En Conversación, Tonga Conga
10 años de trayectoria y Raúl Sotomayor recién está empezando. El prolífico compositor y productor se encuentra pasando por un buen momento en su carrera. ‘JEVI’, el primer álbum bajo el pseudónimo Tonga Conga, es el claro ejemplo de un artista paciente, experimentado y dispuesto a tomar riesgos para transmitir su visión plenamente. Un cuerpo de trabajo congruente. Raúl, siempre fiel a su amor por la música afrolatina, se ha permitido hacer un disco altamente personal.
La colaboración ha sido esencial para alcanzar este punto. Hablamos con él acerca de la búsqueda constante en redefinir qué significa el sonido Latinoamericano, la capacidad de lectura del público, la complicidad con sus amigos y amigas que participan en el disco y qué viene para este proyecto.
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¿#AQuéSuena Tonga Conga?
La explicación formal que doy es que hago música electrónica fusionada con ritmos afrocaribeños. Hice un disco que intenta hablar del sonido de Latinoamérica a través de las voces de artistas de la escena alternativa. He buscado, en mi sonido, con todos los proyectos que he hecho, sea Sotomayor y Tonga Conga, esta idea de cómo suena la música contemporánea en Latinoamérica. Es tratar de tomar elementos de estas cosas que nos hacen pertenecer al universo Latinoamericano y expresarlas en la música. Hacer música que suene al lugar en el que vivimos. No intentar sonar como suenan las bandas en Inglaterra o en Estados Unidos como el pop más comercial sino tratando de hacer algo propio. Es la exploración que hay en mi sonido, en lo que trato de hacer y en los proyectos con los que trabajo.
Hay una expectativa de cómo se supone que Latinoamérica suena. Vos no vas por ese lado, es otra la óptica.
Totalmente. De unos años para acá, Latinoamérica está en el mapa de todos. El reggaetón se apoderó de la música en el mundo. De pronto tienes a un artista, como Bad Bunny, que es el número uno. Indiscutible. Tienes a todo el mundo aprendiendo español. No necesariamente estoy buscando que la música suene así. No porque el reggaetón es el género más escuchado voy a hacerlo. Estoy tratando de tomar esos elementos, pero hacerlos algo propio y diferente. Es algo que siempre he buscado, que se caracterice por ser diferente, que pueda destacar entre el mar de cosas que hay.
Sabés cómo leer al público, hay un entendimiento. No nada más a los hispanoparlantes sino a quienes te meten en esta etiqueta, ‘global groove, global music’. Incluso, se espera que la electrónica proveniente de este lado tenga otro sonido.
Sí, totalmente. Me tocó empezar en este movimiento, cuando todos le decíamos ‘global bass’. Es un poco antes de que el reggaetón se apoderara de todo. Habían DJs que estaban intentando tomar un poco del lugar de donde venían y poner eso en música bailable. Pasaba en todos lados, en DJs turcos, alemanes con papás colombianos. La pista de baile se empezó a llenar de estos géneros.
El ejemplo perfecto es todo lo que pasó con Major Lazer. De pronto, era la referencia que estaba agarrando cosas de todo el planeta. El concepto es lo que se impregnó más en mí, la idea de ‘tenemos que hacer música que se pueda entender en todos lados, pero que siga hablando de mí, de dónde vengo y de dónde soy’. La línea se ha puesto medio confusa. Me pasa mucho que, en la primera escucha, la gente cree que soy colombiano. Pues no, soy mexicano. Hay muchos elementos que se combinan en lo que significa esto.
Con Tonga Conga, en este disco, hay una exploración mucho más fuerte de lo que significa el afro y el afro Caribe. Esto está ahí. No está tan visible, pero sigue siendo lo mismo. Somos hermanitos por todo lo que ha pasado en el continente.
‘Hard Times’ es el ejemplo más puntual de esas canciones que podés dejar en loop y no pasa nada. ¿Cómo llegas a este punto? No diría que encontraste la fórmula sino que hay un proceso claro para alcanzar ese sonido.
Tiene que ver con que llevo mucho tiempo haciéndolo, escuchándolo sobre todo. En algún momento me empezó a gustar, demasiado, el afrobeat. Me gusta mucho Fela Kuti. Estoy loco de comprar sus discos, se volvió una obsesión. Mucho del entendimiento tiene que ver con escuchar esta música e intentar entenderla. Me enamoré de estos movimientos, como la Champeta. Se me hace un fenómeno increíble. La Champeta es gente en Colombia que no sabía hacer música y que le llegaban estos discos de afrobeat. Intentaban reproducirlo, pero con unos synthes chafas. No entendían qué decían tampoco. Ellos escribían sus letras emulando la melodía, pero hablándolo en español.
Se me hace bonito estas cosas que pasan cuando tu entendimiento de la música es solo a través de lo que escuchas. Esta parte romántica de la música es algo que me encanta.
Has sido muy vocal en expresar el amor por la música afrolatina, es algo que está muy presente. Es lógico que tengas a Mula y Mabiland en el disco. Ambos proyectos se encuentran haciendo lo mismo, por su lado, pero vienen y convergen de una forma que no se escucha forzada.
Mi visión estaba muy clara en este disco. Yo sabía que ellas eran perfectas para el disco. Estas colaboraciones no pasaron porque la disquera hizo un junte e hice esta canción. Con Mula pasa que ellas son contemporáneas a Sotomayor. Llevamos mucho tiempo, no de conocernos, pero conviviendo en los mismos festivales. Incluso, en los mismos playlist de radio. Están haciendo algo parecido, tienen las mismas inquietudes. Están buscando las mismas cosas a través de la música. Eso crea una conexión muy interesante.
Con Mabiland tuve la oportunidad de hacer unas entrevistas, aquí en México, cuando estábamos promocionando la salida de ‘Diablo’’. Casi que todo el trabajo que habíamos hecho fue a distancia. La única preocupación era la música. Me sorprendió mucho, en las entrevistas, las cosas que decía… respondía las preguntas de la misma manera en que yo lo estaba pensando. Ella tiene mucho empuje hacia lo social. Su preocupación es que la música sea muy real. Se volvió un artista súper grande en Colombia, hace colaboraciones con Juanes y Julieta Venegas. Cosas súper pop, pero tiene claro que ella viene de la costa. El hecho de ser afro, lesbiana, de pronto le pone trabas en el camino. ¿Cómo sobrellevar todo eso? Se me hizo muy cabrón.
No nada más conectada en lo musical. Piensa igual que yo, tiene las mismas inquietudes. La música fluye mucho más porque se están creando conexiones más profundas. Se hizo una familia en la creación de ‘JEVI’. Es la conjunción de todas estas voces la que está creando una identidad sonora del disco. No es nada más lo que yo decidí hacer sino que se juntaron muchos elementos que hicieron que Tonga Conga sea una cosa única. Los otros artistas también lo ven así.
‘Duele’ tiene que ser mi canción favorita de este proyecto. Es esa combinación infalible entre letras melancólicas con un instrumental que no me lleva a ese lugar. Las vocales de Vanessa encajan.
El track que hice con Vanessa Zamora, de las pocas artistas con las que sí puede trabajar en México. es muy especial. Empecé trabajando canciones para su disco. Fue hasta que ya llevábamos una gran parte avanzada que hicimos esto. Tuve la oportunidad de que se hiciera mi amiga en el proceso. Entendí cómo le gusta hacer música y cuáles son las intenciones que tiene. Ella hace pop, indie-rock, pero no necesariamente es eso lo que ella está buscando en la música.
Me impresionó que quiere tocar el bajo, hacer canciones que tengan groove, instrumentales. Su proyecto no necesariamente la deja hacer eso. Ella tiene que hacer canciones pop, con estructura pop. que puedan ser sencillos y sonar el radio. No se quieren encasillar en esto. Hay esta conexión, ‘vamos a hacer música que nos guste, vamos a compartir. Vamos a juntarnos, nada más a hablar de cosas que nos gustan, no solo a trabajar’. Eso creó conexiones que se escuchan en la música. Cuando escuchas los tracks del disco se siente que hay algo especial que solo haber hecho canciones.
¿Quién grabó esas percusiones?
Todas las percusiones las grabé aquí, en México, con Orestes Gómez. Es venezolano, tiene 20 años. Es impresionantemente talentoso. Siempre digo que es el mejor percusionista que hay en México. Toca con un montón de proyectos, con Los Amigos Invisibles, Sabino, Micro TDH, Noa Sainz, Immasoul, Sotomayor, Centavrvs, con todos. Es un músico de sesión súper bueno. Algo interesante del proceso de este disco es que yo grabé las percusiones cuando apenas tenía los beats. Antes de tener canciones que iba a empezar a mandar a artistas, hicimos una sesión en donde grabamos casi todas las percusiones del disco. Esto sin todavía saber si sí se iba a terminar haciendo un disco.
El proceso normal es que esto sea al revés. Haces el beat, luego sumas la voz, pompones la canción, la pre-produces, vas al estudio y re-grabas. Acá fue el proceso inverso, ‘ tengo estos loops, vamos a grabar la percusión porque sé que la va a llevar a otra dimensión’. Eso era mucho de lo que se estaba buscando. Orestes, en específico, tiene una sensibilidad muy buena hacia la música afrocaribeña. Es de Venezuela y lleva estudiando esto muchísimo tiempo. Era muy importante poner eso en la música y que se sienta.
Hay una cosa en el groove, en cómo se toca que nunca lo va a poder replicar una computadora, que nunca lo va a poder hacer un DJ en Alemania. Lo tiene que hacer alguien aquí.
Todos estos años en el escenario, ya sea como DJ o de gira, están dando fruto. ¿Cómo informa esto tu proceso compositivo? Mejor aún, en la intención.
Muy loco porque este es el quinto disco en mi carrera personal. Es el disco 10 o 15, juntando todos lo demás que he hecho con otros artistas. Escogí hacerlo como un proyecto nuevo, ‘ah pues, es un artista nuevo’. No, llevo mucho tiempo explorando esto con Sotomayor y con otros proyectos. Sí siento, de forma personal, que este disco es la culminación de todo esto que he aprendido. Justo como dices, de lo que me está pidiendo la gente cuando toco o lo que he visto de escuchas de otros discos. Incluso, de lo que a mí me gustan los discos. Todas esas cosas están ahí.
Hacer un disco de colaboraciones es muy complicado porque tienes que ser muy paciente y esperar a que te manden las cosas. En el contexto de la pandemia, ha sido más difícil aún porque no podía volar a República Dominicana a grabar a Mula. ‘Bueno, voy a mandar un mail y si me contestan chido y si no pues quizás en un mes les mando otro mail. Ahorita no les voy a molestar porque sé que Vanessa tiene una gira, que Mabiland está tocando en Chile, me tengo que esperar. Estas cosas no las aprendes cuando es tu primer disco, tu primer proyecto. Esto es un proceso. El llegar a hacer un disco así, tienes que aprender un montón de cosas antes para para poderlo hacer.
Es muy loco que sí se comunique ese mensaje, que la gente sí lo vea. Cuando escuchan ‘JEVI’ sí se comunican en estas ideas que quise poner en la música. No necesitas conocerme para darte cuenta de estas cosas que estoy intentando contar. Me pasa mucho, ‘¿quién hizo este disco? Ah, Raúl Sotomayor’. Este disco es la culminación de muchas cosas positivas en mi vida. Siento que, de mi carrera como productor, es lo más importante.
La pandemia ha sido transformadora para mí en el sentido de dar el paso… no nada más soy un artista sino soy un productor. Tengo la capacidad de potencializar lo que hacen los artistas e impregnar un poco de mí en sus canciones.
Es ayudarles a resolver estas canciones y que sean más grandes, mejores. Me tiene muy contento haber podido dar este paso. No me veo teniendo 60 años y seguir haciendo DJ sets. Sí me veo teniendo esa edad y continuar en el estudio haciendo discos de bandas nuevas. Quiero poder compartir todo este conocimiento que sigo teniendo de la música hacia otras cosas, seguir expandiendo estas ideas.
¿Qué viene para vos?
Quiero tocar este disco en vivo con los artistas. Es lo más importante para mí, hacer esta fecha en México con todos los artistas y luego lo mismo en Colombia, Argentina (risas). Es esa la visión que tengo, hacer una banda, como Gorillaz. Es difícil, pero es algo que estoy intentando hacer. Me ha tomado más tiempo del esperado, pero espero en octubre estar haciendo este show.
Estoy empezando a trabajar en la segunda parte de este disco. Estoy trabajando colaboraciones más grandes. Soy muy objetivo en cómo trabajo. Estoy muy aterrizado a la realidad, ‘puedo trabajar con este artista’. El disco ha abierto la puerta, ‘ah, pero ahora podemos trabajar con estos artistas que son más grandes y hacer esto potencializado’. Es difícil cuando solo tienes esta idea. Montar este disco fue muy complicado. Les mandaba correos, ‘chido, pero no tenemos idea de cómo suena, de cómo es’. Ahora, escuchas este disco y el panorama es muy amplio.
Eso me ha permitido que otros artistas quieran hacer esa canción porque escucharon el disco, quieren ser parte también. Ha permitido colaboraciones que quizás hace un año veía muy complicadas que pasaran, ahora se están empezando a formalizar. Más afro, más internacional, más grande. Es mucho de lo que yo quiero para este proyecto. Mi idea no era hacer un disco y abandonarlo. Es algo que pasa muchísimo con estos discos. Lo he visto pasar con otros proyectos, ‘estuvo chida la experiencia, pero ahora vamos a otra cosa’. Acá, más bien, es cómo puedo seguir haciendo esto más grande.
Si estás enfrente de una puerta, tocás el timbre, ¿quién te abre?
En mi escenario ideal, me gustaría que siempre que toque el timbre o que tocan el timbre estuviera ahí Visitante. Visitante produjo el último disco de Sotomayor, ‘Orígenes’. A partir de ahí, él y yo hicimos una relación de amistad muy fuerte. Hemos seguido co-produciendo. Produje tracks de su disco. Hemos estado produciendo discos juntos. Más allá de trabajar con él, he aprendido mucho.
Él es muy importante para lo que yo hago, para la música Latinoamericana. Estos mismos conceptos, estas ideas de las que estoy hablando, él lleva 15 años siendo el mejor haciéndolo.
Tiene todos los Grammys, el respeto de todos. Es muy loco para mí que él no vea a los otros artistas, ‘yo te voy a decir qué hacer’. Él ve a alguien, como yo, y en vez de decirme cómo hacer las cosas, quiere saber cómo las hago para poder impregnarse de eso. Estas cosas que quizás no entiende, él ve la forma de integrar eso a su proceso. Es muy valioso porque es así como como la escena verdaderamente se retroalimenta. No es él haciendo discos y repitiendo la misma canción que lo hizo famoso y ya.
Es él viendo cómo puede trascender en la música y cómo podemos hacer que estas canciones sean más grandes y ganen más Grammys, que se impregnen en el imaginario colectivo. Eso es muy cabrón. Nunca te imaginas que eso vaya a pasar. Ha sido muy importante, para mí, en el proceso de este disco y de la música que estoy haciendo. Ni siquiera hay una colaboración con él, directa, en el disco. Todo el tiempo fue un motor, ‘sí puedes hacer este disco’.