Entrevistas

Jesse Baez Quiere Más

Hay noticias que generan alegría. En algunas ocasiones, se toman como propias. Es una cuestión de vínculos. Un sentido de identificación, quizás. No se pueden expresar de otra manera. Agosto del 2017 parece tan lejano ya. Tengo muy presente el haber leído el titular en El Siglo: Jesse Baez firma contrato con Universal Music Latino. Esto tendría que haber salido en todos los medios del país. No fue ese el caso. 

Esta introducción podría desviarse al inevitable reclamo hacia la falta de interés e infraestructura por parte de los medios tradicionales y masivos. Incluimos en la lista de culpables a los Ministerios (in)competentes. Lo vamos a dejar para otro día. Mejor aún, podemos revisitar el extenso texto del artista gráfico, MRKRAZYMAN, que trata de abordar esta problemática estructural.

Era todo muy nuevo. Se sigue sintiendo así, de alguna manera. Los anuncios en lineups internacionales, artículos de prensa en medios importantes en la escena Latinoamericana, su participación en el compilado de Finesse, ‘El Dorado‘. Tenemos que hablar del Boiler Room y la chica en primera fila gritando a pulmón todas las canciones. Surreal. Este me parece este un calificativo que engloba una experiencia de esta naturaleza.

En ese entonces, yo era una simple espectadora, pero me conducía como si fuera especialista en este nuevo movimiento musical de habla hispana. Me vi envuelta en una búsqueda constante de nuevas referencias sonoras. Era como si todo lo que me gustaba en otro idioma estuviera siendo presentado bajo una nueva mirada. Lo lejano pasó a ser propio.

El sentido de identificación fue inmediato. No fui la única. Antes de firmar con una disquera internacional, Jesse llevaba un par de meses fuera de Guatemala. México fue su segunda casa. Esa nueva etapa la vivió en otro contexto, y trajo los primeros frutos. La conmoción en redes al saber que estaba preparando material era tangible.

Debutó como solista, fuera de Guatemala, en el 2016. B.A.E.Z. bajo el sello Finesse Records, fue un indicio de la nueva dirección. Apaga La Luz‘ fue un antes y después para la escena hispanoparlante. El vídeo fue el complemento perfecto. Algo nuevo se respiraba en el ambiente.

Cuando menos lo esperamos, llegó el anuncio del EP, ‘TURBO‘. La expectativa era alta. ¿Cómo no ser así? ¿Qué podría tener preparado bajo la tutela de Milkman? ¿Era acaso un sonido más tropical? ¿Melodías tristes? ¿Trap? ¿Llegaríamos a escuchar algo de EDM? ¿Siempre bilingüe? ¿Qué nuevos artistas y productores entrarían al radar? 

Muchas interrogantes por contestarse. El EP vivió a las expectativas. Aquí, en Guatemala, la recepción del lanzamiento fue más que bienvenida. Fui al Octavofest, ese año en El Kuto. El venue estaba sold-out, algo inédito para un artista local. La cola para comprar los tickets estaba desde el mediodía. La anticipación era palpable. Terminé en el escenario. No lo podía creer. Uno de los mejores shows a los que he asistido, sin duda. Me remito a la evidencia.

Muchas preguntas para una figura que ha dado pasos agigantados a su ritmo. Muchas preguntas para alguien que decide reservar momentos atípicos para sí mismo. Muchas preguntas para alguien que ha creado una comunidad leal y paciente, que le apoya sin condición. ¿Cómo empezar siquiera?

Jesse Baez no necesita introducción. Decidí hacerla igual. Creo importante expresar lo mucho que respeto a alguien que toma su oficio en serio. Es admiración lo que siento por alguien que está dispuesto a vivir, el día a día, en una industria tan apetecible e idealizada. Él tiene claro lo que ha hecho. Él tiene claro lo que quiere hacer aún. Es como si estos primeros años han sido un test y el reto verdadero inicia con el lanzamiento próximo de su álbum debut.

Su equipo de trabajo ha jugado un papel fundamental en este desarrollo integral como artista, es así. Jesse lo sabe. La complicidad es latente. Desde el booking hasta la elección de singles. Todo está meticulosamente planificado. Tienen claro qué viene y van en serio.

Esta era una conversación pendiente y su nuevo single, ‘Limo‘ fue una excusa para resolver interrogantes de todo tipo. Hablamos acerca de los cambios que ha visto desde su primer single, el sentido de identificación en el uso del lenguaje, la importancia de creer en uno mismo y la nueva apreciación que tiene por la escena musical.

Para mí, desde el principio me quedó claro qué querías hacer y cómo querías que sonara. En cuanto a la manera en que abordás la construcción de una rola, ¿cuál ha sido el cambio más grande desde ‘Apaga La Luz’? ¿Qué se ha mantenido constante?

El cambio más grande ha sido que el equipo de trabajo. Ahora mismo, es muy profesional. Todo está muy al cien. Todo. No me siento underrepresented en ningún lado. Todo el mundo está muy bien y eso me dá mucho orgullo. Significa que estamos listos para cualquier cosa que siga.

Creo que eso es lo que más ha cambiado. Lo que sigue me emociona mucho. Sigo creyendo a los lugares a donde quiero ir con mi música. Eso siempre ha sido muy constante, el creérmela. El creer en mí, básicamente. A veces cuesta mucho.

En los últimos meses me he sentido revitalizado en muchas cosas. Siento que la bola está moviéndose otra vez. No que no se estuviera moviendo, pero está acelerando, de nuevo, a donde quiero que vaya. Mucho tiene que ver en cómo estás en tu mente, en tus otros lados de la vida. Tenés que alinearte para que las cosas también salgan bien aquí.

Lo que veo es que nos han vendido esta fantasía: una vez firmás, todo funciona, todo se soluciona.  

No, no, no. No sé ni cuál será la estadística, pero no todo mundo que firma le va bien. Obviamente, no a todo mundo firman. No es de firmar, entregar las llaves y me hablan después. Definitivamente, no. 

La simple asociación con estar firmado te dá cierto respaldo, pero al final todo sigue. Todos, hasta el artista más grande, están sujetos a esto. Uno tiene que estar encima. A nadie le importa más que uno, esa es la realidad. Y si a alguien le importa más, hacé otra cosa. No estás haciendo lo que en realidad te gusta. 

Encuentro un sentido de identificación, casi que inmediato, con lo que hacés. Hay algo en el lenguaje, no es solo el idioma. ‘Limo’ no es la excepción. ¿Todavía te sorprende que conecte tanto? 

Sí. No es que no tenga expectativas cuando saco música, pero no me gusta crear ideas, ‘esto ahora lo va a postear no sé quién y se va a ir todo..’. Hace muchos años dejé de ver así, pensando en que la vida va a cambiar así. Siento que mi vida ya cambió de esa manera. Lo que toca es otro camino.

Sí es intencional, el decir cosas que a mí me gustarían escuchar otra vez. En la canción, específicamente, decir, ‘siempre a escondidas, todo Banksy’, eso a mí se me hace una muy buena barra. Suena muy cabrón. Se me hace interesante. Banksy rima con Givenchy, si querés. Pude haber dicho eso también, pero sí es claro eso. Al final, a mí no me importa tanto Givenchy, en lo personal. Para qué voy a decir eso si no resuena conmigo.

Va por ahí. Es pulir tu trabajo. Eso incluye no estar contento con la primera palabra que se me ocurra al final del punchline.

Si ya lo escuchaste muchas veces, siempre hay otra que cabe. Es de encontrarla.

Screencap de ‘Limo’. El single fue producido por Eric Butler y sweetsound.
Otro tema es que mantenés muy tight el songwriting team. YOSHI, Milkman están y alguien más si produce también. También sos intencional ahí.

¡Sí! Imaginate, después de trabajar tanto tiempo con ellos, ya entienden todo. Todos nos entendemos, es fluido, ‘mirá, ¿aquí qué palabra? Probá esta melodía’. Es casi automático. Es como llegar a jugar a un equipo y tres años después ya no tenés que ni verte. Ya sabés qué van a hacer.

Es algo así en el estudio. Ellos saben qué me gusta, yo sé qué les gusta. Ellos saben qué esperan de mí, yo sé qué espero de ellos. La comunicación se vuelve mucho más fácil, la escritura también. 

Hablando de ‘Limo’, ¿tenías algo concreto que querías lograr con esta rola? ¿Por qué decidís que sea el single? 

Escogimos la canción habiendo terminado todo el disco. Lo vi más porque creo que es lo suficientemente ambiguo para que no sepan, específicamente, para dónde va. Esto está en medio de muchas cosas. Hasta musicalmente contrasta, un poco, con la letra. No estoy hablando de una chava ni nada, puede ser de cualquier cosa.

La música, igual, si no sabés lo que estoy diciendo, creerías que me rompieron el corazón. Creo que en su principio, esa era la intención, el no revelar mucho. Poder ir de más a menos, en cuestión de género. Ir especificando o reduciendo los elementos. Esta canción es la más ad hoc para poder entrar a eso.

Entiendo por qué hicieron click con sweetsound. ¿Cómo se conocieron? 

Él es de esos amigos que hacés por vivir aquí. Tiene el estudio en el piso de abajo, en donde nosotros tenemos. Él es de Laredo. Milk no es de Laredo, pero iba mucho. Teníamos muchas cosas en común. Muy cabrón de productor. Varias de las canciones del disco las produjo. Él también incluyó a otra gente. Es parte del team que se agregó para hacer el nuevo disco.

Él también entiende que para vos, menos es más. 

Sí, sí. Tenemos gustos muy similares. Cuando encontrás a alguien que tiene gustos como los tuyos, te tenés que preocupar menos por cosas que no se alinean con tus pensamientos.

Parte del proceso es encontrar gente que piense como vos o que comparta tus valores porque te van a hacer la vida más fácil y viceversa.

Vos vas a hacer cosas que también ellos quieren que hagás. Es encontrar gente que pueda hacer las cosas que a vos te gustan sin que tengás que estar encima, siempre. Esa es la situación ideal. Así podés hacer más cosas que van a ser sinceras con lo que te gusta. Ha sido así. Aparte, es una buena persona. Es muy fácil trabajar con él.

No estás enganchado en redes, te leo como alguien reservado. Abrís Instagram para hacer promo. Tu público ya lo sabe.

Debería de hacer más. Me cuesta mucho. No es que no vea Instagram, sí lo hago. Las fotos son permanentes. Las cosas que decís son permanentes. A veces pongo algo y pienso, ‘es una estupidez, ¿por qué lo puse?’ Uno cae en el juego de, ‘si no es una foto de mi cara no va a tener los likes que si pongo una de mi mesa de noche que me gusta cómo se ve’.

Al final, eso no importa. Pero, es soltar todo eso. Es algo que quiero hacer. La gente se quiere sentir identificada con más que una canción. Yo soy así.  

Podrías estar haciendo lo opuesto. Imagino has vivido momentos que, a lo mejor, no pensaste fueran a pasar en un corto plazo. Querés una foto de eso. ¿Será que si comparto es too much?

Sí, sí, sí. También es el estar hablando de cosas que a mí no me competen. No te digo ni siquiera cosas de política. La gente se mete a hablar y digo, ‘¿para qué hablaste?’ Todos los días veo eso. Es mucho más fácil no decir nada. No todo lo que tengo que decir es muy importante ni filosófico ni muy listo.

No soy tan witty escribiendo tampoco. Eso no es un fuerte mío. Soy más chistoso en persona o hablándote. No soy clever escribiendo así, pero tengo amigos y amigas que son muy buenos haciendo eso. Es eso, que la gente sepa que pasás el día haciendo cosas muy normales. Al final del día, cantás. 

En este momento, como audiencia, ya vemos a Jesse, el performer. ¿Cuándo te la empezás a creer? ¿Algún show, entrevista, photoshoot? ¿La firma de contrato con Alvarito? 

Para mí, creérmela, fue el punto en donde me dejó de dar pena hacer cosas que tengo que hacer cuando hacés lo que hago, ¿me entendés? Ahora que estuve en México, me tocó grabar un vídeo. El hecho de poder hacer un playback enfrente de 20 personas y no decir, ‘uh, here we go’. Eso es parte dé. Eso es creérmela. Creérmela no es, ‘ábranse, aquí viene el artista’.

Es solo hacer lo que tengo que hacer sin que me dé ninguna pena. Ese es el profesionalismo máximo, perform. Y el segundo es, ‘se acabó bro, we’re done’. Verlo como chamba. Lo hacés a tu mejor capacidad. Creérmela cuando empecé a ir a México. El 2016 sí fue un año muy bueno para mí, sí dije que podía hacer música, en general. Cuando tuve el Boiler Room y Ceremonia, cuando empecé a tener shows, no dije, ‘game over, ya’. Sí vi que era por ahí.

Ese fue el momento clave. Ya me la creía de antes, pero no había visto nada pasar todavía. No había visto nada pasar a un nivel en donde yo dijera, ‘ah, esto va más cerca de yo vivir, a capitalizar de la música’.  Esa es la batalla de siempre. Uno quiere dedicarse solo a lo que uno quiere. Ese es el ultimate goal.

Vivir como uno quiera, sin sacrificar nada. La profesión no te tiene que limitar. No todo el mundo quiere todo. Está de locos creer eso. Tampoco es lo mejor estar pensando, todo el tiempo, en eso. Creo que se tiene que estar contento con lo que se hace y aspirar a hacer lo que se quiere.

En la música, especialmente en Guatemala, te ponen una limitante: ‘hasta aquí podés llegar o el caso Arjona’. Entonces, de aquí a aquí, ¿cómo llego? No se puede. Ni siquiera es rastreable en internet la carrera de Arjona. Lo de él no pasó en el 2010. No podés decir, ‘salió aquí, su primer show fue este, después a algún festival’.

No fue así. Fue en los 80s, y no sé cómo fue. Nadie sabe. Lo hablo en el sentido que ese camino ya no es replicable. Esos tiempos ya pasaron. Querer hacer tu propio camino en un lugar donde todos somos locales, ‘estrellas’ locales, está cabrón decir, ‘bueno, ahí te voy vida. Voy a ver qué me depara’. Ahora veo para atrás y digo, ‘es por aquí, es así’. Siete años después, obviamente. Sería malo que no.

Wandering en Londres. El vídeoclip fue grabado a finales del 2020. Foto cortesía de Jesse Baez.

 

Tenés colaboraciones inesperadas, pero encuentro legitimidad en cada una. Jalás gente de muchos lados. ¿Sos amiguero? ¿A qué le decís que sí? 

Siento que no es que sea tan amiguero, pero me llevo con todo tipo de gente. No tengo ninguna agenda más que, ‘si no me caés bien, no quiero hangear con vos’. Esa es mi única agenda. A la fuerza, nada. Creo que es eso. Antes era muy hater yo, cuando vivía en Guatemala. Muy hater de cierto tipo de música. Unas reglas muy ridículas que, cuando veo para atrás, digo, ‘cabrón, no hago ni un peso, ¿qué estoy diciendo?

¿Por qué me creía yo que algo no era cool? Ahora lo veo y no hay nada más respetable que alguien que quiera vivir de la música. Mi forma de ver a la gente es totalmente diferente. De ver ciertas partes de la escena, hasta en Guatemala. Ni siquiera de la escena, pero de la música nacional. Esos artistas llegaron más lejos a donde yo estaba en ese punto. Era ridículo no respetar, por lo menos. Ahora veo, y es ridículo no dar props, incluso.

Agosto 2017. Es oficial. Foto proporcionada por Jesse Baez.

No todo se alinea como uno cree. No todos son U2, pero no por eso no hay cosas de buena calidad. U2 es un ejemplo para nombrar a una banda grande, nada más. Pero, ¿si no llegaron a ese nivel, no hicieron?

Muy bueno el primer disco de Bohemia. Si escuchás, históricamente, el momento en que salió, es muy cabrón. ‘Paquetescuetes’, de Malacates, es del ‘99, muy buen disco. Páez escribe muy bien. La vez pasada, en un live, agarré esa canción y la puse en un beat R&B. Sonaba insane. Una canción bien escrita es bien escrita hoy y hace cincuenta años. La podés montar en un corrido montado o un trap y se arma.

Se puede. Yo siento que iba por ahí. Se me hace muy interesante porque siento que muchos factores influyen en que algo funcione o no. Solo la práctica hace que te pongás así. Uno no sabe nada. Por algo le sigue gustando a las generaciones. A lo mejor, uno no estaba haciendo canciones catchy enough. Es así de fácil. Uno no tiene que aspirar a eso, pero si uno quiere vivir de la música, a la gente le tiene que gustar algo. Si ni le ponés atención a eso, ¿a qué le ponés atención? Esa fue mi realización a través de los años. Querer vivir de la música y echarle ganas, está bien. Eso está bien. 

¿Por qué tanto tiempo para lanzar un álbum? ¿Qué estabas esperando que pasara para llegar a ese punto? 

Primero: tiempos. Siempre es tiempos. Si estoy tocando, no hay tiempo. Luego, Coronavirus. El Coronavirus me dio tiempo de poder hacer algo que le pude sacar todo. Me siento contento con lo que pasó. Al final, me hubiera podido pasar lo que pasa con fotos de hace dos años, de sentir que no está. He aprendido mucho, en todo este rato. Mi nivel, en general, está mucho más cabrón ahora. 

Mucho más refinado. Miralo con el máster para el nuevo single. Tenés a Mike Dean.

Eso ayuda, sí. Hace que suene mucho más profesional, en general. Suena a una rola ya en la radio. Sí te lleva a otro nivel, tanto en sonido como percepción. 

Sos un crooner. Yo sigo esperando un EP lleno de re-interpretaciones de baladas, de pop de los 90s, algo muy latino. 

La cuestión aquí son los derecho de autor. Todo eso de ver cuáles se pueden… En algún momento sería cool hacerlo. Por no tener que lidiar con esas cosas, ni me lo pongo en la mente porque no me va a aportar nada ahora. No estoy en donde yo quiero estar todavía. Eso se interpone en el camino más eficaz en donde quiero estar. 

Esto nuevo, ¿a qué suena? 

Para mí, suena a música que no he hecho. Hay muchas canciones que suenan a música que no he hecho y eso sí, seguro. Casi todo suena a eso. Hay cosas que se alinean mucho. ‘Limo’ es de lo que más se parece a lo que he hecho antes. De ahí, lo demás va para otro lado.

Una respuesta muy concreta. Percibo que el público pide regresar a cierta época, en ocasiones.

La música es de momentos. Nunca voy a regresar a ese momento en donde hice tal canción.

Tengo que buscar la siguiente, que no existe, porque no estoy para hacer versiones 2 de todas mis canciones. Es falta de confianza en uno mismo. Es creer que no lo podés volver a hacer.

A lo mejor, no lo hacés en la siguiente, pero lo podés hacer a la tercera o la cuarta y puede que eso sea un poquito más. Así te vas hasta que pasa. Regresar a lo mismo es regresar a esa fórmula que se va a ir acabando. Si vos usaste esa fórmula, de seguro podés hacer otra.

¿Cómo lidiaste con la ansiedad de lanzar un EP, que estaba para sonar en todos lados, y tuviste que sentarte un año completo en eso?

Ni me molestó tanto porque el EP ya llevaba tanto tiempo de quererlo sacar, que para cuando salió, ya fue un alivio. No me frustró que no pudiera salir de gira. No había nada que yo pudiera hacer. Cuando algo está afuera de mi control, literalmente, sale de mi mente. ‘What is Covid?,’ esa era mi pregunta. La música se disfruta en tu casa. No voy a tocar, pero lo bueno es que la gente sí lo puede escuchar. Honestamente, no lo pasé mal porque estaba muy ansioso por que saliera. Cuando salió, salió.

Si estás enfrente de una puerta, tocás el timbre, ¿quién te abre?

Mi abuelita me abre. 

¿Hace cuánto que no le ves?

Hace un año y medio. Ya me toca ir. Me vacunaron, así que pronto voy. 

Gracias a Andrea Amkie por hacer esta entrevista una realidad.

Author Image
Martha Elisa Estrada Cortez

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