Devoción a D’arcy, Los Smashing Pumpkins y La Industria de Spotify. Un encuentro con No Somos Marineros
La banda vino a Ciudad de Guatemala a promocionar el disco D’arcy el viernes 24 de agosto. A pesar que salió el año pasado, como ellos dicen, no dejarán de tocarlo hasta cansarse. ¿Y quién se va a cansar de tan buen disco?
Tuvimos la oportunidad de platicar un rato con los la banda antes del toque. La verdad que no sentimos el tiempo, nos la pasamos muy bien, nos reímos, nos pusimos serios a conversar sobre D’arcy, el festival SXSW, los Smashing Pumpkins, y la industria de Spotify. En fin, esperamos que lo disfruten como lo disfrutamos nosotros.
Bueno, primero ¿Cómo están?
Carlos (voz y guitarra): Cansados pero chido.
¿Les costó venir? ¿Mucho transito?
Carlos: ¿Ahorita? No, muy rápido, venimos de comer pepián, una bomba, estuvo muy rico. A mí me gustó, muy pesado, pero estuvo riquísimo. Nos dio el mal del puerco (risas).
¿No habían venido a Guate antes? ¿De paseo o algo?
Carlos: No, es primera vez y mañana vamos para El Salvador.
Ahora con lo que veníamos. Nos gustaría que contaran ¿Cómo fue el proceso creativo para escribir y grabar D’arcy?
Carlos: Pues haz de cuenta que, saliendo de Lomas Verdes, que también es el nombre de una zona y avenida muy grande, bastante cerca de donde vivimos todos. Bueno, saliendo de Lomas Verdes sentíamos que había sido muy catártico para nosotros.
El disco de Lomas Verdes fue muy catártico en el sentido en que se grabó en un fin de semana, se grabó en vivo básicamente y en cinta. A partir de allí, comencé a darle vueltas en mi cabeza, que algunas canciones que ya tenía eran canciones horribles, desde mi punto de vista, pensé en tomar un paso hacia atrás y desmenuzar las cosas. Fue algo que sin que yo les dijera, como que poco a poco fuimos construyendo esa atmósfera de lo que iba a ser este nuevo disco. Nosotros en el lugar de estar allí golpeando como lo hacíamos, la dinámica había cambiado, las canciones como que fueron de menos a más. Cambiamos la forma en que componíamos, ya no era una onda de intentar impresionarnos el uno al otro, sino intentar sentir rico el uno al otro musicalmente, y pues físicamente también (risas).
Haz de cuenta que a la hora de la inspiración, sacamos cosas, digamos que la música que hacíamos antes de Lomas Verdes, era muy en el presente, estaba como que muy puesta donde estábamos situados. Ahora, todos traemos influencias, desde que nos empezó a gustar el rock, hasta cosas que les habíamos dejado de hacer caso y que resurgieron, salieron a flote otra vez. Empezamos a compartir esas influencias nuevas y son muy distintas. Yo no compongo desde el emo, desde el twinkle, nunca lo he hecho así, pero sí fue como mucho más flagrante mi intento de venir como de un lado mucho más de mi infancia y de mi pubertad, hacia como intentar darle un significado nuevo ahorita. Entonces como que las influencias son más ochenteras y noventeras.
Vemos que D’arcy maneja el concepto del amor
Carlos: Sí, sobre las responsabilidades del amor. Me lo robé básicamente del Adore de los Smashing Pumpkins. Me gustó mucho como ese güey, entendio el concepto como algo, no solamente trágico, sino envolvente. Algo que, sin querer sonar cursi, les da sentido a las cosas por encima de las otras mismas cosas. Entonces no es nada más de “hacía la otra persona” o, lo que se otorga, de establecer un parámetro de rendición de cuentas para con uno mismo y tratar de expiar todo lo que está adentro de ti para intentar ser mejor en ese sentido. Esa es la conceptualización de las letras.
Qué bueno que tocaste ese tema de los Smashing porque quería preguntarles, aunque parezca muy obvio. ¿Qué relación tienen los Smashing para la banda respecto al nombre del disco e incluso la canción “Billy”?
Carlos: Pues digo, no sé cómo poder articular. Mejor el peloncito que diga (risas).
Gustavo (Bajo): Bueno, qué inspiró así como algo muy puntual creo que no te lo podría decir, pero algo que yo me acuerdo mucho, es que hubo un día cuando ya estábamos empezando a armar varias canciones, todavía no tenían letra, pero ya se empezaba a sentir una pequeña estructura, que yo le dije a Carlos; “siento que este disco me suena más femenino”, como que fuera mujer, creo que es mucho más suave o menos escupido a lo que fue Lomas Verdes. Pienso que a mí me lleva más a sonidos suaves y contorneados, con más curvas, con una onda, como una ola.
Carlos: Si, siempre la bajista original de los Smashing, D’arcy Wretzky, se me ha hecho una figura emblemática de ese período de los Pumpkins. En términos de lo que significó esa música para nosotros, fue muy especial, muy cercana. Ahora, adquirió un sentido nuevo, todo a esa figura femenina, fue ponerle imagen a todo esto que estábamos haciendo que para mí, también era manejar la contención de la energía.
Creo que tiene unos acordes, unos tonos incluso más fuertes que Lomas Verdes. Se me hace muy chistoso porque justamente hoy Nothing acaba de sacar un disco e igual la portada es la máscara de una chica y siento que hay paralelismos muy chidos con los que me identifico y se me hace gracioso porque venimos por el mismo lado. Supongo que también tiene que ver un poco con el contexto en el que estamos viviendo ahora, me gusta mucho eso de incluir la feminidad dentro de nosotros siendo una banda de cuatro hombres. Nadie debería huirle a eso, sino al contrario, creo que es algo que se debería de explorar cada vez más y borrar esas líneas entre lo masculino y femenino. Se me hace un nombre emblemático: D’arcy. Es muy bello ese nombre y la chica es muy linda.
Cambiando el tema más a los toques, tuvieron la oportunidad de tocar en un festival muy importante de Estados Unidos, el SXSW ¿Qué experiencias dejó?, ¿marcó un antes y un después en la banda?
Oscar (guitarra): No sé, creo que esos festivales fueron experiencias muy chidas para la banda, pero ya lo hemos platicado, musicalmente para nuestra carrera, no ayudó mucho. Nos costaba pagar esos viajes, porque fueron tres años seguidos (2013, 2014 y 2015) y no nos pagaban nada. Pero pues no eran shows enormes. Entonces siento que no sacamos mucho provecho de eso, más que sí sacamos buenas amistades. A parte, luego tocamos otro show con bandas mexicanas que nada que ver con nosotros. Realmente no fue nuestro tipo de festival donde la gente apreciara lo que estábamos haciendo. Es con lo que me quedo de eso.
Oigan y hablando de esto de tratar de sacar provecho ¿Qué hay respecto a Spotify? A pesar que la banda no va con las plataformas de música populares ¿Cómo les fue con subir D’arcy? ¿Sienten que ha ayudado?
Carlos: Sí, definitivamente. La renuencia de la que yo hablaba con esa plataforma era que no me gusta hacia donde se está dirigiendo la música independiente, y si esas son las únicas alternativas que hay de promoción. De por sí, ya es suficientemente imbécil una industria donde la clase gerencial y ejecutiva gane más que los que producen, me parece una estupidez. Y es la paradoja del sistema económico en el que vivimos, pero ahora, de un lado la propiedad intelectual es de quien la produce no es la idea de alguien más, nosotros hacemos la música y hay intermediarios, creo que es muy peligroso cómo se consume. Hay formas de hacerlo y creo que el contrapeso a mi forma de pensar siempre es Gustavo en esos temas. Entonces a veces hay que doblar las manos y pues órale.
¿Planes para subir el resto a Spotify?
Carlos: De mi parte no hay intención. No sé, no creo.
Gustavo: Lomas Verdes ya tiene 4 años, quién tuvo que escuchar ese disco, ya lo escuchó, ya lo mató.
Andrés (Batería): No es que estemos cerrados a la idea, pero no es algo que tengamos en la mesa en este momento.
Ahora para terminar ¿Qué está escuchando cada uno y qué recomiendan?
Andrés: Estoy escuchando mucho a Chet Baker, aunque no tenga que ver con directamente con la banda.
Oscar: Yo a Tears for Fears, desde hace como dos semanas, diario güey (risas).
Gustavo: Yo no me acuerdo, creo que José José (risas). Ahora estoy escuchando mucho a Nothing porque sacaron nuevas cosas y a otra banda que se llama Jesu, y algo de hip-hop también.
Carlos: Últimamente estoy escuchando a Mary Margaret O’hara que es una artista super verga de los años ochenta, ultra lírica, ya no existen ese tipo de cantantes que tiene ese pitch perfecto en vivo, brutal. Un chorro de Prince y otras dos cosas con las que me clavé son el disco que sacó una banda de Monterrey que se llama Heterofobia y una banda australiana que se llama Dead Bells, es como lo mejor del post-punk.