Abstracción visual y sonora: Entrevista con Obsolencia Programada

El término “Obsolescencia Programada” es usado para definir la vida útil de los aparatos y dispositivos electrónicos. Para que estos tengan que ser reemplazados de forma intencional. Pero, ¿qué pasa cuando el término como tal y la palabra “Obsolescencia” se abstraen a tal punto de llegar a una zona artística, punzante y oscura?

Obsolencia Programada es el proyecto de Macali y Allan, dos artistas que han encontrado un lugar propio dentro de la infinita piscina de sonidos que los sintetizadores ofrecen. Y así, crear un proyecto tan propio y único que el género synthpunk le quedará pequeño dentro de poco tiempo.

Platicamos con Obsolencia Programada sobre su trayectoria musical, la importancia de los conceptos visuales en un proyecto sonoro, la escena local y su amor a la música.

¿#AQuéSuena Obsolencia Programada? 

Macali: Obsolencia Programada suena a gritos. A gritos melódicos, acompañados con ritmos sintéticos.

Allan: ¡A destrucción!

Obsolencia Programada maneja una estética visual muy específica. ¿Cómo llegaron a conceptualizar toda la performance y la puesta en escena del proyecto?

Macali: Siempre me ha encantado lo visual. Comencé desde muy joven a maquillarme muy distinto al resto y a hacer efectos visuales en mí. Quise proyectarlo en la banda. Estoy inspirada en varios estilos góticos y también he querido darle una visión más allá, un toque artístico. Algo abstracto de lo que realmente es. Me gusta abstraer las cosas. 

Y llevándolo en vivo, ¿qué tanto se permite improvisar en la puesta en escena?, ¿o todo ya tiene que estar establecido y planificado?

Allan: Sí, lo pensamos antes del show. Yo uso diferentes máscaras para conciertos específicos. Tengo pensado ir cambiando diseños en las máscaras que uso.

Macali: Lo visual es bastante planeado. La performance suele variar conforme nos recibe el público. Entre mejor nos reciben, más loca me pongo (risas). Pero lo visual sí es planificado para cada toque.

Recuerdo haber visto en el show de Depresión Sonora a mucha gente. Ustedes tuvieron la oportunidad de presentarse a un público grande y a muchas personas que no los habían visto antes.

Siendo un proyecto que todavía no ha tenido tantas presentaciones en vivo, ¿cómo ha sido el recibimiento de las personas al ver su performance por primera vez? 

Allan: Ese fue el show más grande hasta ahora. Sentí demasiada energía. Yo normalmente estoy siempre viendo los sintetizadores, pero cuando levantaba la cabeza y veía a Macali entre toda la gente, ¡wow!, me hizo sentir muy eufórico.

Macali: Yo recibo mucho la energía de la gente, y entre más energía recibo, más me animo a darla. Me ha pasado muchas veces que tengo mucha energía, pero la gente no sabe como recibirme y les da miedo, se hacen para atrás

Depende mucho de la confianza que se cree y cuanto me dejen acercarme. A mi me gusta mucho acercarme al público.

“Repulsión”, un tema de synthpunk. Un género que es bastante de nicho, pero que últimamente ha sido uno de los géneros musicales que ha salido de las fronteras entre géneros y ha llegado a más gente que comienza a escuchar cosas distintas.   

¿Cuál ha sido el recibimiento con esta canción?

Macali: He recibido muchos comentarios de que quieren dedicar esta canción (risas). Es bastante para dedicar (risas). Pero el recibimiento me sorprendió bastante. Nos llegaron a escribir de un proyecto alemán que se llama Mutant Transmissions, creo que fue por bandcamp que se toparon con nosotros y nos pidieron un “en vivo” digital. La organizadora nos dio difusión en Europa.

Obsolencia Programada es un proyecto relativamente nuevo. ¿Cómo comenzaron y decidieron darle forma a esto con solo dos personas?

Allan: Viene desde los instrumentos. Yo con los sintetizadores puedo manejar las cajas de ritmo, la batería, el bajo y todas las diferentes capas que tenga una canción. Al tener eso compactado y comprimido, decidimos que no necesitamos a un integrante más.

Macali: Los sintetizadores dan la facilidad que podas tener bastantes sonidos compactos. No hay necesidad de incluir a alguien más.

Somos como el Yin y Yang.

La escena de Guatemala ha cambiado mucho durante los años. Ha habido más apertura en cuanto a diferentes géneros. ¿Cómo lo perciben ustedes con este proyecto con un sonido tan específico? 

Allan: La escena ha sido bastante abierta. La mayoría de proyectos  en uno de nuestros primeros shows eran de rap. 

Macali: Nos han incluido en eventos bastante variados y con sonidos bastante alejados a lo que nosotros hacemos.

Allan: Siempre nos han recibido bien. No tengo ninguna queja a los espacios en los que hemos sido parte hasta ahora.

Macali: El punk en Guatemala está bastante activo y siempre nos buscan de ese lado. Creo que es por lo mismo, no tenemos una escena propia como tal y nos han dado espacio en diferentes lugares con sonidos diferentes.

Sé que ustedes tienden a escuchar otro tipo de géneros y sonidos. ¿Qué tanto dejan que los diferentes géneros que consumen entren en su proceso de creación?

Allan: Bastante, la verdad que un montón. Yo escucho mucho chiptune, y no lo he incluido tanto como me gustaría. Escuchamos un sin fin de sonidos.

Macali: Yo creo que soy culpable en encapsularse más en lo electrónico. Desde lo electrónico antiguo hasta lo actual. Es muy variada y creo que uno no puede aburrirse en ese mundo.

¿Tienen pensado algún lanzamiento próximo? 

Macalí: ¡Sí!, estamos en el proceso de grabación. Se nos ha complicado un poco el hecho porque como decís, no muchas personas conocen este género y confiarle a alguien, se complica un poco.

¿Y ya mover o proyectar para afuera de Guatemala?

Allan: Sí. En Costa Rica tenemos mucha gente que nos escucha. Ya tocamos en El Salvador y tenemos planes de movernos por Centro América también.

Macali: Hemos hablado de enfocarnos en Latinoamérica. En Guatemala no existe la escena como tal, a diferencia de México, Colombia y Chile están establecidos con este género. Latinoamérica es una prioridad para nosotros.

Se nos hace bastante divertido interactuar con proyectos de géneros diferentes. Nos gusta mucho conocer más propuestas.

 

¿Cómo fue su despertar musical?

Macali: Yo podría hablar de mi transición.  No solía escuchar música “under” escuchaba “lo normal” (risas). Ir a eventos y shows me fue nutriendo musicalmente y culturalmente. Me gusta mucho Grimes desde que yo era pequeña y verla haciendo todo por ella misma me impactó. Verla me dio ese despertar junto a Crystal Castles. Bastante DIY y ser autodidacta es lo que me han dejado estos artistas.

Allan: A mí con Oricalkos, una banda local de Guatemala. Conocí a Chali Hahmann, el tecladista de la banda, y viéndolos tocar en vivo y vi que tenía una máquina de donde sacaba sonidos. Me acerqué con un amigo a preguntarle y fue muy amable y buena onda. Nos explicó que la máquina era un minilogue.

¿Algo que quieran recomendar para que escuchemos?

Allan: Una de mis inspiraciones más fuertes es Medio Mutante. Si hace algunos años me hubieran dicho que colaboraríamos juntos, nunca lo hubiera creído. También a Crim3s, un proyecto de electropunk y witch house.

Para ir concluyendo, ¿por qué hacen lo que hacen?

Macali: Cuando era pequeña me gustaba hacerle shows a mi familia, cantaba y bailaba. Siempre he tenido esa energía y ganas de presentarme. Mi familia me pagaba cinco quetzales por mis shows (risas).

Siempre he querido hacer esto y encontré mi espacio, en donde yo puedo crear y fluye bien.

 

Allan: Al escuchar música, yo siempre imaginaba ponerme en lugar del artista y sentía que era yo quien hacía la música. Cuando toco no me gusta tanto la tarima, me gusta tocar al nivel del público y que la gente esté cerca de mí.

Me gusta la cercanía y sentir que soy yo quien está haciendo música.

Están en frente de una puerta, tocan el timbre, suena. ¿quién les abre?

Macali: Mi gata (risas). Se llama Volca por los synths. 

Allan: Un robot o un alien… y que me lleve (risas).