Entrevistas

Pragmatismo Y Resoluciones Con Dante Saulino

Es prácticamente imposible no perder algo en el camino, más si viene de lo independiente, en esta búsqueda de sonidos que me generen sentimientos. Es esa búsqueda por música que proponga, sin importar el origen o contexto. Música que encuentre cómo hacer que algo familiar encuentre un nuevo sentido.  Y cuando eso pasa, cuando llega algo puntual, que pasé por alto, quiero volver el tiempo atrás.

Dado que esto no es posible, lo único que queda es escuchar el material como si hubiera salido ayer. Es así. Esto que describo es lo que ha estado pasando conmigo hace tres semanas desde que escuché ‘Daä‘, el segundo cuerpo de trabajo de Mike Amigorena.

Es pop electrónico que va por otro lado y eso me engancha. ¿Las guitarras, arreglos, el trabajo en las vocales? Son los synthes grandiosos, pero controlados. Se juega de tal manera en donde es posible regresar un par de épocas y buscar el futuro al mismo tiempo. Las posibilidades son infinitas. Son canciones hechas con una estructura no convencional que abren una línea de cuestionamiento enriquecedora si se está dispuesto a escuchar activamente.

Dante Saulino, el joven guitarrista, compositor, arreglista e ingeniero de mezcla es una parte fundamental de este nuevo proyecto. Después de leer un poco más acerca de sus trabajos anteriores, entiendo por qué fue el elegido para llevar a cabo esta tarea. Él ha compuesto y producido música original, más de 500 piezas, para la televisión argentina. Asimismo, para productoras locales como StoryLab, Kapow. Saulino Music, el estudio fundado por su padre, Mariano Saulino, estuvo a cargo de musicalizar ‘Estocolmo‘, la primer serie argentina para Netflix en el 2016, escrita por Marcelo Camaño.

La practicidad para cambiar de tarea cuando se requiera está. El no tener prejuicios ante lo que se presenta es una cualidad envidiable que le seguirá abriendo puertas. Platicamos con Dante acerca de qué define su sonido, qué busca aportar, paso por la televisión, mashups y las intenciones detrás de ‘Daä‘.

¿#AQuéSuena Dante Saulino?

Yo trabajo de productor. No me gusta que mis producciones suenen a mí. En el caso de un artista, son todas sus ideas exacerbadas y llevadas a lo mejor que pueden dar. Ese es mi trabajo. Trato de que mi sonido no se filtre tanto aunque es inevitable. En proyectos más personales, en donde estoy muy a cargo de la composición, ahí sí, completamente.

No se puede evitar. Sí trato de buscar algo nuevo, todo el tiempo. No soy tanto de los productores vintage, que saben trabajar un audio súper 70s, 60s. Yo trato, dentro de las posibilidades, de buscar algo nuevo dentro de lo que el proyecto proponga. Por eso trato de trabajar en géneros que estén en boga, que estén sucediendo y desarrollando ahora. Ahí está mi interés. Justo lo de Mike va de la mano con eso. 

Vos hacés mix y master también. ¿Es posible tener algo insignia?  

Puede que sí. De hecho, de un par de años para acá, mucha gente me empezó a llamar por cómo trabajo las voces. Eso es lo que me dicen (sin tratar de ponerme en un pedestal de algo). Le trato de dar al proyecto lo que necesita. Sí empezaron a llegar pedidos, clientes y mucho trabajo desde ese lado. También desde cómo trabajo las guitarras, de cómo toco y grabo cierto estilo de guitarras. Eso parece gustar.

Eso también es la única forma de poder trabajar en esto: encontrar un par de cuestiones en donde uno esté cómodo para desarrollar y que salgan natural. Ver quiénes se acercan a eso en vez de tratar de cubrir todos los frentes a la vez. Es imposible.

Será algo también, que tiene que ver mucho con estos tiempos. Hay muchos avances en la tecnología, software de grabación, producción, mezcla; tenemos muchas más herramientas a la mano que hace 20 años, incluso, para poder lograr un sonido propio. Empecé a producir y mezclar hace 10 años, cuando era muy chico. No habían tantos plug-ins, herramientas digitales para manipular el audio de una forma artística.

Sí las había, por supuesto, para hacer el trabajo, para hacer un álbum. ¿Este nivel de búsqueda sonora que tenemos hoy en día? Algo como Logic Pro, Ableton Live o todos los plug-ins que salen de ahí, es un abismo de creatividad, en realidad. Empiezan a surgir productores, ingenieros de mezcla, que son tan artistas como el artista. Sucede en todos lados del mundo. Hay un arte en el sonido.

Completamente. ‘Daä‘ tiene un trabajo de voces muy puntual. Se da mucho espacio a lo tangible. 

La voz humana es el instrumento con el que venimos de fábrica. A la vez, Mike es actor. Tiene, de por sí, una cualidad muy interesante para poder hacer un montón de voces, ‘personajes’, a la hora de cantar. Desde el lado de producción, elegimos que había que explotar eso. Incluso, lo propusimos como una idea el día que nos conocimos y empezamos a hablar de lo que podía ser su proyecto, de las cosas que quería hacer.

Prácticamente, sin conocerlo a él o su material, entendí que había que hacer un trabajo muy vocal, con mucha profundidad en ese campo. Mike tiene una voz alucinante. Muy profunda, pero contundente. Unos agudos, falsete. Es una paleta de colores inmensa para trabajar.

¿Cómo entrás al mundo de la composición para series, películas? Es un mindset muy diferente. Tenés que tener un expertise, hacer click. La audiencia no estará pendiente del título de una composición de 1 minuto y cincuenta.

Una cosa va llevando a la otra. ‘Estocolmo’ fue la primera serie argentina que salió en Netflix. No fue la primera vez que trabajaba con este equipo. Venía de colaborar con ellos en otros trabajos en televisión. Hago música para televisión desde muy chico. Mi papá también es músico; ha hecho publicidad, televisión abierta, televisión cerrada a lo largo y ancho de todo el continente. Él me enseñó a tocar la guitarra.

Se fue dando muy naturalmente. Fui grabando con él y aprendiendo el oficio del compositor, productor e ingeniero. A la hora de hacer música para televisión, se tiene que hacer un poco todo junto. Los tiempos corren, son tremendos. Fui desarrollando ese oficio casi sin saberlo, sin un fin muy concreto más que el hecho de hacerlo y ver qué iba sucediendo, empezar a ganar algo de dinero. Encontré una forma de trabajar haciendo música. Por suerte, tuve a mi viejo. Seguimos trabajando juntos. Me orientó y me ayudó muchísimo.

De ahí en más van sucediendo otras cosas como trabajar con este equipo de gente en ‘Taxxi’. Antes hice ‘La Dueña’. Yo en ese momento tenía 16 años y colaboré con la música, un par de tracks. En general, en proyectos tan grandes, no suelen cambiar los equipos porque funciona. Hay que mantenerlo. Me di cuenta que tenía hechas más de 500 composiciones para televisión. Todo eso me dio la espalda para después poder abordar un proyecto como el de Mike, que no tiene tanto que ver, pero sí requiere resolución. 

No encuentro créditos para el title track, ‘Es La Dueña’. Sé que Abel Pintos la interpreta.

No recuerdo el nombre del compositor. En eso no estuvimos metidos. Muchas veces sucede que la cortina de apertura la hace un artista porque necesitan, a nivel producto, una cara visible. Con el estudio, Saulino Music, hicimos la música incidental, el scoring. Era muy grande. Uno no se dá cuenta, pero esas series pueden llevar alrededor de 100 tracks

El OST de ‘Estocolmo’ es intriga pura, automáticamente me llega a esa tensión que existe en un policial. Hay algo atemporal en esto. 

El álbum de ‘Estocolmo’ tiene 20 canciones, creo. Si no me equivoco, hubieron entre 60 y 80 canciones. Es un proceso de selección, obviamente. Hay otra música muy corta, que se usa para momentos específicos. Quizás no se justificaba que estuviera en una obra, pero al elegir ese material y compilar, secuenciar y editar, sí pensamos que tuviera algún sentido la obra en sí. Fue muy lindo porque, después de salir, tuvimos comentarios de gente que lo escuchaba en la calle o en su casa.

Es música instrumental. Les seteaba un mood y quizás de otra forma pase desapercibida la música de una serie. Hay mucho trabajo detrás, hasta en la música más mínima.

Tenés que estar presente, no en la estructura del guion, pero sí entender el propósito de las escenas para que la música empate.

Eso, en general, depende mucho del director, del equipo y los tiempos que se manejen. Para ‘Estocolmo’, solo algunas escenas se hicieron contra imagen. El equipo eligió trabajar con una librería de música. Sí se seteó, de base, un número de estilo, referencias para lograr una estética con la música. Después, ellos fueron decidiendo dónde usaban esto.

Tiene más que ver con un tema de practicidad y cómo les servía el material para resolver ciertas situaciones. En otras industrias es al revés. En Estados Unidos se trabaja a la inversa. Te dan la imagen y hay que trabajar sobre eso. Tiene más sentido.

Tiene más sentido, pero son otros presupuestos, tiempos. 

Sí. Es una industria caótica acá. Por un motivo u otro, son un montón de engranajes, algo muy complejo. Hay que ser pragmático y ver qué resuelve, siempre. 

Los remixes son un arte, en sí. ¿En qué momento decidís que es un buen ejercicio de sincronización? ¿Estás aburrido o querés ver hasta dónde llevás el oído?

Un poco de las dos cosas. Fue un divertimento de las primeras semanas de encierro del año pasado. La agenda se dio vuelta. Tuve que cancelar muchas grabaciones y empecé a tener un poco de tiempo libre. Tengo que decir que la idea no es mía, por supuesto. Mi novia entiende bien cómo funcionan las redes sociales. Es relacionista pública y me dijo, ‘¿por qué no probás TikTok con algún contenido interesante?

Fue surgiendo por la idea de ponerlo en una plataforma en sí. Esto para ver cómo funcionaba y funcionó increíblemente bien. Fue de hacer un juego bizarro, esas combinaciones casi imposibles. Ahora que estamos en el mundo de los feats. y las combinaciones cada vez más extrañas y gigantes, me pareció interesante ver qué pasaba si mezclábamos. ‘¿Harry Styles y Bad Bunny? ¿Dua Lipa y Karol G? Quizás algún día pase, no lo sé‘. De hecho, hice un mashup que después sucedió, Billie Eillish y Rosalía. 

@dantesaulino

Harry Styles x Bad Bunny MASHUP 🍉🍉🍉🍉 // si les gusta lo subo entero 🔥#harrystyles #badbunny #mashup #remixsong #musicproduction #beatmaking

♬ sonido original – Dante Saulino

Ahí entendés que sí pega.

Es muy interesante ver que hay cosas que pegan y otras que no. Hice más de 20 mashups y descartados quedaron otros 20. Traté de armarlos y no. Hay una serie de reglas, en cuanto a tempo, armonía, etc. para que coincidan mínimamente. Aún así, hay veces que no funcionan. Cuando sí, lográs una obra nueva, en otro escalón, otro plano. Está también en jugar con el placer culposo. Muchas veces sucede, ‘yo no escucho tal estilo, es una grasada’. Te dás cuenta en realidad que sí le terminás entrando. Con algo conocido se vuelve más atractivo.

El placer culposo no existe. Te gusta o no. 

Por supuesto. 

Hiciste el mix y master de ‘40 Antenas II’ para Galean. 4 canciones hermosas. ¿Te gusta más esta parte técnica del proceso? 

Por una cuestión de oficio, puedo entrar y salir a la tarea que haya que hacer. Sin duda, disfruto muchísimo más tocar, componer, grabar instrumentos, hacer música. Incluso, cuando se produce para alguien, de cranear y hacer la parte musical. ¿Cuándo se hace un arreglo de voces, se busca una secuencia de acordes, una melodía? Esa es la parte más linda, para mí.

Le encontré el gusto a la mezcla. De una u otra forma, uno no deja de estar jugando con armónicos, sonido. Se pueden lograr un montón de cosas. Siempre hay que ver a dónde uno apunto a llegar. Con base a esto se puede encontrar la libertad o no.

Hay gente que me ha dado libertad total para mezclar. Hay gente que, a lo mejor, busca algo muy específico. Uno también está para ayudar a la otra persona a concretar su visión. Sin duda, es una cuestión mucho más técnica; por más que se pueda llevar intuitivamente, en un momento requiere sentarse a estudiar.

Dante ha trabajado en más de 500 composiciones para la televisión argentina. Créditos: Victoria Dragonetti

Siempre tengo el conflicto si considerarme ingeniero o no. Nunca estudié, formalmente, en una universidad o academia de sonido. Después de tantos años de trabajar en televisión, tener la aprobación de clientes y trabajos muy profesionales, de alguna forma aprendés cosas. Te juntás con gente para aprender. Aprendí al ir a estudios externos, con otros ingenieros. Pude ver cómo trabajan, pude hacerles preguntas.

Los pocos momentos de información son fuertísimos. Uno termina armando su bagaje de información de esa manera. Por el otro lado, conozco mucha gente egresada de universidades de sonido, pero no tienen el gusto para lograr armar una mezcla. No es fácil. Es una cuestión compleja y balancear el aspecto técnico, artístico, es muy complicado. Quizás más en Latinoamérica, en donde no tenemos más estructura. No tenemos tanta estructura como Estados Unidos, en donde hay más estudios, más academias. Muchos más artistas, hay más población. Es inevitable. Muy diferente la competencia.

Se romantiza esta industria. No se entiende que sin un ingeniero de mezcla, mix, grabación de guitarras, el resto no existe. 

Somos un montón de engranajes trabajando juntos para que el resultado, sea un tema mío o que esté trabajando, quede lo mejor posible. Pasa que, de vuelta, es un balance de eso, el tiempo y presupuesto. Es difícil encontrar un punto medio para lograr la máxima calidad con el menor presupuesto posible. Esto es algo con lo que nos estamos enfrentando todos en estos tiempos.

Hay mucho trabajo, pero con presupuestos muy chicos. A la vez, se elevó muchísimo la vara. Spotify y el sistema editorial que tiene hace que, de golpe, artistas independientes estén mano a mano con artistas de sellos.

Esos artistas independientes quieren sonar igual, pero no tienen el presupuesto (risas). Es algo tirado de los pelos. Es insostenible. 

¿Vos componés desde la guitarra o estoy mal? La sesión de ‘Picaflor’ lo deja ver. Justo antes de llegar al minuto tres hacés un cambio para resaltar la línea de bajo. Increíble. 

Justo esos dos temas, ‘Picaflor’ y ‘Gira Girl’,  no los compuse yo. En ‘Daä’ hubo un equipo de productores y compositores, aunque la mayoría del disco lo trabajé yo. Lo co-escribí. El arreglo de esas canciones está planteado desde la guitarra. Más que nada, queríamos algo que saliera fácil. Que se pudiera enchufar y no hubiera tantas vueltas para armarlo.

Muchas veces, a la hora de componer para alguien más, parto del teclado. Visualmente, tiene algo que me setea en un lugar distinto. Principalmente, soy guitarrista. Estudio guitarra, estoy en un conservatorio. Hace tiempo que estoy recorriendo el mango.

Tiendo a recorrer los mismos lugares. De tocar tantas canciones, a veces pararse en un instrumento que uno no domine tanto despierta otras ideas que puedan funcionar igual de bien.

Sí tengo la mentalidad de que lo componga como lo componga, si sale de un loop que encontré en Internet, trato de que funcione en la guitarra. Trato de que funcione en su versión más mínima. Supongamos que hay que tocar ese tema en una playa y no hay ni dónde enchufar, que funcione. En general, las buenas canciones funcionan sin importar cómo las vistas, el contexto.

A veces pienso en la música clásica. Yo la estudio, escucho. Me encanta. En realidad, la música académica. Mucha de esa música tiene 300 años y no existen grabaciones de sus compositores. No tenemos una grabación de Mozart, Beethoven. Esa música sobrevivió, ni siquiera desde una interpretación sino de una hoja de papel. Creo que si lográs que la música funcione desde lo más básico que tiene, melodía, armonía, letra, espacios, silencios, funciona de cualquier otra manera. Hay otra música que tal vez no necesite eso, pero ya es otra cuestión.   

¿Cómo llegás a trabajar con Mike Amigorena? ¿En qué momento cruzan caminos? Él venía haciendo algo muy diferente. Era un crooner antes de ‘Daä’. 

Exactamente. Yo llego a él por un amigo en común. Un día me llamó y dijo que Mike estaba buscando productores para hacer un trabajo. En ese momento, yo estaba muy metido con la tele. Esto fue en 2017, mediados. Ya había salido ‘Estocolmo’, pero seguía a full trabajando en canales de tele, radio. ‘No sé, por ahí es un proyecto raro’.

Un día me escribió, de golpe. Quedamos en juntarnos y ver qué hacer. De entrada, el primer día que nos conocimos, charlando de música, me contó que desde ese momento estaba con la idea de hacer algo completamente distinto. Él estaba con un sello y tenía la obligación contractual de editar su segundo disco. Buscando un equipo de productores quería hacer algo diferente. Ese primer disco, ‘Amántico’, lo hizo con gente súper profesional. No representaba, del todo, lo que quería hacer. Al estar con un sello hay que ceder un poco.

Te dan un presupuesto grande para hacer un disco, suelen trabajar con compositores, ingenieros y es entendible. Más con una propuesta como esa; era un primer disco, querían ver qué sucedía. Para el segundo, decidió hacer lo que quiso (risas). Fuimos pensando una música, estética completamente distinta. En realidad, mutó mucho en la medida en que lo hicimos. Fue un disco que tardamos casi 2 años en hacerlo. En el medio sucedieron un montón de cosas. Él se volvió independiente y lo terminamos haciendo por nuestra cuenta. Eso fue algo muy determinante.

Presentando ‘Daä’ en La Tangente, diciembre 2019. Créditos: Victoria Dragonetti

En un momento, nos quedamos en la calle, sin sello, sin presupuesto, sin nada. ‘Bueno, terminémoslo entre nosotros’. Fue hermoso, al final. Salió una sociedad creativa muy linda, trasciende lo musical y laboral. Después, se termina reflejando en la música. Es increíble eso. No me acuerdo cuántos hicimos en total. Hay bastantes que se descartaron. Hicimos un método de componer mucho, armar mucho.

Suelo empezar alguna idea con acordes, alguna melodía. A veces, simplemente es una secuencia de acordes, beat, alguna idea con base a lo que sé que le gusta. Él termina poniendo melodías arriba, por ahí las acomodo y veo qué funciona. Es un ida y vuelta que, por mi cuenta, no podría hacer y él tampoco. Al día de hoy, seguimos con ese método. Es muy loco porque, este último tema que editamos, ‘La Pelu’, si bien tardamos un tiempo en hacerlo, es el que mejor repercusión tuvo. Tuvo una frescura que en el disco no está del todo capturada porque se hizo muy largo el proceso. A veces pasa. Hay muchas versiones de cada tema de ese disco, muchas. 

La idea estética apareció al año y medio de estar trabajando. Eso es increíble. Hacíamos muchos temas sin pensar que iban a quedar todos, sin pensar cómo iban a funcionar unos con otros. Después de tantos meses trabajando, empieza a aparecer algo recurrente en cuanto a timbres, arreglos, melodías. Una forma de cantar que después se complementa con la parte visual, la portada, videoclips.

Es una propuesta difícil de verla de entrada, en realidad, Muy difícil. Desde el principio hablamos de música muy puntual que nos gustaba, un poco de la idea y a dónde queríamos que llegara. Tardó en aparecer. Después con el personaje, los cuernos de cabra.

Te dá otra libertad. Te desliga como persona, sos alguien más. La posibilidad, desde lo sonoro, se abre.

Pasó exactamente eso. Toda esa parte visual apareció cuando estaba el disco por salir, cuando había que mostrarlo.

Ahora el proceso cambió, quizás, para hacer temas. Nos animamos a ser un poco más raros porque la propuesta es llamativa, se sale del molde. Eso, desde lo concreto, me despierta ideas de sonidos de sintetizador, un beat un poco más raro que lo que veníamos haciendo.

Hay más temas que están en proceso, pero hasta que no salga el disco, uno no sabe qué es lo que va a salir de todo eso. 

Este trabajo es electro-pop. Es jugar con lo que se recuerda de alguna época. Hay muchos synthes tuneados de cierta manera, pero le podés apostar al futuro y ver hasta dónde podés llegar. No hay que encasillar, pero es más fácil entenderlo si le ponés esa etiqueta. 

De hecho, él siempre lo presenta como un proyecto electro-pop. Es loco lo que decís de los sonidos del sintetizador. Hay algunos que son buscados, intencionalmente, para que remita a algo de esa época. Siempre con una vuelta, para que tengan su modernidad por más que estemos en un presente musical muy postmoderno en donde todo vale y se puede tomar prestado de otras épocas. Se dá algo que tiene que ver con la diferencia de edad que tenemos. Nos llevamos 20 años.

Hay algo que él tiene en su oreja, de escucharlo cuando era mucho más chico, y a mí me resuenan de una manera completamente distinta. Me pasa lo mismo con mi viejo, sobre todo con el mundo analógico versus el digital. Eso synthes que son poco prácticos o que él ya tiene en su cabeza que lo remiten a cierta música, cierta forma de tocar. A mí no me pasa porque no lo viví.

Salen cosas distintas. Pasó eso con este proyecto. No queríamos hacer un disco ochentoso. Sucede que salen álbumes que, claramente, son un revival. Es una oda y por momentos es exagerado. Por momentos, es un peligro. Puede sonar muy forzado.

Totalmente.  

Hay otra música que no toma prestado tan intencionalmente. Aquí pasó eso. Se filtra. por más que uno siempre tenga referencias. Era seguir lo que nos iba gustando a nosotros. El foco era que sonara lo más moderno posible.

Entre esto moderno, lo que suponemos como moderno, también entra el largo de las canciones. Encuentra una intención detrás de que sean tan cortas.

Sí. Mike es fanático de las canciones cortas. Tengo recuerdos de muchas sesiones buscando en dónde cortarle 3 segundos de un lado, 4 segundos de otro. Quizás, volar un puente entero. Que no se repita un estribillo para que sean más cortas, que sean una especie de bomba pop. Cortitas, al pie. Listo. Se pasa a lo siguiente. ‘La Pelu’ era un tema más largo. Tenía un par de secciones más. Tenía un instrumental muy volado y eso se fue achicando. Pasó de durar 5 minutos a 3 minutos y medio. También es parte del proceso.

Igual, este tiempo aún está extenso, comparando con lo anterior. 

Sí, hay temas de 2 minutos que hemos hecho. También, surge un poco de este modo de trabajo en el que, no hay ningún tema de todos estos que haya surgido de sentarnos con una guitarra, piano, los dos juntos, a componer. Es interesante esto. Tiene más que ver con un ida y vuelta de archivos. Es una composición muy digital, muy de collage. Quizás rinde más pasar a una idea completamente nueva que seguir desarrollando. Sirve para plantear una paleta de colores diversa, corta y efectiva. Igual, en un año lo escucho de vuelta y te digo algo completamente distinto. Esas cosas pasan.

Hay una estructura no convencional en la manera de contar las historias. Son diálogos contados a 2 minutos y medio. ¿Cómo empezás a plantear para musicalizar algo así?

Hay algo muy gracioso con eso. Muchas de esas cosas se dieron de casualidad. En un momento estaba la idea de contratar un letrista. Para llegar a ese punto, aunque sea hay que llevar una melodía y una especie de esqueleto, de lo que se quiere que sea la canción. Yo le pedía que me trajera algo, que fuera lo primero que se le ocurriera, por más raro que fuera, por más que no encajara, para empezar a trabajar.

Presentación de ‘Daä’, el segundo disco de Mike Amigorena, con banda completa en La Tangente, diciembre 2019. Créditos: Victoria Dragonetti

Me acuerdo de estar grabando voces acá, me dice ‘¿a vos te parece que esto puede ir?’ Y yo, ‘sí, quedate tranquilo. Esta es una maqueta. Después lo vas a re-grabar, alguien va a venir a cambiar la letra’. Todo eso en el primer año de trabajo. Nos quedamos sin presupuesto y sin sello (risas). Quedaron las letras de las maquetas. Muchas de las tomas fueron de las maquetas. Por las dudas, grabé lo mejor posible. Todo termina sirviendo.

Hay algo en el feeling, una toma que no tiene tanta pretensión, tanta presión, es muy natural. Es inlograble, por más que tengas el mejor equipo, mejor estudio. Muchas de las cosas que quedaron, que hacen a la estética de las letras, del disco, tiene que ver con que fue lo primero que se nos ocurrió. Eso fue así.

Fueron apareciendo metáforas particulares de él. Son muy de él, tienen algo en su forma de escribir melodía, letras. Es único. Yo tengo que ver cómo hacer que eso funcione al 100% de su capacidad. 

Esto de las voces, lo entiendo completamente. Hay capas. Conforme cambiás la forma de consumo, se nota. 

Todo ese trabajo está hecho intencionalmente. Tiene una búsqueda de llegar a ese puerto. ‘Barroco’, que a vos te gustó, yo también creo que resume el disco. Ese fue el primer tema que hicimos. Fue el único que sobrevivió de esa camada. Fue lo primero que le mostré. A la vez, fue el último tema en terminarse. Hasta último momento estuvimos haciendo muchos ajustes. Ese fue el último master que se cerró. Qué loco que lo percibas de esa manera, como un resumen, porque es el tema más antiguo y el que sobrevivió a todo.

A pesar de que todas las canciones son atípicas, para mí, cualquiera podría haber sido single. La particularidad de cada una te permite esto. Aún no entiendo cómo hicieron esto posible. 

Son todas bailables, pegadizas y muy coloridas. No tengo la mirada más objetiva porque estuve muy metido en ese proyecto, pero sí es como decís. Todas pudieron haber sido singles. Hicimos un proceso de descarte. Aquí elegimos 8 canciones, es un disco muy corto. Son 26 minutos y están buenos todos. Tiene mucho que ver con esta forma de hacer discos hoy en día.

Trabajo en esto y me encanta el álbum como formato para presentar una obra, una idea; me cuesta encontrar el momento para escuchar un disco de 40 minutos. Cada vez es más común esto de los singles, EPs, discos cortos. También tiene un gusto esto. Lo divertido es encontrarle el gusto a que, artísticamente, puede haber un hecho, idea de un álbum corto. No simplemente decir, ‘vamos a hacer un disco corto para que tenga más éxito’. Creo que no pasa por ahí, no sucede.

¿Qué viene para vos?

No puedo creer, pero ya se puede hablar de lo que queda del año (risas). Hay muchas producciones para encarar y que termine el año. El gol máximo sería poder editar el tercer disco, que ya está bastante cocinado. Le falta trabajo, pero hay 6 temas en el tintero. Estamos ahí nomás. La idea es hacer un disco parecido, en cuanto a duración, pero hay que ver qué vuelta se le puede dar para que sea distinto.

No tiene sentido hacer el mismo disco varias veces. Una lástima no poder tocar en vivo. La banda que se había armado era excelente, también estaba tocando ahí. Se había dado algo interesante de cómo funcionaba este proyecto en vivo. Sí está la idea de hacer una sesión en vivo, hogareña, pero muy bien filmada con la banda. Esperemos que pase de acá a unos meses.

Sí que hay buenos proyectos. Sigo trabajando en televisión, hago música para el Canal 9. Eso es una constante, siempre entran pedidos. Un poco la vida del ‘productor’, (palabra que nunca me gustó), puede significar muchas cosas. Prefiero considerarme músico que tiene mil trabajos. Los que hacemos esto tenemos que estar en muchos lados a la vez. 

A menos que te encasillés en ser ‘la persona’. 

Por un lado, me parece aburridísimo. Me identifico más con el que hace un poco de todo. Todos los días son distintos. Un día estoy componiendo temas para Mike, otro día es televisión, mezcla, grabar a alguien. Eso es lo lindo. Todo es música. Uno tiene que ver cómo elevarla.

Estamos acá para captar ese rayo en la botella y construir algo tangible. Por más que sea digital, es tangible. Te puede emocionar, gustar, lo podés odiar. Es algo que pasa a existir en el mundo.

Si estás enfrente de una puerta, tocás el timbre, ¿quién te abre?

Te puedo decir que llegué a una conclusión al trabajar con tanta gente, de unos años para acá. Sea quien sea que esté de ese otro lado, ojalá que sea alguien que esté en la misma. En este proceso de pensar y repensar la profesión, el ser artista, el ser alguien que hace de la creatividad su oficio… hoy en día priorizo más la gente con la que uno puede conectar más por ese lado que trabajar con alguien muy exitoso.

Al escuchar esa pregunta se vienen mil nombres, pero no sé si quiero ese nivel de exigencia. No sé si quiero dejar todo para eso. Hay algo que pasa cuando viene alguien independiente, pasa algo en el ambiente. Sucedió y valió la pena. Con que nos guste a los dos, está. Después, en general, cuando sale, le termina llegando al que lo escucha. Estoy para esos momentos. No es una carrera.

Hay algo muy de esta profesión, pareciera que hay que dejarlo todo porque se está viviendo el sueño. Es un trabajo, como cualquier otro. Días que lo amás, días que lo odiás.

Hay toda una especie de cultura muy explotada por el Internet, YouTube, ‘10 hacks para producir, ¿cómo hacer para entrar en la industria?’ Me parecen nefastos. Buscan un goal muy superficial en vez de algo tan sencillo como estar haciendo música. Uno empieza haciendo música para sí, música para amigos. El otro día escuchaba a alguien hablar acerca de la magia de agarrar un instrumento y hacer que suene. Uno se olvida. Yo estoy todos los días haciendo esto, pero sale algo al agarrar el instrumento. Es increíble. Si puedo orientar todo a que sea hacer sonido, voy a estar hecho por este año y los que vengan. 

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Martha Elisa Estrada Cortez

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