Honestidad que trasciende con YOSHI
Hay artistas que llegan para crear cambios, nuevos sonidos. YOSHI es ese artista. Está reinterpretando sentimientos que resuenan y sobrepasan el habla hispana. Hay consistencia que se refleja con el paso de los años. Colaboraciones que expanden ese universo sonoro que lo termina de consolidar como un escritor, productor y cantante que tiene un largo camino por recorrer.
Las últimas semanas las ha pasado bien, con muchos cambios. Ha sentido muchas cosas diferentes. No ha parado de trabajar, ya tiene nuevo material nuevo. No ha tenido mucho chance de sentir sino más de hacer. Me dice que lo que está por salir suena a un concepto similar a lo que tiene, pero más desarrollado, a algo más arriesgado, más maduro. Suena a su evolución, a una búsqueda.
Aprovechamos el lanzamiento de su EP debut, ‘Demos y Feelings’, antes de su partida a Los Angeles para seguir componiendo, para platicar de todo un poco. Con un pelo color verde Green Day, YOSHI nos cuenta más acerca de cómo se decidió lanzar material propio, las implicaciones y expectativas que tiene, las canciones que cambiaron su carrera, de las influencias y escena mexicana que están en su vida, Nirvana y Katy Perry.
¿#Aquésuena YOSHI?
Yo creo que suena a mí, mis influencias, a las cosas con las que crecí y lo que convivo todos los días. Suena a Shakira viejito y Nirvana, pero también a Frank Ocean, C. Tangana. Hay una combinación de todas las cosas que realmente me mueven, inspiran y me dan nostalgia. Me hacen quien soy, me dan un poco de color en la vida.
¿Sos de finales de los 90’s verdad? Todavía viviste el fanatismo de la época.
Del ‘97. Sí, realmente, cuando era niño, Shakira estaba muy de moda. Siento que siempre he tenido nostalgia por el pasado. De niño escuchaba más The Who, Led Zeppelin. Rock clásico. Ya de adolescente empecé a agarrar Nirvana, incluso 50 Cent y Eminem, que no me tocaban, tal cual, pero que estaban antes de mí y me llamaban más que la música que estaba de moda en ese momento.
A vos te conocen por componer y producir, primordialmente. ¿Cómo fue soltar esta otra parte tuya? Me refiero, pasar a ser el protagonista.
Me di cuenta que para estar atrás, yo tenía que tener más experiencia, infraestructura, para realmente apoyar a la gente que quería. Para crear un movimiento, decidí que era más interesante, más creativo, abordar este movimiento desde la cabeza, de ser la cara yo. La neta es que el año pasado empecé a convivir más con otros artistas de mi edad. Antes estaba trabajando con Jesse, pero no tenía tantas referencias. El año pasado empecé a salir más. Con AQUIHAYAQUIHAY ya había trabajado, me había sentido identificado. Conectamos de nuevo. Me empecé a sentir parte de eso, ¿sabes?
Sentí que era un error no dar yo la cara, sentí que era un error no vencer mis inseguridades. Todo vino de una necesidad y propósito de tener más presencia y control.
¿Cuánto tiempo pasó para que salieran esas tres canciones de Demos y Feelings?
Esas, todas, las escribí casi en el mismo lapso de tiempo. Hubo un lapso de un mes que escribí varios demos. Fue al principio de marzo, por ahí. Ya estaba iniciando la cuarentena. Dejé de ir a sesiones, y empecé a escribir. Hasta las pudimos terminar y sacar.
¿Por qué tres? ¿Por qué no cinco, seis?
Me lo preguntan mucho, y no hay una razón lógica, siquiera. Lo pienso y creo que hubiera sido mejor sacar una. Originalmente quería sacar diez. Yo quería que la gente me viera lo más posible. No me importaba que fuera un éxito, que tuviera mucha promoción.
Yo quería sacar la mayor información sobre mí, la mayor expresión de mi proyecto. Habían varios demos, pero aparte de esos tres, aunque me gustaban, me gustan todavía, creo que no me representan. Estos tres eran los que se sentían más honestos. Yo quería sacar todo, pero saqué lo más honesto, lo más yo.
Yo lo digo como alguien que consume, siempre se quiere más. Tenés tres canciones que suenan muy bien, pero, ¿cuántas veces más las puedo escuchar?
Sí, total. En el mercado, hoy en día, todo va súper rápido. Se pierde la magia más rápido. Creo que las tres canciones tienen, para mí, su esencia. A lo mejor, si las escuchas en un año o dos, van a seguir teniendo impacto. Creo que son canciones reales. Mi carrera se debe basar en eso, sacar material honesto, que de alguna forma no deben ser reproducidas sino que deben quedarse con la gente.
Ustedes son los anti fórmula. Tenés a Lil Uzi que saca un disco de 16 canciones, y a la semana tenés la versión deluxe.
Por lo menos, yo quiero hacer las cosas como las siento y no como el mundo quiere que las haga. No sé si funcione, si sea el mejor enfoque, pero sé que es con lo que me siento cómodo. La gente que le gusta, sí se lo está quedando. Lo veo en las estadísticas cómo sí le da play, la misma persona. Sí les significa algo, y eso es lo que más me importa.
¿Cómo manejás esa ansiedad? Ver estadísticas te pinta otro panorama. En redes podés leer muchas cosas buenas, pero los números no te mienten.
Yo lo tomo con paciencia y con humildad. No esperaba, jamás esperé que fuera a ser viral o tuviera millones de reproducciones ni nada. Siempre lo vi como un inicio lógico de una carrera. Los números hasta ahora me hacen sentido. No me han causado ansiedad, pero sí un tipo de obsesión. Sí lo estoy viendo todos los días, estoy pendiente. Es para saber en dónde estoy yo, cómo tantear los siguientes releases, el próximo vídeo, post, lo que sea. Lo veo más como una herramienta.
La paleta sonora que trabajás me parece consistente. Es extenso lo que ha salido, y me gusta que podás desenvolverte así. Pongamos de ejemplo el 2018 con dos canciones muy diferentes como ‘Tema 1 (SWOOSH)’ de Jesse, con una base durísima y ‘Llama’ de Girl Ultra mucho más chill, pero siempre el punch ahí, solo que redireccionado. ¿Armás base con algún artista en mente? ¿Lo empezás pensando que puede ser para vos?
Siempre es diferente. Yo hago música todos los días. Hay veces que sí pienso en Jesse o alguien más. Realmente, yo intento no pensar en nadie. Intento llegar a un sentimiento, en algo que a mí me guste y ver de qué manera eso se pueda adaptar a otros proyectos.
Con ‘SWOOSH’, era este un tema que había pensado para mí, porque en ese entonces tenía la intención de sacar música como artista. Empecé a trabajar con Jesse, a ver cómo era la situación, pensé que era una canción que se debía quedar él. No estaba terminada, en una sesión la saqué. El me dijo que le gustaba y trabajamos en eso. La terminamos con él, la trabajó Milkman y subió a Fuego. Milkman hizo un poco de producción ahí. Ese es un ejemplo de cómo puede irse algo que esperaba que fuera para mí. ‘Llama’ fue un proyecto que estaba empezado. Yo llego a afinar ciertas cosas.
Lo que hago es siempre tratar de mantenerme consistente, todos los días, de abordar cada canción como si fuera mi canción favorita, la favorita del artista. No hay una fórmula y eso es más complicado de lo que suena. Yo intento hacer cosas que me gusten. Si las canto yo o alguien más, eso es un poco el destino. Hay canciones que he escrito para alguien más que me gustaría que fueran mías. Hay canciones que escribí para alguien más que fueron mías. ‘Clara’, alguien más iba a cantar el coro, pero lo terminé haciendo yo. Siempre varía, pero el chiste es hacer cosas que me gusten, no importa para quién.
Este año lo sentí mucho más movido, más latino, en cuanto a producción si comparo con años anteriores. Lo que sí siento constante es el R&B en la estructura, desde los coros hasta las guitarras. ¿Qué ha cambiado en lo que te rodea que influencia esto?
Empecé a meter cosas más latinas. Desde siempre me ha gustado. Cuando empecé a hacer música era muy hip hop, muy R&B, muy rap, muy gringo. De repente, empecé a agarrar cariño por ciertas cosas latinas. El año pasado escuché boleros, cumbia, salsa, tríos. Hice muchos beats intentando actualizar ciertos sonidos mexicanos tradicionales, como experimento. Eso me llevó a hacer un sonido que se siente más de la región, más latino. No me encanta llamarle latino, sino que mexicano. Hay ciertas cosas de la cultura; sé que vienen de toda latinoamérica, pero que los niños en México crecimos con Luis Miguel, José José. A lo mejor. al escuchar a Luis Miguel, me hace ser más propenso hacia cosas de jazz y R&B, este tipo de arreglos. Creo que si este año se siente así es porque estoy encontrando algo más auténtico, más mío.
México tiene una identidad, y eso es muy importante porque trascienden. Hay un sonido que hace que lo tomen como propio.
Lo veo en todos los proyectos mexicanos. Estoy mucho más interesado en proyectos locales, independientes, pero que suenan mexicanos. Van a trascender, mucho más, en el futuro. Ahora se está haciendo mucho reggaetón, trap, urbano; para mí, proyectos como Ed Maverick, Absa G, tienen un sello muy de aquí. Esos son los proyectos que a mí me gustan.
En lo mío, creo que sí tomo de referencia lo urbano, pero intento dar esto mexicano. Ya sea en arreglos, armonías de voz. Milkman me dice que algunas suenan a Sin Bandera, pero yo crecí con eso. Es inconsciente. En México tenemos buenos referentes. Hubo una época dorada, varias, de hecho. Yo creo que es un error darle la espalda a eso. Hay que ver qué se puede actualizar.
Hablemos de ‘LA ESCENA’ de Monterrey. Méne fue quien me dijo lo que están haciendo con Cuis Lerda. Veo que vos también estás en ese movimiento. Hablame más de eso.
Yo no estoy en ningún chat (risas). Desde que salió Nsqk, ahí vi que estaba pasando algo. Yo sabía quién era él antes de que sacara Botánica, pero no había prestado atención a lo que estaba haciendo. Cuando ya salió, lo escuché el día que salió y me pareció fresco e interesante. Me metí a seguirlo, me siguió también. Hicimos ‘Clara’ juntos y a su vez vi que él y sus amigos tenían otros proyectos.
Se me hicieron muy chingones todos. El último álbum de Cuis y lo que hacen Refugee, Kevo me parece cool. El master de mi EP lo hizo Glieze, él hizo la mezcla y master de Botánica. Yo siento que ahí está pasando algo. Fuera de la canción que tengo con Nsk, no soy parte de eso, pero buena vibra para ellos. Si se puede hacer algo, se hará.
Tú sí estás en búsqueda de desarrollo de artistas, entiendo. Tiene que ser parte del masterplan.
Sí, claro. Mi sueño es no salir del estudio. Me gusta estar de tour, viajar, pero en una edad más avanzada me veo estando en el estudio ayudando a gente a desarrollar su potencial. Sí me gustaría hacerlo. Ahora no tengo tiempo, creo que no sé al 100% cómo hacerlo. Justo hago lo mío, quiero descubrir cómo es, a través de la experiencia propia.
¿Crees que hubo un antes y después de tu carrera al lanzar una rola específica? Yo pensaría que ‘Malibú’ tuvo un impacto fuertísimo. Conectó, de inmediato.
Hoy la estaba escuchando. La escucho, de repente. Sí hay un antes y después con ‘Malibú’ y ‘Cielo Gris’ con Akapellahh. Siento que ‘Malibú’ es una canción importante para mucha gente, es su canción favorita, y ese tipo de cosas sí te cambian. Después de eso sí me empezó a hablar más gente, empezaron a salir más cosas. Me empecé a posicionar más. Una chica de Italia me escribió de ‘oye, escuché la canción y me gustaría trabajar contigo’. Resultó ser una artista súper wow, se llama YEИDRY.
Con ‘Cielo Gris’ di a entender que el R&B es algo en lo que me desenvuelvo, pero yo crecí con el rap. Hoy en día lo sigo escuchando mucho. A los 15 años, mi ídolo era Akapellah. Trabajar con él me dio, a mi mismo, esta seguridad que podía hacer algo importante con artistas del rap. No hay nada que me diera más orgullo que eso. Al final del día, soy un rapero en mi interior. A lo mejor, intento darle un giro, pero empecé con eso.
Estuve en sónar MX y recién habían lanzado la rola. El público ya la coreaba. ¿Cómo aterrizás ese sentimiento?
Sí es bonito de ver, ¿sabes? Alimenta mi propósito y me hace sentir que tengo una razón de hacer música. Cuando hice la canción, no sabía que iba a ser tan especial. Sabía que iba a ser una buena canción, pero no que le iba a llegar tanto a la gente. Cuando empecé a ver esa reacción, creo que me dá otro tipo de seguridad y alimenta mi creatividad de otras formas. Cuando veo eso en vivo, ya sé cómo se siente. Estando en el estudio, puedo intentar cosas pensando en cómo, no tal cuál recrear el sentimiento, sino jugar con lo que yo presencié en vivo.
¿Cómo fue el primer acercamiento con Milkman? ¿Cómo comienza esa historia?
Ni siquiera me acuerdo cómo nos hicimos amigos, pero fue muy natural. Desde que empecé a trabajar con Jesse, Milk, como para la tercera canción que hicimos juntos, ya sabía quién era yo. Ha estado ahí desde el principio. Un día llegó al estudio, platicamos. Otro día salimos a una fiesta, y de repente, a la tercera vez que salimos, terminamos en Four Points de La Roma tomando whiskey a las 6 am. El resto ha sido un camino largo, pero siempre viendo cómo podemos colaborar.
¿Estás firmado?
Estoy firmado con el management de Milk, como artista, no. Que llevemos tanto tiempo trabajando no es por algo legal sino porque hemos conectado.
¿Estás buscando que alguien lo haga?
No, realmente. Siento que con los recursos que tengo, puedo seguir haciéndolo por mi lado. Definitivamente no estoy buscando, pero sí estoy abierto a la posibilidad si alguien muestra interés o algún tipo de apoyo que me convenga a mí y sea algo lógico.
¿Qué estás escuchando?
Mucho Nirvana, últimamente. Sí es chistoso, la neta, porque es muy cliché. Mi algoritmo de YouTube me enseñó una entrevista de un experimento social. Le daban a unos adolescentes el disco de ‘In Utero’ y ve qué piensas. Esto en la universidad. Regresan al día siguiente, y se me hicieron muy chistosas las reacciones. Estuvo escuchando ese disco porque era un sonido muy arriesgado para una banda tan grande. Aparte, la edición que está en Apple Music, tiene las mezclas originales de Steve Albini, que nunca salieron porque no eran comerciales. Las cambió la disquera. Sonaba muy oscuro y la distorsión era súper fuerte. Me interesaba escuchar la locura, ese sonido. Igual, me regresé a Soundgarden.
Escucho ‘Black Hole Sun’ y esa batería, guitarra, suena mejor que cualquier cosa que haya salido este año. Tiene una esencia por el mismo sonido. También a Sen Senra, Rex Orange County, Gabriel Garzón-Montano, me encanta. Mucho a Katy Perry, también.
Buen equipo de trabajo tiene ella, tiene a los que saben armar rolas, de cajón.
‘Teenage Dream’ es un disco al que siempre regreso. Recientemente lo hice porque estaba leyendo ‘The Sound Machine’, y hay una parte de esto. De cómo Max Martin y Dr. Luke lo hicieron. El sonido de este álbum resuena conmigo porque, aunque sea pop del 2010, se notaba mucho la influencia de lo alternativo. Las guitarras de Dr. Luke era súper rockeras. Es un disco que fue un hit, pero sí se mantuvo fiel a sus influencias. Me vuela la cabeza siempre.
Al final, hay un umbral de musicalidad. Si llegas a eso, no importa el tiempo que pase, no sales de eso. El disco de Billie Eilish, pasarán diez años, y va a seguir en eso. Es algo que no puede envejecer. Si es bueno de verdad, no importa el tiempo que pase.
¿Qué hacés cuando no hacés música?
Soy de películas, me encanta el cine. Soy clavado. Si no hiciera música, haría cine. Este año quise leer más, también lo he estado haciendo. Pre-cuarentena, me gustaba ir a fiesta, viajar. Viajaba por trabajo, pero también íbamos a comer, cualquier cosa. Soy sencillo, no tengo hobbies.
Me gusta cocinar, leer, ver pelis y salir. Este año hice ejercicio, me estuve disciplinando, pero luego me cuesta porque la música es casi el 100% de mi tiempo. Hay veces que me gustaría desayunar bien, hacer ejercicio, leer un libro, pero no. Me levanto con una idea en la cabeza y mi cerebro no me permite no hacer música. Es una urgencia, casi.
Si estás enfrente de una puerta, tocás el timbre, ¿quién te abre?
Está difícil. Creo que Rick Rubin sería esa persona.
Tener una charla en el jardín, descalzo.
Sí, ándale. Creo que para alguien como yo, hablar con alguien como él, podría cambiarte la vida.
¿Qué tan difícil es que te invite al trailer?
Yo lo veo posible. Al final del día, mucha gente que ha ido a su casa, se lo encontró en una fiesta. No es imposible que esté viendo YouTube y encuentre una canción tuya. Difícil no es sino improbable. Muchas cosas así nos pasan todos los días. No descarto ni estar con él ni Kanye West, Drake. Yo jamás lo he descartado. No sé si es porque soy un soñador, pero para mí estas cosas sí pasan. He llegado a estar con gente que ni me la creo.
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Gracias a Andrea Amkie por hacer esta entrevista una realidad.