 

Sí, esto nace mucho del mismo arte que consumo, de lo que leo, lo que veo y me gusta. Es bien raro de como nace el concepto de cada disco, no tengo a veces como la idea tan concreta. Por ejemplo, con el segundo disco quería que todo fueran números, aunque me dijeron que la gente no iba a reconocer las canciones y yo dije: “no me importa que no las reconozcan, si les gustan las buscarán”.

Con el cuarto disco será un concepto completamente diferente pero, no quiero dar ningún spoiler (risas).


Si estás enfrente de una puerta y tocas el timbre, ¿quién te gustaría que abriera?


¿Tocan el timbre y quien abre la puerta? (risas). La primera persona que vino a mi mente por haberme marcado tanto en lo musical es Wayne Shorter. Cuando me enteré de que murió pasé de luto mucho tiempo. Él ha sido un ejemplo de muchas cosas y lo tengo muy presente.

Wayne Shorter 1933 – 2023

 

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Julio Adelso

Soy tan fanático de todo.

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