Entrevistas

Maximiliano Calvo Está Viviendo Una Película

No es difícil entender el atractivo que Maximiliano Calvo tiene. Es latente la seguridad con la que se conduce. Esa legitimidad que es difícil de textualizar. Él no se tiene que explicar, al contrario. La música habla por sí sola.

El cantante, compositor y actor argentino radicado en España, finalmente, encontró lo que buscaba. Tras años de una constante búsqueda por sus intereses, Maximiliano se ha permitido expresarse como siente. No hay filtros.

Su más reciente EP, ‘EL LÍO DE MAXIMILIANO‘, es una reintroducción del personaje. Es un trabajo corto, colaborativo lleno de boleros, flamenco, pop y cumbia remix. Sobre todas las cosas, es un testimonio verdadero de lo que puede hacer. Bajo la producción de Menend y Carlos Ares, esta nueva etapa es el principio de uno de los artistas más prometedores de habla hispana.

Platicamos con Maximiliano acerca de por qué no puede trabajar solo, la melancolía, el deseo de no pertenecer a ningún lugar y la solemnidad.

Tengo este quote tuyo, ‘soy demasiado romántico con el indie, muy nostálgico para el rock, moderno para la raíz, termino estando en un epicentro de todo’. 

Lo dije hace tiempo.

Se mantiene. Estás haciendo música que agrega a la conversación. Trabajás con otras herramientas, otros productores. Menend produjo dos canciones en el EP y él hace R&B. Lo mismo con Carlos Ares, pop que va por otra línea y viene a aportar algo completamente distinto. Vos estás dispuesto a hacer lo que querés. 

Me parece que mi trabajo es muy colaborativo. Yo no sé trabajar solo porque tengo un problema de atención. Ahora vamos a grabar un disco y no tengo ni una canción. Estoy con los chicos y de repente, ‘hay que hacer una canción, hay que hacerla. El concepto del disco es tal, están los títulos’. Yo funciono muy bien así. Cuando me pongo en mi habitación a hacer canciones me vuelvo solemne y aburrido.

Yo soy melancólico; he logrado salir, como decías antes, de la melancolía. Lo he logrado trabajando con gente y aprendiendo. Creo que en la música hay una cosa bonita, es más colaborativa ahora. La música tiene que ser social. Creo que cuando los compositores se vuelven demasiado ensimismados, se convierte en algo de autoayuda o como algo de, ‘vengo a decir la verdad’. A veces, cuando estás con gente… cuando tú dices tu verdad escuchas la verdad de los demás y pasan por tu filtro.

Junio 2021. Salinas, Asturias fue el punto de encuentro para Freddie Flowers, Jorge Román, Maximiliano Calvo y Menend. Créditos: Freddie Flowers.

Soy el que controla mi obra, pero no hay esa cosa de tú contigo mismo que a veces es demasiado egocéntrico. Yo ya soy demasiado egocéntrico como para que mi obra esté teñida de eso. Cuando esto es tu oficio, intentas librarte de todos los males que tú tienes. Intentas librar a tu obra de todos los males que tú tienes. Yo sé qué falencias tengo, como ser humano y no quiero que las tenga mi obra. 

No sé si ya, después de muchos años, lográs encontrar cuál es tu lugar en este ecosistema. Me refiero, si te es más fácil explicar lo que hacés o por qué te conducís así. No sé si es más simple ponerlo en palabras.

Yo creo que la gracia es no saber. Me gusta no pertenecer a ningún sitio. Pertenecer a algo es muy aburrido, muy solemne, ¿no? Pertenecer a las cosas es un rango muy pequeño… si yo solo hiciera boleros, sería esa persona. Ya está Agustín Lara, ya está Manzanero. Hay gente que canta mejor los boleros, Luis Miguel. Hay que mezclarlo, hay que mezclar eso con otra velocidad que tiene esta época, con otra visión.

Creo que, en la música, sobre todo, hay que intentar caotizar. Es el único lugar en donde el libertinaje no le hace mal a nadie. Soy muy libertino. En la vida real lastimas a la gente porque el exceso de libertad invade a las otras libertades, pero la música no pasa eso.

Es un lugar de caos absoluto y me parece que está bueno que permanezca en ese lugar. Yo no quiero que mi obra tenga un orden. Yo quiero que sea como es, como resulta el púlsar de mi vida. Va cambiando, que cambie mi obra. Tampoco quiero darle demasiada importancia a por qué hago las cosas.

Cuando te pones a analizar demasiado… yo ya soy muy mental. Quiero que mi obra sea más de acción. No pensarlo mucho porque me volvería loco. Ya estoy bastante loco, prefiero que pasen las canciones. En la época que vivimos tampoco es tan importante cada canción. Al final, las canciones van pasando. Vamos a seguir haciendo música. Al que le guste, bien. Al que no, ya sacaré otra canción que le guste. 

¿Por qué pasaste tanto tiempo sin lanzar música? Fueron tres años sin material. No sé si fue porque estabas, de alguna manera, buscando un nuevo lenguaje, tratando de pulir la idea, que la estética estuviera acorde. 

Llegué a un país distinto, en el cual creé mi verdadero ADN. Tenía opciones. Una era seguir haciendo música del Río De La Plata, ser un necio y no nutrirme del nuevo país en el que estaba. Llegué a la Península y conocí a los gitanos, el flamenco. Necesitaba entender esa música para hacerla real en donde estaba. Si seguía haciendo música del Río De La Plata, ¿para qué vine aquí? Me hubiera quedado allí.

Los procesos son los procesos. Yo soy muy respetuoso con la investigación. Por suerte, ya no van a estar tres años, nunca. Ya hay una investigación de base que hace que sea este personaje que véis (risas). La investigación creo que sigue estando, pero esos tres años fueron los más importantes de mi vida. En el sentido que descubrí una forma de cantar distinta.

Junto a María León en la filmación de ‘Alguien Tiene Que Morir‘. Vestuario a cargo de PALOMO SPAIN. Créditos: Raúl Rosillo.

Yo creo que el Maximiliano Calvo que estaba en ‘Quema’ no tiene nada que ver. De hecho, esa obra la encuentro súper ajena a mí. Creo que lo otro me representa mucho más. Hay que darse espacio para reconocerse e investigar. Pasa una cosa con la música actual, que es qué la peña tampoco se da mucho tiempo para investigar y lo que se quiere hacer. Creo que indagué demasiado.

Llegué a la conclusión de que no quería que mi obra esté teñida de un solo caudal; quería que se reunieran todos los estímulos que fui encontrando. Que se reunieran para reaccionar a esos estímulos que eran nuevos en mi vida, de la Península, la música de aquí, los diferentes paisajes, Madrid.

Me fui convirtiendo en una persona distinta y tenía que analizar primero eso. Son cosas súper importantes. Uno sube al escenario y tiene que dar un mensaje claro. Si tú no lo tienes claro, no lo tiene claro nadie. Yo lo tengo claro. Llegué a la conclusión de que no me gusta tenerlo claro.

Para llegar a esa conclusión hacen falta muchas cosas; yo no quiero decir ninguna verdad. Yo quiero que mi música tenga una trascendencia en mí, en cada momento. Por eso es tan cambiante, soy muy cambiante. 

Entiendo que tenés una buena relación con la familia Carmona, Soleá Morente, María Jiménez, Paco Soto. Son figuras importantes que, de alguna manera, validan esto que venís a hacer. Vos venís a introducirte en este mundo que es muy propio de allá. 

Buscar que te validen, pertenecer… lo que decíamos antes, a dónde perteneces, no sé. Creo que la gente se enamora más cuando no perteneces y llegas con el desparpajo que sé que tengo. Llego y estoy con el ojo atento, el corazón latiendo y con mucho respeto a querer investigar. Sigo teniendo interés. El interés me parece lo más importante. Cuando se va, se pierden muchas cosas. Yo quiero mantener interés, que me llamen la atención, que me sigan sorprendiendo como si fuese un niño.

Yo no quiero pertenecer a ningún sitio. Quiero nutrirme. Para hacerlo tengo que intentar acercarme a la gente que yo creo que es importante o interesante, que me interesa a mí.

De repente, juntarme con los gitanos si quisiera. Mantener el fuego encendido, yo qué sé. Paco Soto, somos íntimos amigos. En el caso de la Familia Carmona, Antonio Carmona, para mí, es uno de los mejores músicos de este país, sin duda. De repente pienso, ‘joder, esta familia ha vivido todo eso’. Te encuentras con Marina Carmona, Lucía Fernanda y dices, ‘claro, beben de aquí’. Es bonito. Hay que estar ahí porque es una familia espectacular, igual que los Morente, Kiki Morente, Soleá Morente. Vamos, con toda la peña.

No es que salen en las revistas como familia de artistas porque hay uno que es famoso, no. Viven el arte, lo transitan, es su forma de vida. Eso es súper importante. Hay que acercarse a la gente que a uno le inspire y conmueva. Yo sé que nunca voy a ser parte de un universo gitano porque soy payo. Al final, formo parte de esas experiencias. Intento que todo sea mejor y que todo lo que me dan devolverlo, de alguna manera. 

De visita en el estudio de Juan Ewan. De izquierda a derecha: ANKLI, Maximiliano Calvo, NOAN e Ignacio Serrano. Créditos: TwinFilms.
EL LÍO DE MAXIMILIANO’ es un EP compacto. Tiene una idea concreta, es muy colaborativo. ¿Cómo empezás a darle forma a esto? La portada es de las mejores tapas que he visto en todo el año. Ese uso colores, las letras amarillas, que también venís usando de mucho tiempo ya, tratando de pasar un plano mucho más cinematográfico.  

Yo creo que el EP es como una peli de mi vida. Me acuerdo que… hago tanta música, me desconecto de las cosas. Recuerdo que estaba en Chiclana, con María Jiménez. Ya me había olvidado del disco, de todo. De repente, un día, cuando sale, lo escucho en el coche. Qué bonito que en 6 canciones se cuente una historia clara, que tenga humor, que sea tragicómico, que sea serio, al mismo tiempo; que tenga tantos matices, que se pueda ver el abanico de un artista súper cambiante y que todas esas canciones puedan convivir. En realidad, las colaboraciones son una locura.

EL LÍO DE MAXIMILIANO‘ es el primer EP bajo Malandra Music y Universal Music Spain. Créditos: Juan Ewan.

Está María Jiménez, que es en mi cantante favorita. En verdad, lo es junto con Chavela Vargas. Está Walls, un letrista brutal. Tiene una presencia increíble y una personalidad en la voz maravillosa. Luego viene una tía que canta copla de toda la vida, es maravillosa y que yo soy súper fan, Valeria Castro. dani, que nunca ha cantado boleros, también está. Su música va por otro lado. Cantando bolero dices, ‘joder, qué bonito’. Somos súper amigos, somos hermanitos.

Admiro a toda esa gente y ahí ves la cantidad, la distinción que hay en mis intereses. Van de un lado para otro. Yo creo que el disco es un lío. Pasa todo y es un caos, pero al final es mi caos. Lo ordeno para que el escucha lo entienda. Lo que me gusta es ordenar mi caos para que se convierta en una obra. Por eso me gusta que se llame así. 

Hoy Que La Crucé Le Dije Adiós’ ya era una cumbia. Cambiás la versión. Estos segundos del principio de ‘CUMBIAHHH’ son propios de una cumbia remix. No desentona y eso que vos decís. Te permites coexistir en el caos. 

Forma parte de lo mismo, de no ser solemne con las cosas que hace uno, no aburrirse. A mí me da mucha lástima los artistas que veo que se están aburriendo. Cuando nos aburrimos somos muy pesados. 

¿Cuánto tiempo pasaste trabajando en esto? Sé que vos sos mecha corta, ‘ya hice esto, pasemos a lo siguiente’. No sé si lo escuchás y si todavía te sorprende lo que estás escuchando. A pesar de que salió recién, seguro lleva sentado meses.

No, no. Verdaderamente, lo escucho y me sigue sorprendiendo. Me parece bonito. Es lo que te decía, cuando lo escucho entero, sí que me sorprende. Me hace feliz. Yo soy muy de pasar a otras cosas. Por eso, justamente, cuando vuelves a escuchar lo que has hecho y lo escuchas en orden, es un orgullo brutal. Es una alegría increíble. Siempre que concreto cosas, me parece un premio.

Es difícil. ¿El grabar, componer, ponerlo en orden? Hacer un vídeo, que sea conceptual, que tenga gracia, mantener la intención esa que pusiste desde el principio. Esto es muy difícil. ¿Cuando lo ves en el hecho? Olé tú. Te felicitas a ti mismo.

Luego, cuando lo ves entre los entre los discos más vendidos en iTunes… llegamos al puesto número 4 de los más vendidos. Qué locura que esto llegue a esos lugares. Llega por María Jiménez y por lo que ella significa; bueno, al final, sí es un disco entero en el cual yo soy el mayor precursor de eso. Forma parte de mí. Todas estas cosas son pequeñas caricias para que uno siga haciendo lo que hace. Suma bastante. Los artistas somos bastante exitistas y necesitamos también un poco de eso para seguir adelante.

Sobre todo para que la gente que tienes detrás siga apostando. En esta época, hay que intentar que las cosas tengan mínima repercusión para seguir adelante. Yo lo único que quiero es seguir haciendo música, tener dinero para poder seguir viviendo como vivo, de lo que hago. Nada más. No tengo muchas más aspiraciones que seguir haciendo lo que hago y que esto me dé para poder seguir viviendo y para seguir existiendo y poder seguir siendo música.

¿Cómo te llevás con que la gente reduzca todo esto que propones a flamenco pop? ¿Cómo te sentís con ese término? ¿No sentís que reduce, de alguna manera?

Yo creo que luchar contra la etiqueta general a poner es absurdo. Que cada uno ponga la etiqueta que quiera. Las etiquetas, imagino, son porque esa peña ha pensado que mi música entra dentro de ese espectro. Es una forma de pertenecer. Me siento más parte cuando veo cómo la gente me incluye dentro de estos intereses que cuando pienso dónde voy a formar parte, dónde voy a estar, qué voy a hacer. Cada uno termina la obra es de uso libre. La estás entregando, no puedes controlar qué es lo que piensan y qué es lo que hacen.

Creo que es una lista de Spotify muy bonita, Flamenco Pop. No sé si engloba toda mi música. Sí que entiendo que si yo coqueteo con el flamenco, soy amante del pop y de la música popular, forma parte de ahí. Es cómo lo tomes. Nada tiene que reducir el espectro musical. Tienes que alegrarte de cómo la gente lo entiende, toma y forma parte de sus cosas. 

¿Cómo lo conoces a Carlos Ares? Entiendo cuál es el punto medio en que se permite convivir? ¿Cuándo cuando se encuentran? ¿Cuándo deciden que tienen que hacer algo juntos?

Carlos se convierte en una de las personas más importantes en mi vida, uno de mis mejores amigos. Madrid es muy pequeño y nos conocemos todos. Los intereses musicales, la visión musical que tenía él, los intereses artístico que tenía él eran muy parecidos a los míos, en ese momento. Los dos fuimos creciendo juntos y ahora vamos a seguir haciendo cosas. Van a seguir saliendo canciones que hicimos los dos. Es maravilloso.

Creo que esta carrera es muy larga y este tipo de aliados es muy importante tenerlos porque se convierten en las personas con las que pasan más tiempo, con las que conviven más cosas. Son las personas que más quieres, forman parte de tu música. Esto es súper importante. Carlos y yo hemos crecido juntos muchísimo. Mi música ha cambiado y se ha elevado muchísimo. La música él también se ha elevado de esta dupla. ¿Qué mejor que eso? 

La parte visual para mí es muy importante. ¿Vos también sos director creativo? ¿Quién más está detrás?

Hay muchísimos directores con los que trabajamos que hacen del imaginario de la canción cosas súper bonitas. Sería yo muy necio y muy tonto al pensar que todo esto parte de mí. Hay mucha gente trabajando que hace que todo esto sea súper fílmico y bonito. Yo vivo como si fuese una película. Creo que al vivir así se simplifica el momento de pensar en algo visual porque yo vivo de esa manera. Mi música es bastante cinematográfica; se necesita gente que sepa retratarlo. Cada vez vamos encontrando más personas que sientan afín  a todo esto y a retratar las cosas, historias que yo intento contar en las canciones.

Creo que vos estás más que listo para regresar a girar. No sé en qué formato lo vas a presentar. ¿Qué  viene? Estás para sacar una mini peli, un corto.

Pedro Almodóvar está perdiendo dinero. Yo también soy actor. Lo que más quisiera sería que esas dos aficiones mías logren juntarse. Sí que se pueden hacer cosas grandes en los dos aspectos. Mismo cuando pienso las cosas, las pienso como si fuese una peli, como si las cosas fueran de la mano. No pienso que la música sea muy distinta al cine. Pienso que las historias se pueden contar de maneras musicales y maneras fílmicas, tranquilamente. Todo va de la mano. El arte es súper bonito porque se conecta entre sí de una manera maravillosa, no hay que hacer mucho esfuerzo.

Si estás enfrente de una puerta, tocás el timbre, ¿quién te abre?

Pedro me abre. Ojalá me abriera Chavela. Si lo elijo a él, elijo a los dos.

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Martha Elisa Estrada Cortez

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