Abhir Hathi Lo Explica Todo
Autobiográfico. Circunstancial. Conversacional. Unapologetic. Abhir Hathi no tiene respuestas cortas para dar. El compositor e intérprete originario de Gran Canaria tiene un contexto particular. Esta cualidad inigualable le ha permitido articular el porqué de cada decisión que toma. Es otro el punto de partida.
Un fan de la música primero. Es un amor tangible que se traduce a una ejecución minuciosa en su propio material. Es dejar el pudor y construir desde lo personal. Es generar el mood que nos permite, como audiencia, entrar a su intimidad. Esta apertura necesitaba trasladarse a un formato conceptual. ‘Lazos y Nudos‘, su álbum debut, es la respuesta a todo lo que Abhir está dispuesto a ofrecer como interlocutor.
La complicidad del 922/928 es real. Su círculo cercano de colaboradores le ha permitido llegar a nuevos lugares, salir de lo esperado. El resultado es un sonido pulido, una voz propia y distintiva. Congruencia, de frente. Hablo del tono, el storytelling. A pesar de que son distintos productores involucrados, todo pega. Se identifican los focus tracks, los más poperos. ¡Hay interludios! Es un álbum, como tal. ¿Cuántos más pueden decir que cumplieron con la expectativa del término?
Crítico y cerebral. Abhir Hathi se encuentra cerrando ciclos con la edición deluxe. Hablamos con él acerca de lo que propone, el primer acercamiento con Cruz Cafuné, Tenerife y Canarias, cómo su amor por la música dictamina las decisiones artísticas, la importancia de sus vínculos personales con los artísticos y la necesidad de lanzar un cuerpo de trabajo de esta naturaleza.
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¿#AQuéSuena Abhir Hathi?
No es muy común que se me pregunte. Hay ciertas palabras que ayudan a hacer entender qué es lo que me gusta. Es música con un tono conversacional. Escribo muchas veces desde un punto de vista, ‘estoy hablando contigo o estoy describiendo algo de tú a tú’. Mi forma de generar un ambiente o de setear un tono no es explicándolo sino mencionando cosas específicas que lo componen. Es explicando situaciones que me han pasado, situaciones similares a cosas que me han pasado.
Para mí, que sientas que estás escuchando cómo te hablo, pero que esté cantando es algo que me gusta mucho. Es algo que he aprendido mucho de los gringos. Creo que son los que más quizás me han influenciado de esa forma.
Cuando un artista describe cómo se siente, dónde está, qué está haciendo con cosas específicas, a mí me gusta mucho. Aunque yo no me pueda sentir 100% related a todo lo que dice, convierto todo eso en mío. Kanye tiene una barra muy similar en ‘30 Hours’. Yo lo siento de corazón porque describe una situación en la que conduce de un estado a otro y están a treinta horas, lo que sea, conduciendo. Para mí es lo mismo porque, muchas veces, en relaciones a distancia he tenido que hacer diez horas de viaje para ver a mi pareja.
No me hace falta que sea literalmente mi vida en otras canciones. Yo lo convierto en la mía. Si consigo que la persona que está escuchando haga eso con su vida, me siento super súper feliz, recompensado. Siendo franco, este no es un álbum de números grandes. Pero, ¿ver a quince personas con el logo tatuado a tres meses después de su release? Todavía está recogiendo al espectro de gente que lo escucha. Me hace sentir que lo toman como si fuera suyo. Por eso no tienen miedo a tenerlo en su cuerpo y llevar eso con ellos toda su vida.
Aparte de conversacional es bastante íntimo. Tiene un toque oscuro. Todo lo que hago tiene un trasfondo oscuro, que no tiene por qué ser duro o malo. Sí que es oscuro. Aparte de eso, creo que es bastante melódico. Muchos medios en España lo han descrito como que voy a caballo entre Rap y R&B. Voy tocando los dos palos constantemente. Eso me gusta mucho, son mis dos géneros preferidos. Me considero un artista de ambos.
Es lógico que la música refleje en dónde estás parado, la gente con la que te rodeás. No encuentro cuándo le conocés a Cruz Cafuné.
Fue por Twitter. Al día de hoy, Cruz, Choclock y todos los chicos de Tenerife son mi familia, mis mejores amigos. Yo no soy de Tenerife, yo soy de Gran Canarias. Es una isla que está justo a la derecha, justo al lado. Son las dos islas por las que hay dos provincias dentro de la comunidad canaria. Está Gran Canaria por un lado, es el 928. Está Tenerife (Santa Cruz de Tenerife), el 922. Es bonito que en ese colectivo cercano, en ese círculo cercano y estrecho que tenemos ahí la gente también del 928.
Me encanta ser esa persona de la otra isla, es una cosa muy bonita para mí, muy buena para mí. Triangular entre Gran Canaria, Tenerife y Madrid es muy positivo para mí porque necesito mucho estímulo. Me aburro muy fácilmente. Triangular y estar algunos meses del año me viene muy bien a la cabeza. Es más probable que las revoluciones bajen en mi cabeza, eso a mí no me gusta. Saqué una canción en 2017 que se llama ‘Maradona’, mi primera canción de trap. Fue una de las primeras canciones serias que hice sin estar con todo este grupo de chicos.
La hice con un beat de internet. A él le gustó mucho. Me tiró por Twitter e invitó a Barcelona. En ese momento él vivía ahí con Ellegas y Choclock. Fui a Barcelona, hicimos ‘Miénteme’. Es una canción que funcionó. Nos dimos cuenta de que nos llevamos juntos bastante bien. Volvimos a conectar un año y medio después. Ahí se confirmó que teníamos mucha complicidad. Es una complicidad más allá de la complicidad que yo puedo tener con colaboradores puntuales que me gustan, jodo con ellos y les quiero mucho.
Yo diría que destino no. Hay un par de cosas que pasaron y pasaron en orden para que esto se diera. A lo mejor, si ‘Maradona’ no hubiera molado y él no hubiera salido a tirarme… si yo no hubiera tenido el dinero para pagar el pasaje a Barcelona no hubiera ido y no hubiera pasado. Tampoco creo que sea 100% destino. Se dieron muchas situaciones, pero también fue trabajo duro. En Barcelona linkeamos súper bien. A partir de ahí hemos sido muy amigos. Llegamos a entender que vamos a trabajar juntos como grupos en 2019 cuando yo fui a Tenerife y conocí a todos los chicos.
Entiendo el camp te ayudó a replantear la manera en que tenías que armar un proyecto, importancia de un team. ¿Qué proponías antes de esto? Si no hubieras tenido este soporte, ¿cuál hubiera sido la línea?
Me encantaría saber. Sinceramente, aparte del co-writing, co-producing y el ‘mundo co’ que tenemos, sé que puedo depender, que me pueden llamar para escribir en cualquier momento. Lo haría felizmente. Sé que puedo contar con cinco o seis productores, con los que más me peguen para esta producción. Fuera de eso, me han enseñado a pasármelo bien haciendo música. A pasármelo bien me refiero a cogerlo con relajo.
Te voy a poner un ejemplo súper específico. ‘Galería’ es la última canción que se hizo. Literalmente, se hizo en dos sesiones y media. Fue una primera sesión donde salió el beat y el hook. Una segunda sesión que hice yo solo; solo, sin nadie, en el estudio de Choclock en Tenerife. Ahí escribí el resto de la canción. Una tercera sesión en la que nos vimos, grabé eso que había escrito. Lo pulimos entre todos los chicos y acabamos la producción. Esto es exprés, esto no es normal. Lo normal es que tarde mucho más. ‘Galería’ es una canción que conecté muy rápido y me apetecía hacer una canción así, de ese palo.
Me lo puse entre ceja y ceja y fui a por ellos. En cuestión de diez días estaba el master. Este proceso creo que ilustra muy bien los dos tipos de visiones que yo tengo sobre esto. El primero es pasármelo muy bien. Es emborracharme, hacer un beat todos juntos, sacar un estribillo. Irme a casa contentísimo escuchando ese estribillo en el coche con Choclock. Gozando, ‘tío, acaba de pasar magia’. La otra es mucho más mecánica, ‘vale, tengo que inspirarme, tengo que entrar en un mood, tengo que volver al mood que generamos todos, pero yo solo. Yo solo en este estudio tengo que resolver este verso y escribir el mejor verso posible’.
Muchas veces eso pasa y muchas veces no. Diría que más veces no porque depende del artista; depende de lo mecánico que pueda llegar a ser y de lo fácil que se inspiren. Para mí, llegar a un punto donde recupero el mood y me inspiro de la misma forma no es algo que me suele pasar. En ‘Galería’ sí que me pasó. Quizás es porque fue todo muy rápido. Los jugos seguían fluyendo. Cuando me senté para escribir el verso entero ya habían pasado dos o tres días desde que hicimos el estribillo, pero tenía super fresco. De una, en una hora lo mandé.
Aquí se ve que, por una parte, voy al estudio súper relajado, ‘venga, vamos a hacer algo. Vamos a hacer una canción para mí, quiero que tenga este tipo de mood, drums, quiero que sea así con las barras’. La otra, ‘vale, tienes todo el canvas a medio pintar y tienes que acabarlo lo mejor que puedas. Concéntrate y da lo mejor de ti. Clávala’.
Creo que esa sensación de relajo que yo tengo cuando tengo que afrontar un challenge o tengo que rellenar algo. Tengo que crear una canción de cierto tipo porque me apetece y esa dependencia que puedo tener con mi círculo de trabajo, que no quiere decir que sea mala, es súper positiva. A la vez, puedo encerrarme solo y hacer lo que tengo que hacer.
Probablemente, si no hubiera conocido ese círculo y trabajara con productores más puntualmente y no en grupo, sonaría más estricto. Ojalá lo pudiera saber, pero no tengo ni idea porque no es una línea de realidad que estamos generando ahora. Seguramente lo pasaría menos bien (risas).
‘Marea Baja’ es una buena reintroducción. Ya te presentás con un sonido mucho más pulido. Veo créditos y la complicidad está. ¿Es un preámbulo de ‘Lazos y Nudos’? ¿Lo pensás en esos términos?
Podría quedar como de súper visionario y tal, pero no. ‘Marea Baja’ es mi carta de presentación, mi mini carta de presentación. ‘Lazos y Nudos’ es mi primer proyecto serio, en el que considero que demuestro con pocos medios de lo que somos capaces.
‘Marea Baja’ fue encontrarme. ‘Lazos y Nudos’ fue decir, ‘vale, el golpe sobre la mesa, escuchen esta puta mierda. Esto no hay aquí y ojalá les guste’.
Humildemente, enseñando de lo que somos capaces, de lo que soy capaz de transmitir y conducir. Teniendo claro que esto soy yo, no hay otro así. Creo que para lo bueno y lo malo es bastante singular. Para lo malo también porque cuesta entrar en ciertos ciclos, fanbase porque no conecta. A lo mejor es demasiado ‘algo’ o demasiado oscuro, profundo. Eso es una carencia también. Nunca me quedaba 100% satisfecho con algo porque siempre me quedo queriendo poquito más.
Sí que siento que es 100% Abhir. Es muy yo, tiene todas esas facetas. ‘Lazos y Nudos’ nació a finales del año pasado. ‘Marea Baja’ nació todo en el verano del camp, realmente. ‘Lazos y Nudos’ salió porque ya iba con todo mucho más claro.
El término álbum no tiene el mismo peso ni significado de hace un par de años. Sí creo que vos hiciste un trabajo coherente. Hay un tono, storytelling, sonoramente es congruente. Tenés focus tracks, no hay relleno. ¡Hablemos de los Interludios! Es difícil de encontrar eso, sin importar que seas mainstream o no. Dame el thought process.
Antes de nada, soy fan de la música. La razón por la que he intentado toda mi vida y ahora mismo puedo comer de la música es porque yo soy muy fan de la música. Como fan de la música, soy un fan del álbum. Cuando un artista se convierte en mi artista preferido, soy un fan heavy. Quiero saber su historia. Creo que es una buena forma de describirlo. Es por los discos, no es por los singles. Esto no lo digo por alimentar mi respuesta sino porque esto es un hecho.
La mayoría de mis canciones preferidas de mis artistas preferidos son fillers de sus discos. Con fillers no me refiero a malas o menos trabajadas. Me refiero a las canciones que no fueron focus porque no eran radio friendly. Estas eran la expresión al 100% del artista, pero no fue su apuesta para la radio. Quizás era demasiado suyo y muy poco para la masa.
Esos fillers hacen que yo vea el output más natural, más orgánico de esa persona y lo que realmente esa persona quiso hacer fuera de los números. Ahora, los números son muy importantes. Considero que tres de cinco de los singles que lancé son música comercial. Hablo de ‘Reflejos’, ‘Mil Días’ y ‘A Medias Verdades’.
Saqué singles que no lo son, que tienen estructuras raras. Hay combinaciones raras. Tengo una balada con drill como ‘Rodeos’. Una canción que el verso uno y el verso dos están enfocados distintos y tienen duraciones distintas; el estribillo es una frase como ‘perros’. ‘Una Bala Con Mi Nombre’ es una canción que no la propuse como focus y está siendo una de las preferidas. Está conectando mucho con la gente. ‘Puliendo Pakistaní’ es un drumless sin estructura también está conectando mucho.
Lo que me da a entender es que si yo como funk estoy buscando esos artistas que me gustan, entiendo que la gente que me está escuchando ahora y que jode conmigo, que a lo mejor no son millones y millones, ellos también son el tipo de fan que soy yo. Es decir, ellos también están buscando este tipo de contenido. También pueden joder con ‘Mil Días’, una nación de pop. Siento que sí que están ahí por ‘Una Bala’, ‘Puliendo’, ‘Perros’, por ese tipo de cosas.
Esa es mi reflexión sobre si necesitaba hacer un disco. Como soy un fan de discos… ¿por qué iba a lanzar una correa para perros, hacer unidades limitadas y sacar menos beneficios? ¿Por qué sacar menos corte y menos margen cuando puedo sacar solo camisetas de 120 gramos de mierda y hacer mucho dinero? Como fan, no estoy buscando eso. No puedo tener una incongruencia entre mi yo como fan y el músico. No me entra en la cabeza hacer cosas que no haría o que no miraría si yo fuera la persona abriendo el spot y poniéndose la luz. Lo enfoco así. Soy muy exigente y cuando una artista saca un merch de mierda o saca un disco con mucho relleno, soy el primero en quejarse, ‘tío, ¿en serio?’ Intento evitar eso conmigo. Al contrario, es sentir las cosas que he sentido con Frank Ocean, The Weeknd. Sensaciones que perduran, de mucho orgullo y de felicidad cuando empieza un disco y me está gustando. Sinceramente, por el comportamiento del mercado, creo que me pasa menos ahora… ‘DONDA’, ‘Certified Lover Boy’, todas estas cosas que han tenido un hype increíble no me han satisfecho como me esperaba. Considero que aún ni acercándome a esos lanzamientos, intenté que ‘Lazos y Nudos’ no te hiciera sentir así.
Está muy claro el amor por el R&B moderno, a lo Toronto te diría. Sé que es una referencia clara que se ha mantenido desde el principio. ¿Cómo lo trabajaste con Phynx? ¿Ese vocal run que de él en ‘Habibi’? Son esos detalles que me dejan ver qué tanta sincronía tienen. ¿Vos ya traías la idea, referencias y le buscaste?
Yo soy muy fan de AQUIHAYAQUIHAY, desde el principio. Curiosamente, esto no lo sabe nadie, yo le pedí beats a Phynx en 2017. En ese momento él estaba muy ocupado armando AQUIHAY y no llegamos a trabajar. En 2019 me tiran para una canción, ‘OMW’. Como hay pocos productores que tengan ese gusto, esa elección que cuadra muy bien con lo que a mí me gusta; Phynx, Choclock, todos los chicos con lo que trabajo ahora pueden hacer canciones oscuras. Phynx, para mí, es el mejor en crear ese tipo de atmósfera.
Cuando iba a México ya le había avisado a Adrián Be y a Phynx que necesitaba mucho tiempo de estudio con él. Lo que iba a hacer a México era darle una solidez al disco. Es justo lo que pasó. Nos buscamos los dos. Siendo fan de ‘El Dorado’, Finesse y entendiendo que él ha metido mano en muchos proyectos que a mí me gustan, ‘vale, tengo a un productor al otro lado del charco que me va a dar una visión distinta, pero similar. Va a darle montón de sabor a mi disco. ¿Por qué no vamos a intentar?’
No me esperaba que el focus track saliera en México, pero salió. Era mucho más lenta y se llamaba ‘Monterrey Freestyle Habibi’ antes. Era una nación de trap muy laid back, la subimos súper de atrás como diez BPM para que tuviera ese feeling. Es intuición, lo sentí con Phynx. Gracias a Dios acerté. Seguramente me he equivocado con otras posibles colaboraciones que he podido o no tener en el pasado, pero con Choclock acerté. Con Blurred Mirror, el guitarrista de ‘Una Bala Con Mi Nombre’ y ‘Santa Cruz’ acerté.
Voy haciendo un scouting constante. Entiendo que la gente también lo hace a la inversa. Muchas veces se queda contenta y otras no. Phynx es un caso de éxito rotundo.
¿El underlying theme? Relaciones humanas, sin duda. ¿Cuándo entendés que era por ahí? Creo que es la exploración más personal que se puede hacer, hoy en día.
Es que no lo elegí, no fue premeditado. La forma de escribir ‘Lazos y Nudos’ no fue premeditada. Fue cómo cogía la música que tenía delante. Tampoco sé si podría, ahora mismo, sentarme y volver a hacer otro ‘Lazos’. No sé si es algo que mecánicamente me puedo hacer escribir, escribir sobre mi vida y tal. No sé si tiene que golpearme la inspiración o si tienen que estar pasando cosas.
Fue un disco en el medio no ruptura, en medio de un conflicto familiar, en medio de un sentimiento de ansiedad por varias razones, incluidas autoestima, dinero. Todo esto creo que fue la bendición para mi vida y para el álbum.
Ahora mismo, muchas de estas cosas están superadas o solucionadas. Hay algunas que no, pero están mejor. Para escribir ‘Lazos y Nudos’ otra vez no sé si tendría que volver a sentirme en esa montaña rusa. Quizás ahora estoy en un momento un poco más estable. Sí que es verdad que sigo lidiando con un montón de cosas. El dinero ya no es tan grave. La del autoestima ya no existe. Muchas cosas que el álbum solventó, es un ciclo propio. Creo que es muy circunstancial.
Si ahora mismo mi visión cambia y me enamoro de otras cosas en la vida y empiezo a fijarme en mucho más en el lujo, quizás lo siguiente que haga sea mucho más superficial. No lo sé, no lo puedo planear.
Hace poco vi cómo KIDDO y cía. produjeron ‘Moonlight’. Es envidiable la dinámica que tienen. Quiero ver el behind de ‘Mil Días’. Muy popero. Es un hit, sin duda. Te permitís ir para ese lado también. ¿Disfrutás esa parte? ¿Te mirás haciendo un disco así, full popstar?
Creo que la bendición y la suerte de ‘Mil Días’ fue que los productores tuvieron la visión de shiftear todo el mood para otro lado. Esto también demuestra por qué mi lado artístico tira mucho más por escribir y cantar que por producir. A veces tengo visión, pero me hace falta ese empujón de otra persona, ‘¿por qué no probamos esto?’ También hace que sea una persona muy colaborativa en todo lo que hago.
Esta fue una canción que escribí a guitarra y bajo. La versión primera y la que iba a ser final era acústica. Era sólo con una guitarra de Blurred Mirror. Él es una persona muy importante para mi vida. Es mi amigo, mi hermano, le amo. Siempre a distancia. Él me mandaba guitarras y un día salieron ‘Mil Días’, ‘Una Bala Con Mi Nombre’ y ‘Santa Cruz’. Tres casos iguales: una nota de voz de WhatsApp en la que yo escribo y grabo. Luego se vuelve a grabar bien. Esto ha pasado tres veces ya en tres de mis canciones preferidas de todos los tiempos.
Choclock y KIDDO son las personas que me empujaron a llevarlo a otro lado. En ningún momento les dije que no. ‘¿Quieren hacer algo más arriba? Vamos a hacerlo porque viene bien‘. Además, las canciones que tengo están todas más abajo. ‘Mil Días’ va a compensar eso. Seguro que cuadra muy bien un verso de un colaborador que tenga a mano en ese momento. Gracias a Dios que Delaossa y yo tenemos tres o cuatro años de amistad ahora. Le gustaba lo que estaba haciendo y cuando escuchó la canción le encantó.
Escribimos su verso junto, lo grabamos en el estudio donde grabé la mitad del disco, en Gran Canaria. La otra mitad en Madrid y un poquito en Monterrey. Sinceramente, es algo de lo que estábamos hablando antes… si no tuviera un grupo de trabajo, no hubiera llegado a eso. ‘Mil Días’ no era de las focus. Si no tuviera un el círculo de trabajo que ahora tengo, ‘Mil Días’ quizás sería lo que fue ‘Santa Cruz’ o no estaría. Se volvió una cosa un poco más grande también por Delaossa.
Ellos tuvieron la visión de decirme, ‘¿por qué no hacemos una canción de pop ya que tienes aquí un estribillo así? Tienes un estribillo de pop nostálgico’. Le metieron la batería y ahí lo tuvimos claro. Shoutout a Choco, a Blurred y KIDDO por hacerlo conmigo.
Percibo que tampoco te gusta tanto ese lado. Lo permitís porque sabés que funciona, pero no es algo que activamente estés buscando.
No es lo que yo más escucho. Escucho mucho pop, me gusta Billie Eilish. Hay canciones de Olivia Rodrigo que me gustan. Hay momentos poperos de gente como Weeknd o Drake que sí que me gustan. Escucho un música menos radio friendly. No porque lo haya elegido, no porque me parezca mejor. Me parecería una estupidez decir que la música que no es comercial es peor. La gente que piensa así que se saque la cara del culo. Si está cabrón, está cabrón.
Entonces, a lo mejor el ratio de composición que tengo y el tiempo que le dedico a otras canciones es mayor, pero estas canciones me encanta hacerlas. Hacer ‘Mil Días’ me encantó. El vídeo es quizás lo más cercano al trend ahora mismo. Me gustó mucho. Igual ‘Rodeos’ que es un experimento. Me gustaron ambas.
No sé si lo planteás, ‘estoy escuchando mucho esto, lo que sale es un reflejo’.
¿Me estás preguntando si lo que hago va ligado a lo que estoy escuchando en este momento? Sin duda, sin duda. Yo creo que Summer Walker tiene mucho que ver en eso. Es una chica que me flipa, me flipa la música que hace. PARTYNEXTDOOR también. Son las personas que en el R&B me matan. Claro, depende tanto del productor con el que me meta. Si me meto con Ellegas, de BNMP, a lo mejor opto por hacer algo un poco más rápido porque me apetece. Igual con El Secreto.
A lo mejor me meto con Phynx y no voy a elegir un trap. Voy a elegir R&B, un drumless más musical y menos rítmico. Depende de eso. Sobre todo eso, lo que vengo escuchando moldea al cien por cien lo que salga.
There’s a playfulness to it, pero también un álbum muy introspectivo. Lo tiene todo, un balance diría. ¿Cuándo supiste que estaba completo? ¿Cómo validaste esto?
El disco salió el 21 de mayo. El 21 de abril tenía que tenerlo listo para que diera tiempo a preparar promo, distribuir. Dos o tres semanas antes de eso, antes de ese punto final, fui a Tenerife. Ahí hice una canción para la primera mitad del disco, que estuviera más arriba. Salieron dos. Fui a Tenerife con la idea de hacer una canción con la energía de ‘Reflejos’. En ese mismo fin de semana salen ‘Big Dawg’ y ‘Una Bala Con Mi Nombre’. La guitarra me llega por nota de voz unos días después de ‘Big Dawg Freestyle’ y sale ‘Una Bala Con Mi Nombre’.
En ese punto, yo sé que si pulo trabajo y termino estas dos tendré en mi disco un equilibrio perfecto. Tendré una duración mejor y todo lo que me hace falta. Lo único que me costó de todo esto fue el interludio ‘Sugar Free’. Me flipa. Era una canción entera antes, de un minuto y medio. La acortamos a cuarenta segundos, metimos sólo el highlight y lo bajamos de pitch.
Ese interludio por sí solo no me hacía sentir la fuerza que quería que un interludio de mi disco tuviera. Metí otro para dar los dos palos.
‘Sugar Free’ es como tres de la mañana, gloomy, echado para atrás, bajado de pitch, color lila, tirado en el carro, tirado en cualquier ambiente oscurito íntimo. En ‘Santa Cruz’ son las ocho de la tarde, un barco zarpando de Gran Canaria a Tenerife. Esto hace que mis dos interludio sean los dos palos. Me refiero, no son palos de hits sino de estilo. Son dos interludios que compensan y que curiosamente van muy cerca del otro.
El problema que sentí con este interludio fue compensado con ‘Santa Cruz’. ‘Sugar Free’ no era suficiente para mí, para que fuera el único interludio. A pesar de que me encantaba, quería decir más. Quería más momentos de decir una sola cosa. Tenía muchas canciones que reflejaban sentimientos, pero quería un momento que dijera una sola cosa. ‘Santa Cruz’ fue eso, ‘estoy saliendo de Las Palmas a Tenerife’. Es un momento muy concreto en mi vida, es una cosa que he vivido muchas veces y quería que se sintiera así.
Además de todo esto, un interludio va en el pitch bajo y el otro interludio en una nueva voz. Cierro el ciclo de todo lo que yo puedo ofrecer como artista. Todo lo que yo quiero ofrecer como artista te lo estoy dando en este disco.
Hasta los interludios te dan algo distinto. A ese punto llegué. No te voy a mentir, cuatro días antes del 21 de abril pasó todo esto. Estaba casi, casi ahí, pero yo no estaba completo. Soy un artista, un fan que escucha mucho los interludios. Me preocupo en ver qué están diciendo porque es un punto de descanso y de silencio. Es un momento que cada artista puede llevarlo a donde quiera. Un interludio en silencio es un buen interludio. Que yo elija con mis interludios es como el merch, está muy premeditado.
‘Sugar Free’, teniendo esto en cuenta, no me hace sentir como que hubiera dado todo en ese único interludio. En vez de cambiar o quitarlo, metí otro. Quedé súper contento. Tenía delante un álbum de trece tracks, una intro, dos interludios y once canciones. Lo vi redondo. En este punto lo mandé a distribuir. Los dos interludios están grabados en mi casa, no en estudio. Están grabados en un saloncito que tengo con un micrófono. ‘Mierda, siempre en mi vida llego justo cuando está terminando, pero llego bien’. Lo hago bien y es cómo lo quiero hacer.
Está todo en el timing.
Yo no quería ir en junio. Quería que fuera un disco de primavera. Ese golpe de inspiración de ‘Santa Cruz’ hizo que todo saliera como tenía que salir. Igual que ‘Galería’. Lo hice en diez días porque quería que el deluxe saliera en septiembre. Ahora mismo necesito, después de un año y medio de ‘Lazos y Nudos’, un soplo de aire fresco en mi vida.
Estoy regido mucho por la música que estoy haciendo, que estoy sacando. Ahora es un momento para frenar y decir qué toca.
Estos tres singles que sacás pudieron haber sido un EP chico, pero lo hacés deluxe. ¿Por qué? ¿Sentís que todavía engloban esa etapa en tu vida y que es necesario que vayan con esa línea?
Exacto.
Hay una paleta de colores característica en tus vídeos. Earthy tones, el scenery, está todo curado. Las texturas en el vestuario hacen match. ¿Es Maker Fly quien propone esta línea narrativa desde el principio?
Maker Fly es una persona que supervisa, crea y conduce mi proyecto conmigo en todo lo que a los ojos se refiere. Eso no incluye estilismo porque yo tengo mi estilista con el que llevo desde que empecé, Adrián. Maker no está tanto en los vídeos sino en la comunicación y diseño. Eso es muy importante para mí, también están los colores. No los colores del videoclip sino los colores de mi comunicación, ya sea en redes o en otros lados. Incluso los carteles de los conciertos que estamos preparando son de Maker porque tienen que ser de Maker. Las fuentes, todo.
Yo decido que los colores sean el lila y negro. Ya tenía este sentimiento que me daba la música que estaba haciendo, pero se confirmó en Monterrey. Lo vi muy claro en ciertos momentos.
El lila me golpeó, tenía que ser el color. El negro siempre lo llevo conmigo. Es el color más elegante que hay. Todo queda bien sobre negro. Me siento muy identificado, para bien y para mal.
La dirección creativa sí que ha sido Maker Fly. Entre Adrián, Maker Fly y las personas responsables de los videoclips, Tomás Conterio, Ale Garen, Rodrigo de Pablo y Héctor Herce, son creativos todos, increíbles, hemos llegado a este punto. Tampoco soy fan de tener un filmmaker sólo. Me gusta tocar distintos palos. Sí que es verdad que con Tomás siento una complicidad más allá de una colaboración puntual. Es decir, se pueden esperar más trabajo junto a él.
Quería hablar de Adrián Moonchild. Confías plenamente en su criterio. ¿Ese leather coat en ‘Galería’? ¿Las proporciones en ‘A Medias Verdades? La short shirt y los leather pants? Te permitís dejar ver esa parte tuya también. Sí que es una semilla que se está plantando para los años que vienen, el poder hacer un cross.
Adrián sí que diría que es más destino que casualidad. Me refiero a cómo nos conocimos. Todo lo que él ha hecho después conmigo ha sido su sudor por su parte. Él siempre cuenta con mi apoyo y yo le quiero fuera del trabajo también.
Dentro del trabajo se deja la piel, es inspirador. Igual es Maker Fly, igual son los chicos de Canarias, igual Phynx. Este tipo de perfiles me generan una atracción creativa muy grande. Me gusta desarrollar con ese tipo de gente.
Adrián empieza a trabajar conmigo en ‘Moneyman’, el focus single ‘Marea Baja’. Adrián viene a ese rodaje porque falló otro estilista. Yo quería trabajar con él, pero no podía y mandó a Adrián Moonchild. En ese rodaje nos entendimos muy bien. A partir de ahí hemos trabajado juntos, hemos cogido mucha confianza. Le dije que quería trabajar con él exclusivamente. Él ni se lo pensaba, le encantaba mi proyecto. Llevamos dos años ya. Realmente, nos hemos hecho muy amigos; él y yo vamos más allá del estilismo. Es ese tipo de gente con quien quiero crecer.
Ya vivís en Madrid. ¿Qué ha cambiado para vos el estar ahí?
Soy muy fan de la ciudad, me llevo muy bien con ella. Me gusta la actividad que hay. No me gusta la tranquilidad de más. Me agobia. Me agobia, lo contrario a la ciudad. Una ciudad con mucho tránsito, mucha gente pasando y caras malas a mí me viene bien. Me activa. Madrid me ha permitido generar esta complicidad con gente que yo no hubiera tenido a mano si estuviera en Gran Canaria. Hubieran sido relaciones más de momento. Aparte, conocer a la gente que tenía que conocer.
He conocido a personas que, aunque no estén dentro de mi equipo, aunque no trabaje con ellas, las miro y me inspiran. Los eventos me importan un poco menos, pero también están ahí. Me puedo permitir más tiempo de estudio porque quizás hay más densidad de estudios por kilómetro cuadrado. Hay más recursos. Aquí conocí a mi actual pareja. Madrid me ha dado de todo, no me ha quitado nada.
Los Canarios cuando volvamos a la Península tenemos un descuento del 75%. Para mí, ir y volver a casa es muy fácil. No tengo que vivir en Gran Canaria para sentirme bien arraigado. Me siento muy canario. Paso la mitad del año en Canarias. Trabajo en Madrid, simplemente.
¿Qué me podés contar de la writting session de ‘Queja’? Es mi track favorita de ese proyecto. No encuentro más créditos tuyos.
‘Queja’ con Choclock, ‘Lejos‘ de Delaossa y Cruz, ‘Sangre Fría‘ de Recycled J y Cruz es otra. Tampoco hay mucho más. Me gusta escribir con mis amigos, pero tampoco es una cosa que priorice. A no ser que cuadremos una sesión y estamos en el mood. En ‘Sin Intermitentes’ había mucha gente. Hay gente que dio ideas, pero la canción está escrita por mí.
Hasta que no hace falta, hasta que no estemos en una sala tirando ideas, no considero que sea, ‘vale, voy a ir a Tenerife a hacer co-writting’. ‘Queja’ fue llegar al estudio de Choco, estar trabajando con él. Ver qué estaba haciendo, meter frases, deliveries que se quedan en el tema. Si ahora saliera una sesión de Dawaira con otro artista, voy al estudio y escribo una buena serie de frases. Lo más natural del mundo es que queden los créditos. No es una cosa que hagamos, ‘vale, vamos a hacer un camp, vamos a hacer siete días en los que estamos escribiendo todos para mí’.
Esto es más común cuando se viene un álbum de alguien. Son formas de producción. Sí que hubo como un camp de producción en el que, durante tres o cuatro días, se centraron en mí. Los camps suelen ser un poco para todos. Los dos camps que hemos hecho han sido para todos. Saqué ‘Sin Intermitentes’ y hay muchas otras canciones de otra gente que están por venir. Da la casualidad que la mía fuera la primera.
¿Qué estás escuchando?
‘DONDA’. Ha sido tanto el ruido el que ha hecho que sea inevitable. Estoy escuchando Kanye, Baby Keem, Drake, The Weeknd, PARTY, Summer Walker. Estoy escuchando a Billie Eilish porque necesito salirme a veces del 808 y high hats. Estoy escuchando The Blaze. Es todo bastante gringo.
Estoy escuchando una playlist de Bossa Nova que me hizo un amigo. Estoy descubriendo, me flipa. Estoy indagando. Por ahí te diría. También estoy descubriendo a Joaquín Sabina, un clásico de España. Un poquito de música electrónica. Hago recados escuchando cosas fuera de mis registros, fuera de lo que yo escucho cuando voy en el metro o el bus.
Si estás enfrente de una puerta, tocás el timbre, ¿quién te abre?
Ojalá mi perra. Mi perra es la primera persona que llega a la puerta cuando yo toco en mi casa. Es mi persona, mi ser preferido. En Madrid no está ella, vive con mi madre y mi viejo. Cuando llego a mi casa en Canarias, ella ya sabe que llegué porque suena el garaje. Ella ya baja corriendo por mí. Es la mejor sensación del mundo. Es top. Mucho mejor que cualquier otra cosa. Mucho mejor que una persona con un cheque.