En Conversación, Letón Pé
Letón Pé, la cantante, compositora, bailarina y actriz dominicana, está viviendo un momento de plenitud. Enfocada. Consistente. Precisa. Su más reciente EP, ‘Rojo Rubí‘, le ha posicionado como una referente indiscutible de la escena alternativa del Caribe.
Charlamos con Letón acerca de las expectativas que tenía al iniciar su etapa como solista, cómo se lleva con el crecimiento que ha tenido en los últimos meses, el merenhouse y la búsqueda que tiene ahora.
–
¿#AQuéSuena Letón Pé?
Suena como la temperatura en 38 grados Celsius (risas). Suena a calor. Mi música es muy condimentada. Como cuando tú piensas en un plato caribeño, pero al mismo tiempo bastante versátil y bastante amplia. Hasta cierto punto, yo la considero pop. Trato de hacer una fusión de eso que quizás me representa como dominicana y que no se ha extrapolado lo suficiente de manera global.
Soy yo, juntándolo, un poquito, con esos sonidos que han caracterizado a la música en los charts. No es algo que hacemos con un embudo, como si estuviésemos haciendo una fórmula matemática. Tiene mucho que ver con toda la música que he consumido. Es música con suficiente personalidad, Caribe, calor, apta para todos los colores.
‘¿Klk Tú Bebe?’ (2019) suena a algo que podría haber salido este año. Previo a este single, vos no estabas trabajando en tu proyecto individual. ¿Cómo fue ese proceso interno previo a la salida de tu material como solista? ¿Qué expectativas tenías?
La palabra no era expectativa sino ambición. La expectativa es que a esto le vaya bien. Estoy poniendo mi tiempo, esfuerzo, creatividad y también me estoy exponiendo. Uno tiene esa cosita por dentro, ‘concha, ¿y si hago el ridículo y a nadie le gusta?’ Ojalá valga la pena’. ¿Ambición? Hay artistas que nacen con eso tan claro, ‘yo me veo girando todo el mundo, poniéndome en alto sobre los escenarios’.
En mi caso, no fue tan así. Me inclinaba hacia otras cosas, fue una decisión difícil. La música es algo que te abraza por completo y que te consume todo el tiempo. Es una decisión abrupta, no estaba lista. Esas son las cosas esotéricas. La vida te da ráfagas y señales. Por más que tú estés como tambaleando sobre una idea, esa idea te va a seguir cogiendo del brazo hasta que tú cedas y aceptes que de eso tú te tienes que hacer cargo. Una amiga mía, NIKOLA, me dijo, ‘si a uno le dan un talento, si uno tiene un don, lo correcto es tú hacerte cargo’. El canto fue lo que siempre resaltó. ‘Me encanta la actuación, quiero trabajar en la radio, quiero dar clases de yoga’. Quería muchas cosas, pero siempre el fuerte era el canto.
Estuve en el momento correcto con la persona correcta.
Las primeras canciones aparecieron de golpe, aquí nos dimos a conocer. Antes de lanzar eso, estuve mucho tiempo haciendo covers. Estuve viviendo de la música, pero presentándome con una banda. Durante todo ese tiempo tenía el deseo de hacer música, pero hice dos canciones que nunca saqué. No me encontraba en ese sonido. No lo había hecho porque, simplemente, no me había encontrado con la persona con la que yo iba a poder efectuar ese sonido. Al final, se nos da con Piek.
Él venía de otro lugar, del House y la música electrónica. Él decidió explorar en un terreno un poquito más comercial. Nos dimos esa oportunidad. Los dos matcheamos, ‘aquí hay algo’. El mismo hecho de no tener una presión, de poder fluir y simplemente decir, ‘mira, que salga lo que salga’, ayuda mucho a que tú transmitas un lenguaje real. Un lenguaje genuino y que te permitas aprender en ese proceso. Algo bonito y a favor es que los dos siempre hemos consumido mucha música. Él es un archivo andante y colecciona muchísimos discos en vinilo. Así fue todo marchando, poco a poco.
Hay una parte que tiene que ver con las señales que me dio la vida y el hecho de también dejar que la cosa se maridara. No sacar algo por sacarlo en un momento en que, quizás, yo no tenía nada que decir. Dar con la persona correcta e ir explorando esos sonidos que yo quería que la gente conociera.
Llevás un par de años de trabajo ininterrumpido. ¿Cómo te sentís ahora? Has tenido una escalada fuerte. No es poca cosa haber participado en las sesiones de Cabra y Raúl Sotomayor en los Latin Grammys. ¿Cómo estás viviendo este momento de tu carrera?
Espiritualmente, estoy en un lugar muy interesante ahora. Me lancé en el 2019. 2021 fue una época en que yo estaba tan agitada, no estaba lista, realmente. No estaba preparada para la industria. Tenía tantas cosas sobre mi plato. No tenía idea que también formaban parte de las tareas de un artista y que no tienen nada que ver con escribir una canción. Fue una primera etapa muy estresante, me daba contra la pared una y otra vez. Tenía momentos en donde disfrutaba el proceso, pero la mayoría eran muy estresantes.
Tenía la resaca de la pandemia. Sabía lo que estaba haciendo, pero al mismo tiempo no, ‘la incertidumbre siempre reina ante todo’. Esos primeros años me prepararon. Después empiezo a trabajar con mi manager y surgen los viajes. Ahí me adentro al meneo, al jaleo de verdad, de cómo tu conectas con aquél productor, que si al estudio, que si escribir una canción on the spot. Era como si todo el tiempo estaba en estado de alerta y de supervivencia, ‘vamos para el estudio y tienes que escribir una canción’. Salía bien, pero estaba drenada.

Es como cuando tú vas al gimnasio y al principio te pesa y tú dices, ‘Dios mío, pero esto es horrible’. De repente, empiezas a ver los resultados, ‘como que me están saliendo unos musculitos aquí, me siento bien cada vez que voy’. Estoy en un momento donde ya siento el placer de esas cosas que, en un principio, resultaban demasiado demandantes para mí. Respondiéndote, literalmente, me siento súper contenta porque esto es una carrera. Es una profesión, una industria que cambia mucho.
Lo mejor que tú puedes hacer es trabajar, crear para auto descubrirte como ser humano y brindarle a las demás personas eso que estás haciendo.
Que tu música sea un antídoto, una medicina para las personas. Estoy en ese punto donde puedo disfrutar esos logros que van sucediendo y no me siento tan exhausta. Lo que suele ser exhaustivo ya lo estoy disfrutando. Recuerdo que una amiga mía subió un Reel diciendo, me identifiqué muchísimo, ‘cónchale, a mí me quilla la gente que dice que tú tienes que salir de tu zona de confort’. ‘¿Tú sabes lo que me costó llegar?’ De alguna manera, toda zona de confort implicó un desconfort. Me siento en ese punto. ¿Todas esas canciones que escribí y que nunca salieron? Hay un montón de cosas que uno archiva, horas de estudio que terminas pagando y al final tú dices, ‘coño, aparte no voy a sacar esa canción. ¿Para qué lo hice?’ Son un entrenamiento.
Finalmente, tengo mi brújula, sé a dónde voy. Tengo mi propio GPS. Si hay una parada, la disfruto. Estoy viviendo ese momento de plenitud. También de mantener mis expectativas, prepararme, estar lista para lo mejor, pero prepararme para lo peor. Uno no puede atenerse a nada. Todo, siempre, es volátil. ¿Algo bueno que te pasa? Buenísimo, disfrútalo. Si no pasó como tú querías, sigue pa’lante. Me estoy sintiendo así. Estoy encontrándole un significado más grande y mucho menos narcisista.
Esto que me decís se logra evidenciar en el nuevo EP. Desde la dirección creativa y la forma en que decidís poner el cuerpo en los videos. Estás al frente y jugás ese papel. El EP representa todo ese crecimiento, no solo musical sino como proyecto. Hablo del diseño de la portada, la ejecución en los últimos videos.
Sí y disfrutárselo también. A veces una dice, ‘las cosas que una enfrenta como artista independiente, los fondos’, pero puedo hacer lo que quiera. Eso también es una bendición. Déjame no limitarme. El mismo video de ‘Rojo Rubí’ implicaba de una coreografía extensa, marcada, toda bien pautada. Por un momento pensé, ‘conchale, dar con ese resultado puede tomar más tiempo de lo que a mí me gustaría’. Es demandante. Decidí tomarlo para mí. Ese entrenamiento me va a servir, tomar esas clases de baile que tuve que hacerlas en particular.
Es un compromiso, en muchos aspectos. Son cosas con las que me quedo para mi puesta en escena y que me brindan una experiencia mucho más amplia como persona. Estar en contacto con mi cuerpo, con todo, aprender a expresar mi lenguaje por otros medios enriquece muchísimo a quien también está viéndolo. Me di el permiso de diversificarme y alocarme un poquito más. Tuve la bendición de toparme con muy buenos productores.
¿El hecho de haber trabajado con Cabra y Tonga Conga en ‘Tengo Miedo’? Eso no era algo que tenía en mi lista… las cosas pasan porque estás ahí, abierta a lo que venga. Les conocí en Las Vegas. Era una experiencia muy nueva, no sabía lo que iba a pasar. Fue agitado, ‘ahora para aquí, ahora tú va para allá’. Muchos eventos y teníamos que josear para ver cómo entrábamos. Un viaje que está lejos, había mucho trabajo. Muchas noches de trasnocharse, pero uno dice, ‘Amén. Yo sé que allá voy a conocer gente’.
Mira cómo se dio ese vínculo. A raíz de eso, no solamente pude hacer esa canción que la coloqué en mi EP, también Cabra me dijo, ‘me gustaría que tú estuvieses en un tema de mi álbum’. Ese álbum está nominado a los Grammys. Tengo esa alianza con él y no era algo que estaba estipulado. No puedo sentirme más agradecida de que la vida esté actuando de esa manera. La vida te tiene que encontrar trabajando para que así te llegue la musa, las bendiciones o lo que tú quieras llamar.
Tenés mucho más claro el sonido. Me gustaría hablar del merenhouse. Lo agarrás ahora y lo abanderás por un tiempo. Hay una ventana de oportunidad grande para explorar el espectro caribeño sin caer en clichés.
100%. ‘Bailo Pa Mí’ es merenhouse, pero no es tan rough como el noventero. Es un terreno que, apenas, empiezo a explorar y pretendo seguir deambulando por ahí. Me fascina, lo consumo muchísimo. Hay gente que hace de todo y tú puedes hacer la investigación necesaria antes de meterle a un género y te puede salir si tú eres un buen intérprete, un buen instrumentista. Como dominicana, como persona que vivió esa fiebre del merenhouse, siento que tengo una potestad y debo sacarle provecho. Estuve ahí, lo presentía, fui consumidora, fan total de esa ola.
No es lo mismo cuando dices, ‘quiero hacer algo que suene ochentero, pero yo no lo viví’. Puedo consumir un montón de música ochentera, pero el hecho de estar ahí y haber consumido el fenómeno lo hace más interesante. Quiero seguir haciendo música con esos matices. ¿Algo que pienso mucho y que me fascina del merenhouse? Me es inevitable conectarlo con la puesta en escena. Lo digo por cosas que me han pasado, tanto buenas como malas. Hay canciones que no me funcionan en el escenario y al revés. El merenhouse tiene esa ventaja: tiene la parte electrónica, pero le puedes meter unas congas, meter un güirero si te da la gana.
Realmente, representa dignamente el formato de la música típica más importante de nuestro país, pero mezclado también con esa vibra de discoteca que le gusta a uno.
¿Cuál es la búsqueda ahora? Ya estás para sacar un álbum.
Estoy en un momento clave. Acabo de lanzar ‘Rojo Rubí’, mi segundo EP. Lo lógico es que toque un álbum después de esto. A veces tú tienes un grupo de tres, cuatro canciones, ‘creo que ya se me prendió el bombillo’. Estoy dejando que eso pase. Estoy en una transición en donde acabo de sacar este EP, pero quiero seguir mi proceso. Hay una rama que quiero seguir explorando y quiero tener ese momento para mí y que sea lo suficientemente de calidad para darle peso a lo que sea que yo vaya a mostrar el año que viene.
Tengo ya algunas canciones hechas. Estuve en México hace poco con Julián Bernal, con quién hice ‘Rojo Rubí’, y pretendo volver en noviembre. Con él pasé cinco días en el estudio y no fue planeado. Fui a México porque iba a hacer prensa. Nada más nos habíamos visto en una sesión, en donde trabajamos esa canción, y después de eso, ‘¿cuándo es que vamos a ver de nuevo? Se nos dio.

Musicalmente, me sentí en un lugar tan cómodo y diverso. ‘Esto es para mí. Antes de que sea para los demás, esto es para mí’. Ahora mismo, quiero seguir enriqueciendo mi sonido. Quiero seguir rebuscando, quiero esa profundidad para traducirla en la simplicidad que requiere la música para que penetre en la gente. Quién sabe si de ahí doy hincapié a un álbum. Me hace mucha ilusión hacer un álbum. La industria es complicada.
Es muy romántico pensar en un álbum porque la gente nada más consume los sencillos. La industria te pide sencillos. No hay fórmula tampoco. Lo que funciona hoy, creo que es hasta una casualidad.
Si estás enfrente de una puerta, tocás el timbre, ¿quién te abre?
Mi pareja. No hablo mucho de él en mis redes. Hay gente que no sabe que yo estoy casada. Cuando a mí me falla todo, me acuerdo que lo tengo a él. Es una persona que me ha apoyado. He tenido que presenciar a veces cómo personas de género masculino se han visto con un comportamiento, con reacciones peyorativas ante decisiones que las mujeres quieren tomar. Él me apoya en todo. Me ha empujado mucho, me ha brindado esa disciplina para echar pa’lante. Ha apostado a mi proyecto, es un socio también. Es una persona muy importante para todo lo que estoy haciendo. Es mi aliado principal.