Entrevistas

En Conversación, Marco Mares

Auténtico y emotivo. Abordar canciones desde un lado íntimo le ha permitido a Marco Mares posicionarse como una de las promesas de la escena alternativa del pop en español. El reconocido cantautor mexicano tiene claro qué rumbo quiere tomar. Su más reciente álbum, ‘LOS FELIZ‘, editado por Rebeleon Ent. y US Virgin Latin, es una muestra más de la constante búsqueda para hablarle de manera directa y emotiva a su audiencia.

A pocos días de iniciar su extensa gira por México charlamos con Marco acerca de ‘azul‘, la colaboración soñada junto a Caloncho y El David Aguilar, la importancia de los colores, el proceso creativo y colaboraciones del nuevo disco.

¿#AQuéSuena Marco Mares?

Si alguien pregunta, ‘¿qué haces? ¿A qué te dedicas?’, no sé exactamente qué decir. ‘Música’. Es raro. Soy un artista de la Ciudad de México, cantautor. Estaba haciendo un TikTok en el cual hablaba de ‘Para Ella‘, mi primer trabajo en plataformas. Fue en 2014, tiene casi diez años. Saqué música y tuve una pausa muy larga entre ese EP y mi primer disco porque estudié música en la universidad. Siento que llevo seis años dándole en serio, realmente.

Musicalmente, he abordado todo tipo de géneros. Siempre digo que es una especie de pop alternativo; visito muchos otros géneros como el reggae, la cumbia. Mis influencias melódicas y líricas son muy pop. La música de este nuevo disco es más R&B. Es difícil, es una pregunta que me cuesta.  

LOS FELIZ’ muestra una faceta diferente de tu carrera. Seguís partiendo de la guitarra, pero hay un approach vocal distinto. Muy R&B, hay unos vocal runs sutiles del género. 

El R&B siempre me ha acompañado. Vocalmente, es el género que más me ha interesado, que más me ha retado. ‘¿Cómo hizo eso esta persona?Ha sido un género que he amado e intentar abordarlo en este disco fue un reto. Quizás no hay tantos exponentes del género tradicional Latinoamérica. Recuerdo crecer escuchando Sin Bandera. Me parecía lo más R&B en ese momento. Con ellos aprendí a hacer armonías en el coche de mi tía mientras me recogía de clases de batería. Me lo debía.

El primer EP era más acercado al R&B también. En esa época conocí a Chia Casanova, hondureño. Me parecía increíble y él fue de las personas que me apoyó muchísimo al inicio. En ese momento, no muchas personas hacían esto. Shoutout para él. 

Quería hacer un disco que tuviera un acercamiento anglo, tanto sonoro como conceptual. Tenía inquietud y quería hacer un disco que fuera muy pensado a todo nivel: letra, colores, orden, duración de las canciones. Quería que fuera una historia. Eso es algo que tiene mucha la música en inglés. Muchos tienen un concepto muy fuerte y se siente como un producto muy redondo, por donde lo veas. De ahí vienen las ganas de hacer ese género. Me emociona mucho.

Quién sabe hacia dónde vaya lo que sigue. No sé si va a ir por esta línea o no. He sido muy inquieto musicalmente. 

Hablaste con GQ hace unos meses acerca ‘la inmersión en el mundo de los atardeceres anaranjados’. Esa paleta te permitió definir la finitud que buscabas, también sumó a la congruencia que mencionaste recién. Mi percepción es que tenías referencias muy específicas. Quiero ese thought process

100%. Este disco fue el primero en el que busqué trabajar con una directora creativa. Empecé a trabajar con Poccs toda la parte conceptual del disco antes de grabarlo. Ya tenía un poco de las canciones y sabía por dónde quería ir, pero con ella empecé a bajar la idea de los colores, la idea de la duración del disco. Quería que fuera un disco cortito, que se pudiera escuchar en la duración del atardecer. Quería que lo pudieran escuchar saliendo del trabajo, por la tarde, de vuelta a casa esperando que se hagan media hora de vuelta.

Mi idea era que fuera transicionando del color naranja al azul. Estaba buscando el naranja súper intenso; para mí representaba esta intensidad con la que se aborda una relación. Luego, va llegando hacia el azul, que es lo más triste, melancólico y complicado de una relación. El disco es una nota de voz no enviada.

Empieza con el sonido que sale al enviar una nota de voz en WhatsApp. Refleja toda una historia de amor hasta que estás a punto de salir de esta relación porque ya no te hace bien. Cuando vas a decirlo y vas a mandar la nota, decides cancelar. Por eso el disco se acaba así.

Al no mandarla, te quedas en el mismo lugar. Es una especie de loop, así lo pensamos.

Es una historia de amor que se desarrolla a través de las redes sociales. Me interesaba hacerlo porque quería hacer una especie de archivo histórico de cómo nos comunicamos hoy. 

¿Cuándo conocés a BORJA? Hacen un buen equipo de composición. Escribiste un par de tracks en su álbum debut, ‘rimas del verbo amar’. Es evidente la complicidad, comparten sensibilidades. 

Lo conocí en 2013 mientras estudiaba música, desde que lo conocí tuvimos una gran amistad. Pasaron los años de formación musical y poco a poco fuimos quitándonos la pena de escribir juntos. Es esta sensación extraña de escribir alguien que conoces muy bien. A veces da pena, ‘¿qué va a pensar de mis propuestas?

Un poco antes de ‘LOS FELIZ’ empezamos a hacer este equipo de composición, somos una mancuerna. Él escribió cinco o seis temas de este disco conmigo. Tiene un gran peso. En su disco, tengo dos temas. Se siente mucho su pluma en este disco y me gusta. Es un artista con una sensibilidad muy especial. Le es fácil improvisar.

¿Pones un track y que empiece a decir cosas sin pensarlo, de una? No tengo esa velocidad. Soy más de sentarme y estar un rato con la pluma dándole vueltas. Pienso el concepto y quiero amarrarlo bien. Él tiene esa facilidad de hacerlo de una vez. Le admiro y agradezco que haya dejado su marca en este en este disco. 

Dice mucho de vos que permitas entrar a otros a ese proceso. Trabajaste con Ferraz. ¿Lo que está haciendo con el Latin Boogie?

No se habla lo suficiente y deberían de. Ferraz es increíble. Es un artista culto. Soy fan, no solo de él como artista, productor y compositor, sino también como DJ. Una vez lo vi hacer un set en el after de Vanessa Zamora y me voló la cabeza. Bailé más que nunca en mi vida. Le dije, ‘oye, necesito que toques en mi cumpleaños’. 

Tiene un vocabulario musical impresionante. Sabe muy bien lo que funciona y con qué. En sus proyectos se refleja. Es un alma vieja, musicalmente hablando. Con él escribí ‘dejarse querer’, que creo es mi canción favorita del disco. Es diferente a todo lo que había hecho antes, pero está muy bien lograda. Se siente como una especie de indie. Incluso la siento medio argentina, me recuerda a Bandalos Chinos, Conociendo Rusia. Me parece muy interesante la combinación que hicimos. Queremos mucho a Ferraz (risas).

Trabajaste con artistas como daniel sabater, Kany García y Samantha Barrón en la composición de este nuevo disco. Cinco años atrás no tenías esa capacidad de convocatoria. ¿Cómo vivís este momento en tu carrera? 

Qué buena observación, nunca nadie me lo había dicho y qué chido que lo veas. Mi primer disco, que salió hace cuatro años, lo escribí solo. Tengo una co-autoría con Raquel Sofía, una artista de Puerto Rico. Este disco lo escribí acompañado de artistas increíbles. Como dices, cada vez uno va creciendo más como para invitarles a escribir.

Cuesta escribir con alguien más para lo tuyo. Lo siento tan personal que, a veces, me cuesta trabajo dejar entrar a otras personas. Es difícil entender que eso te va a sumar muchísimo, que te va a abrir la cabeza y tu mundo musical. En comparación a mi primer disco, ha sido muy diferente el acercamiento a la composición. Me encanta.

Además, a mí me gusta mucho escribir para otros artistas. Es algo que he estado trabajando. Salió una canción en el disco de Diamante Eléctrico. El año pasado escribí para Kenia Os, Esteman, Vale. Para mi proyecto, me ha costado escribir con otras personas. Fue un gran paso hacia adelante. 

azul’, junto a Vacación, es el remix que no sabía que necesitaba. ¿Por qué no entró al disco? ¿Por qué lanzarlo como single posterior? 

Lo teníamos pensado antes de que saliera el álbum. Me parecía una canción muy chiquita, cortita, acústica. Es de las pocas que son solo guitarra y voz en el disco. Me gustaba la idea de hacerla solo. Ya que la estábamos escuchando, alguien de mi oficina dijo, ‘¿y si lo hacemos con Caloncho y El David Aguilar?

Un sueño para mí, pero lo veía lejano. Cuando uno ve a sus artistas favoritos, a quienes uno ha escuchado toda la vida, ¿cómo les voy a decir que se unan a esta canción que ya está escrita? ¿Una canción que ya tiene una sonoridad, un estilo y que es mía? Uno, a veces, hace menos lo suyo. ‘No sé si quieran, lo dejamos pasar un poquito’.

Hasta hace unos meses les planteamos la idea y les encantó. Fue un sueño, literalmente. Empecé a escribir, en gran parte, de la manera en que lo hago por Caloncho. Me acuerdo escuchar ‘Palmar’ y decir, ‘¿qué es esto? ¿Qué es ‘Chupetazos’? ¿Qué es esta vibra tan buena onda, tan chida?’ Era todo tan diferente, sobre todo en la música en español.

No había escuchado algo así. Círculo completo el sacar una canción con él y con El David Aguilar. Los tuvimos presentes en la universidad, en las clases de composición. Se siente como ‘check’ en el bucket list.

¿Cómo cerrás el año? ¿EP de remixes en el futuro? ¿Más fechas a la gira?

Estoy escribiendo, un montón. Estoy escribiendo para lo que sigue porque ya sabes que no se puede parar. Uno tiene que estar picándole al cerebro a ver qué más. Afortunadamente, siento que ya me di un tiempo. Dejé que reposara y se le ocurrieran más cosas. La gira empieza el 11 de agosto en Guadalajara. Tenemos la gira nacional, nos aventamos y cerramos en la Ciudad de México, en diciembre, en el Auditorio BlackBerry. Va a ser muy especial. 

El año pasado fui a Sudamérica, Argentina, Chile, Ecuador, Colombia, Perú, Venezuela y me falta Centroamérica. Queremos ir. 

Si estás enfrente de una puerta, tocás el timbre, ¿quién te abre?

Mi mamá, siempre.

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Martha Elisa Estrada Cortez

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