Méne, El Chico Maravilla
Y sí. Hay jovenes promesa y está Méne. Con acento en la e.
El mexicano es un escritor, productor y artista multidisciplinario, que experimenta con música desde los 11 años. Ahora, con 21 cumplidos, recién empieza una nueva etapa. Se nota. Transmite paz, emana felicidad. Está pasando por un muy buen momento. A pesar de tener un año lleno de cancelaciones y cambio de planes, estos cambios imprevisibles le ayudaron a crecer personalmente.
Toy Selectah, su manager, cree en él. Hay expectativas, por ser puntual en el sentimiento.
Con la excusa del #FestivalMarvin 9.5 platicamos unos minutos con Méne acerca de qué suena su música y los colores que le acompañan, el nuevo EP, lo que viene, las colaboraciones que podemos esperar, su relación con Toy y cómo se ha mantenida unida la nueva escena de Monterrey.
–
¿#Aquésuena Méne?
Me he puesto a investigar mucho porque no soy una persona melómana. Empecé a escuchar música con pasión, yo creo, hasta los 11 años. Considero que tarde. Justamente estaba hablando con mi papá, ayer, y le digo “nunca he escuchado una canción de los Beatles”. Y él, “¿qué te pasa?” (risas). En mi adolescencia, a los 16 años, escucho a Drake, The Weeknd, Tory Lanez. Todo ese sonido canadiense que vino que era súper R&B, y quedé enamorado.
A pesar que ya hacía música, desde los 11 años, inmediatamente cambió mi perspectiva musical. Me encantaba eso. Me acuerdo como si todos los días fuera invierno. Mi música es como si fuera invierno, haz de cuenta. Oscurito, con friíto, ganas de ponerte una sudadera, agarrarte un café y sentarte a escuchar. Así lo describo. De sentimientos te diría, un poco pasional, pero tranquilo y suave. Amoroso.
Hablemos más de ‘La Luz’. Un EP cortito, muy directo también. ¿Hace cuánto venías trabajando en este material?
Fueron solamente 4 canciones. Coincido con que es un material corto. Lo venía trabajando de hace dos años. Y no en un modo de cada día irle cambiando cosas sino, yo a los 18 lo grabé y salió a mis 20. Fue un cambio raro porque a la mitad de ese EP me dá una depresión severa. Paré todo. Yo no lo paré, el mundo paró, así de “no sé qué estoy haciendo, qué está pasando por aquí”. En el momento en que me recuperé empezamos a reactivar las cosas.
Empezaron a suceder cosas buenas alrededor del EP, sin ni siquiera salir. Se dá la oportunidad de soltarlo este año. Yo ya estaba trabajando en mucha música. Si no salía ahora, ¿cuándo iba a salir? Llevó dos años, y la parte más bonita no es “sí, que esta melodía, metele a las clases de canto, haz esta otra cosa,” sino de “oye, párate de la cama”. Ese fue el trabajo más difícil para mí. “Échale ganas en el día, no tengas estos pensamientos, respira. Sal de rutina, sal de esos círculos viciosos”. Yo creo que eso fue el mayor trabajo para este.
¿Cómo hacés para que esto que construiste hace dos años pegue con el estado en el que estás ahora? Sónicamente, tiene que haber un cambio también.
De hecho, ahora estoy trabajando en otro proyecto que suena ya a hoy. Pero, lo escucho y digo que esa es mi música de hace dos años. Justamente estoy leyendo un libro que se llama ‘Free Play’; habla acerca de la improvisación en el arte y la vida, la cultura asiática y el TAO. Esto lo necesitan los artistas en el diario. Ser el uno con el todo. Hoy en día estoy recuperado, me siento muy estable. Ya no siento eso que sentía cuando estaba pasando por eso. En el momento que yo acepto esa parte mía, que mañana, a lo mejor, me levanto triste, lo acepto. Lo que hace que esté hoy conmigo todavía y siga sonando a 2020 es que lo acepto mucho. Yo lo proyecto hacia mi gente, a quiénes lo escuchan. Es para los momentos en que estamos tristes.

¿En qué estás trabajando ahora? ¿Algo para ti, produciendo para más gente?
Pase lo que pase, yo voy a agradecer este año. Me cancelaron mi primera presentación en un festival. Pero, cómo son las cosas porque sale la oportunidad del #FestivalMarvin. Llevaba dos años queriendo salir en el Marvin. ¡Por fin se dio! No importan las circunstancias, lo soñé y se dio.
Pasa que también aprendí muchas cosas en la caída de los conciertos. Empezó a enseñarme más sobre mejorar las cosas que no eran de música como mi relación con los demás, conmigo mismo, de lo más importante. Todas estas canciones que he hecho han sido producidas por alguien más. Creo que hoy estoy listo para hacer algo por mi mismo. Ya pasé por lo que tenía que pasar, solté lo que tenía que soltar. Vi la luz. Ahora, ya no quiero tener que sacar algo. Voy a hacer lo que necesite hacer.
El álbum empezó como cuatro canciones, otra vez. Pensé en un EP de cuarentena. Me empezó a gustar mucho. Es algo a lo que no suena mi música que está fuera. No es que sea diferente, pero soy el yo de ahora. Igual que con el otro, lo tengo que aceptar. Empecé a hacer eso, y de repente eran seis canciones, después ocho y vamos por nueve. No sé si van a terminar siendo esas, pero llegué al límite que podía.
Fui con Toy Selectah, mi manager, con Miguel Machado, mi productor, y me dijeron “vamos a llevarlo al próximo nivel”. Hubo un click en mí. Este es mi bebé ahora. Lo sentí tan amigable, todo lo que estaba sucediendo alrededor mío. No lo hemos terminado porque está difícil hacer lo que quiero, pero llevamos dos canciones y es algo increíble. Yo ya quiero que salga. Me faltan seis canciones, y yo ya quiero que esté fuera para que la gente entienda lo que estoy sintiendo ahora.
Como hablé de los colores oscuros, yo un día llego a la casa muy contento, regresando del estudio. Cuando me levanto, al siguiente, digo “color naranja, quiero una chaqueta naranja para la portada”. Ahora todo se ve naranja, alrededor del EP. No sé qué tengo con eso.
¿Cómo llegás a estar con Toy Selectah?
Yo lo quiero tanto. Él ha sido una persona muy buena conmigo. Yo lo conocí cuando tenía 16-17 años. Estaba en pláticas, de muy joven, y él me dice “vamos adelante muchacho, si tu quieres confiar en mí, hazlo”. En ese entonces, no estaba seguro de irme a vivir a Ciudad de México. Tenía ofertas de varios clubes de manejo. Mi vida estaba a punto de cambiar muy drásticamente si a esa edad dejaba de vivir en casa de mis papás. Toy Selectah me dice, “dame la oportunidad. Mira todo lo que he hecho a lo largo de mi vida. Quédate aquí unos añitos más, no la riegues. Yo te lo digo como si fueras mi hijo. No te vayas”.
Habló él con mis papás, fue el único que se acercó a ellos de todos los que querían trabajar conmigo. Ellos me dicen que lo ven como una muy buena opción, yo pensaba lo mismo. De repente, cuando me dá la depresión, él fue de las personas que más acerca estuvieron ahí. En ese momento pensé que el era de mi trabajo, no es que sea mi amigo, familia. Pero, él atento. Me escondí seis meses, en ese periodo depresivo. Cuando salgo me lo topo en un festival, y yo le digo “Toy, estoy listo para trabajar”. ¿Sabes qué me dice? Me agarra de los codos, “muchacho, ¿estás bien?” y me dá un abrazo.
Como para pegar una lágrima.
¡Sí! Quiero trabajar más con él, pensé. Ha sido una persona excelente, obviamente en el plano musical es un genio también. Nomás platicas media hora con él, y te vas con algo para platicar toda la semana con los demás.
La colaboración que hicieron con Noa Sainz es de mis canciones favoritas de este año. Me gusta ese lado pop. ¿Lo que vienes trabajando trae algo de esto o sigue en la línea de los últimos lanzamientos?
Sí, más poperón, de baterías orgánicas, guitarra. Imagínate, yo toda la vida siendo más sintético, oscuro.
Yo la quiero mucho a Noa, desde que la conocí, es para mí como una maestra. No en el sentido que me enseña algo, aunque sí lo hace, pero es un alma vieja. Es increíble pasar el tiempo con ella, platicarle. Un día estábamos hablando por el grupo de whatsapp, del sello que pertenecíamos todos, todavía, de hecho. NWLA es. Ella nos dice que va a tocar en el Hellow, en Monterrey. “Méne, ¿te quieres subir a cantar esta canción conmigo?” y me manda una canción con otro verso. Le mando un texto por privado y para decirle que quiero escribir yo algo, y si no le gusta, está bien también. Me dijo que sí.
Yo así, en modo productor, cortaba partecitas de la batería, todo, para poder dejar el verso libre y canto eso. A ella le encantó y la hicimos. Fue padre porque si yo estuviera en el mood de cosas oscuras, nada más, no pasa.
¿Con quiénes más tienes canciones listas por salir? ¿Algo con YOSHI, Nsqk? ‘Tecate Freestyle’ es de esas rolas que te ponen de buen humor.
Con YOSHI, él produjo una canción conmigo y Lil Benjas, uno de mis mejores amigos de aquí. Muy bueno él. Con Nsqk tenemos un EP de 6 canciones. No lo hemos podido terminar. En ese sale una canción con Noa, es el única feat. La terminamos de grabar hace una semana. Estamos tan ocupados con nuestros propios proyectos que no hay fecha de salida aún. Lo estamos dejando en standby.
Mandé a hacer una portada. Soy de esos chavos que sueña algo, y al día siguiente está ya en mi proyecto. Un día sueño que Rodrigo y yo estábamos en una pintura. Yo no sé si había estado viendo La Danza de Matisse y le digo “tenemos que estar en esa pintura para la portada, no me importa nada”. La mandé a hacer. Todo ese álbum es en esos colores. Aunque fue después, sí se parece a las canciones y a las demás. Ha sido algo genial, un maestro para mí.
¿Cómo te preparas para el #FestivalMarvin 9.5? ¿Qué podemos esperar de tu set para este nuevo formato?
Ya se grabó. Tenía preparado llenar de maletas. Yo he pensado que todo este tiempo he estado mudando, cambiando de género, lugares donde trabajo, todo. Voy a poner una maleta y ropa tirada. No me importa que se vea feo, yo lo siento así. Sí intenté lo de los colores, pero igual iba a tocar solo 1 canción del próximo EP. Toco tres canciones, un poco de todo. Al final, el escenario estaba un poco chico. Nada más puse una playera que tengo. Me agarró algo un día, fui al súper, compré la playera, le hice tie-dye y le puse atrás una frase del nuevo EP, “tenemos tanto ya sin hablar”. Al final, la dejé en el dj booth.
¿Qué estás escuchando?
Buenos Aires de Nathy Peluso. Increíble. Ese álbum, me pone loco en la carretera. Está muy bueno. Te voy a pasar una playlist con todo lo que he estado escuchando. Sen Senra también. Música en español. Refugee, que pertenece al colectivo en donde está Rodrigo, no pedí permiso.
Monterrey tiene una escena fuerte, ahora mismo.
¡Sí! Es una historia muy bonita. Hubo una escena en la que salió una camada de súper artistas regiomontanos hace como quince años, diez. Empezó a tener mucha fuerza, hasta el Gobierno empezaba a pagar para cantar en lugares públicos, muy padre. Haz de cuentas que gente como nosotros, chavitos. Sonaba muy bien todo. De repente vino una ola de narcotráfico muy fuerte en México y murió esa escena.
Como yo también veía que estaban estos chavos, un día con Cuis Lerda, también de no pedí permiso, dijimos “hagamos algo, no podemos dejar tanta gente en el aire”. Le llamamos ‘La Escena’. Nada más. Empezamos a platicar con cada uno de los artistas que estaban. Al principio eran 30, ya somos 70. Era de “oye, no nos debes nada, no te debemos nada. Solo hay que juntarnos de vez en cuando. Hagamos un grupo de whatsapp, en donde estemos todos y podamos platicar. Si pasa cualquier cosa que nos moleste, lo hablamos ahí, si pasa cualquier logro, te felicitamos ahí”.
Fuimos creciendo. Ya somos varios entre cantantes, productores, diseñadores, dueños de marcas de aquí. Empezábamos a tener eventos mensuales en Aparato. Los djs tocaban un set, había fiesta y canciones unreleased que iban a salir el primero de todos los meses. Se llenaba mucho, pero llegó la pandemia. Ha estado creciendo mucho el grupo en diferentes aspectos. Nada más estamos esperando que se reactive todo.
¿Qué hacés cuando no hacés música?
Soy una persona muy introvertida, en términos de creación. No me gusta estar con alguien. En el momento que me salgo de esa burbuja, me encanta estar acompañado. Me la paso con dos o tres personas, tampoco mucho, pero me la vivo pegado a ellos. Me la vivo estando con ellos. Soy estudiante también, en mercadotecnia. Solo para tener contentos a los papás (risas). Con ellos me llevo muy bien. Soy una persona, afuera de la música, muy simple. Soy fácil para llevar, llevadero.
Si estás enfrente de una puerta, tocás el timbre, ¿quién te abre?
Está preciosa la pregunta. Creo que sería conmigo mismo en el futuro. Ojalá se me cumpla.