En Conversación, Alizzz
Vulnerabilidad como hilo conductor. Alizzz, el multifacético productor y artista catalán, continúa redefiniendo el pop alternativo. Es inevitable que el originario de Castelldefels siga trabajando desde el inconsciente para capturar momentos de euforia. Su más reciente material, ‘Conducción Temeraria‘ (2024), está compuesto por guitarras que añaden nuevas texturas a su discografía. Un cuerpo de trabajo onírico, cinematográfico, específico. Disruptivo, sobre todo. ‘10 canciones de amor, 40 minutos, 0 skips‘.
Charlamos con Alizzz acerca del mainstream, las decisiones que le llevan a ser anti-fórmula, la fijación por las guitarras y recomendaciones de la escena catalana.
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Viajé a Sónar México en 2019 para ver a Jesse Baez, de hecho. Vos tuviste el set antes, un DJ set en ese momento.
Exacto. No sé si fue el 2018 o el 2019, pero estaba por ahí.
Siento que está muy lejos esa época. Recuerdo haber llegado a vos por el remix que hiciste de ‘Apaga La Luz’. Veo para atrás y es como que fuera una vida muy distinta.
Sí, yo me tomo la vida como que cada año es una vida, más o menos. Cada año tengo que hacer algo. Han pasado unas cuantas vidas desde entonces.
¿#AQuéSuena Alizzz?
Complicado. Igual que tengo vidas, también voy mutando muchísimo. Tengo dos tengo influencias muy grandes. Una es la electrónica de baile y otra es el pop-rock independiente. Mi sensación es que hago música de baile. Mis conciertos son una fiesta, mis canciones son momentos de euforia. Tienen esa euforia y energía de la electrónica, pero la estética es más de un grupo. Mi música parece que es de una banda, algo por ahí en medio está.
Encuentro la vulnerabilidad que dejás ver como el hilo conductor de tu trabajo. Te tomo como alguien que entiende la industria, el mainstream tan bien que sabés que esto, en particular, es algo que no cualquiera puede hacer. El verdadero anti-fórmula, si se quiere.
Tengo la sensación de que nunca he hecho nada mainstream. Nunca he hecho nada buscando realmente hacer para el gran público. Siempre he hecho cosas que me parecían interesantes porque relaciono bastante la música muy popular con algo de menos valor artístico. He intentado hacer, proponer, traer algo nuevo sobre la mesa.
En general, entendía que era algo más que venía del mundo más alternativo; de la vanguardia, de la electrónica y no sé cómo he llegado realmente a hacer canciones así, que fueron tan populares.
Mi proyecto, la cosa que yo hago, sí que tiene como una visión alejada de la radio fórmula. Me he relacionado con eso, con la anti-fórmula, con algo que no tiene que ver, con algo diferente, que cuesta mucho que sea para un público masivo. Es ahí donde me encuentro cómodo realmente. Aunque, de repente, puedo hacer algo que conecte con el gran público.
Lo tomo como una decisión consciente.
No sé, eh. No estoy tan seguro de que sean decisiones conscientes. Me gustaría ser más consciente, a veces, de lo que hago. Siempre me veo yendo hacia delante sin mirar mucho, sin entender muy bien cómo estoy ni lo que estoy haciendo ni por qué lo estoy haciendo. No lo acabo de digerir mucho. Muchas veces, acabo digiriendo lo que hago hablando con gente, haciendo las entrevistas, cuando ya lo he hecho.
Las cosas que hago, las hago de manera inevitable. No es como, ‘puedo hacer esto o puedo hacer lo otro’. Hago lo que buenamente puedo. Me pasa que no podía haber no hecho este disco así porque es la manera en que me ha salido, era inevitable.
Inevitable es una palabra muy fuerte también. El éxito de ‘Tiene que haber algo más’ (2021) tiene que haber sido liberador para este segundo álbum.
Sí y con suerte será bien recibido. Por mi parte, hay poca estrategia a la hora de hacer las cosas. Hago lo que me apetece. Luego, si funciona mejor o peor, ya va más del momento cultural, social y de muchas cosas que no dependen de mí.
¿Esperabas que la crítica especializada entendiera lo que estabas haciendo? No he leído nada más que buenos comentarios e interés genuino en lo que tenés para decir. Fuiste claro en lo que querías plasmar, en sentimiento, sonido, la propuesta, el lugar que querías ocupar en el imaginario popular.
Creo que tuvo varias claves ese disco. Una de ellas es que tengo una voz, una manera de explicar las cosas. Tengo un proyecto que es mío. Explico las cosas de una manera y no hay nadie que lo explique así. Eso es una de las cosas que hace que el proyecto se aguante, que tenga un pozo creativo importante. Mi manera de entender el mundo y explicarlo es mía. La estética que le di al proyecto, a las canciones, a nivel de sonido e incluso con todo el imaginario visual y tal, creo que era muy alejado a lo que hecho.
Nadie esperaba algo, pero todo tenía un sentido y se entienden mis referencias. La música acompañaba al discurso también. Cogió una solidez que tampoco era muy consciente de que estaba así. No me esperaba que tuviese una acogida así, tan fuerte.
Di con varias claves, sin querer. Supongo que, al final, las cosas salen sin querer, pero hay muchas cosas detrás que uno no es consciente, pero que voy aplicando. De momento, me va funcionando.
Te percibo como una persona que vive fijaciones, intensamente, con diferentes elementos. Claramente, venís deconstruyendo la guitarra desde ‘BOICOT’ (2023). Encuentro una impronta similar a ‘Conducción Temeraria’. El cierre de ‘Todo está bien’ es muy de película de los 90s. Es esta una década que has referenciado antes, el sentiment está ahí.
Sí. Con las guitarras me pasó que estaba muy cansado de estar con el ordenador, solo. Era lo que tenía a mano, sabes. Si hubiese, por casualidad de la vida, tenido una novia que era violinista y tenía unos amigos que tocaban los vientos, pues igual el disco hubiese sido otra cosa. En la vida me voy encontrando con cosas que me refrescan los oídos, que me hacen componer de otra manera.
¿El hecho de estar tocando con la banda mucho tiempo? Llevamos casi tres años de gira. El tener esa relación con ellos, ver hasta dónde eran capaces de llegar tocando y diseñando el sonido de sus instrumentos, sobre todo la guitarra, pero también la batería ha sido muy importante. En general, todos los instrumentos de la banda, el bajo casi todo lo he grabado en este disco, cosa que no había hecho en el anterior. Lo había tocado con los dedos, como podía, como sabía.
Si encuentro algo que me llama la atención, pues es eso. Lo cojo, lo estrujo, me abrazo a él y le saco el partido que puedo dentro de las cosas que me gustan. Se nota que me gusta la música hecha con la guitarra porque además es que es mi instrumento, es el instrumento que sé tocar, más o menos.
¿Cuándo empieza a tomar forma el disco? No salís con singles previamente. Pudiste haber sacado otro EP, fácilmente. Decidís armar un disco. Entiendo que consumís discos y es una respuesta a esto.
Mmm, no sé. Siento que cuando hago algo, lo tengo que hacer como parte de un todo, de algo que me dé una capa conceptual; algo sobre lo que pueda construir, tanto un imaginario como las letras. Un título, una portada, un discurso. Los singles no me lo permiten. Entonces, me quedo cojo. Es como que no sé qué si me estoy explicando, no sé hacia dónde voy.
Sí que vi, por ejemplo, el tema que saqué con Amaia, ‘Sexo en la playa,’ que lo sacamos el año pasado, me parecía que era un single. Me parecía que no tenía por que ir con nada. Me gustaba y no le veía dentro de nada. No me suelen salir esas canciones y siento que todo coge forma metiéndolo, haciéndolo formar parte de algo más grande. Creo que no acaba de tomar un sentido pleno el disco hasta que no lo empecemos a tocar. Lo noté mucho con el disco pasado. Los singles funcionaban muy bien, pero cuando saqué el disco, la bola se hizo mucho más grande cuando empecé a tocar.
Siento que todo tiene que estar interconectado y tener un sentido. Creo que la gente que me escucha también espera algo así. Creo que no están tan receptivos a que me ponga a sacar singles buscando un hit.
¿Cómo conocés a Felix Bollaín? La complicidad es evidente. Él encontró el tono correcto, hay una paleta de colores establecida que dice mucho.
Felix es el director de vídeo que ha hecho casi todos los videoclips, no solo del nuevo disco sino todos los que vine haciendo en el primer disco. Hizo el primer vídeo de ‘Todo me sabe a poco’, ‘Ya no vales’. Le conocí porque él era amigo de unos amigos de Madrid. Había hecho algún vídeo para Pucho también. En ese momento estábamos empezando.
Él ha crecido muchísimo desde el primer vídeo que hicimos. Siempre he confiado en él, he sentido que era la persona que mejor enfocaba las cosas para el proyecto. En el futuro seguiré contando con él si es que no se lo lleva Bad Bunny porque está trabajando ya con con los más grandes.
‘Tiemblo’ es un buen ejemplo de la capacidad narrativa que tenés. Sos bueno abordando el romance de lo cotidiano. Te divierte hablar a detalle de las cosas que te interpelan.
Sí, para mí es muy profundo decir algo muy sentido. Algo muy profundo como decir que quieres a una persona, pero decirlo de una manera muy sencilla; decirlo con palabras del día a día, sin intentar ser grandilocuente, sin hacer grandes metáforas, con gestos. Creo que cuando dices algo muy profundo con palabras muy llanas, muy sencillas, creo que ahí hay una magia. Siento que me toca el corazón cuando consigo escribirlas, cuando las leo, cuando otra persona lo hace. Es un poco lo que buscaba en esta canción.
Estoy escuchando gente de la escena catalana como Ferran Palau, Vic Mirallas, que también sacó disco recién, tengo a en el radar. ¿A quién más debería estar escuchando?
Guillem Gisbert ha sacado un disco que es bastante increíble, para mí es de lo mejor del año. Él es el cantante de Manel, un grupo muy famoso Catalán. Él era el cantante y ha sacado un disco en solitario que es delicia, para paladares bastante finos. Es un disco complejo, pero me parece bastante increíble. Joan Colomo me gusta mucho. Es un cantautor y una de las personas que más me gusta cómo escriben. Lo que pasa que él es super underground. Él tuvo ahí también su momento. Siempre me escucho alguna cosita de él y me llaman mucho la atención sus letras.
Renaldo & Clara, que sale en mi disco, me parece una de las artistas más importantes de Cataluña. De hecho, le han dado el premio más importante, el disco del año aquí. Hay más gente. Julieta hace un pop mainstream, canta bastante en castellano también. Mushkaa hace un pop similar al de Julieta. Son artistas más capaces de llegar a un público masivo.
Hay una ola más cercana al urbano que está teniendo mucho éxito en Cataluña y tiene números de artista estatal, de un artista importante español. Hay artistas que solo se escuchan, prácticamente, en Cataluña porque cantan en catalán y que están teniendo unos números que son una barbaridad, que están a punto de llenar de estadios.
Si estás enfrente de una puerta, tocás el timbre, ¿quién te abre?
Tengo ganas de ver a mi madre, la verdad. Hace un montón que no la veo. De hecho, me ha escrito un par de veces durante el día de hoy y no le he respondido. Debería de hacerle una visita y tocar esa puerta.