Lucía Tacchetti irradia confianza y queremos más de eso
Lucía Tacchetti está destinada al estrellato. Si no lo saben todavía, es momento que alguien se los diga. No se puede negar, sabe hacer música. Como si fuera poco, tiene la personalidad para transmitir esos sentimientos tan personales a un público completamente desconocido sin arrepentimientos. Es confianza pura.
La joven artista argentina presenta su nuevo sencillo, 1K Agujas, junto a Isla de Caras, y hay vídeoclip incluido. Una canción muy personal, llena de melancolía, sintetizadores y una melodía memorable.
Aprovechamos la ocasión para charlar de todo un poco, es cierto. Cómo surge esta nueva canción, de cómo el electropop te libera para crear, el proceso para el disco que se aproxima (sin título anunciado todavía), la importancia de cantar en español y Floricienta. Sí, leyeron bien. Puedo decir que ha sido una de mis charlas favoritas.
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¿#Aquésuena Lucía Tacchetti?
Lucía: Uy, es una pregunta muy difícil (risas). Yo siempre digo que es como una fusión, quizás encasillado en electropop porque tiene condimentos electrónicos. Las canciones son muy pop, pero en realidad yo siempre digo que me gusta liberarme de estilos. Hay canciones que me piden que vaya para un lado. Me gusta jugar con algunos elementos, beats del trap, no al 100%. A lo mejor me parece que hay otra canción que necesita cuerdas, y me gusta sentirme libre de no encasillarme en un estilo y modo de tocarlo. Es verdad que todo sale de sintetizadores, y quizás se considera electrónica, pero es eso. Mantengo cierta intimidad en las letras, honestidad pura en lo que canto, y mensaje. Esa es la fusión. Mi voz y las letras van por un lugar, y abajo lo acompaña un universo que puede irse muchas veces para lugares que ni yo me imaginaba. Por eso me cuesta definirme en un estilo.
1K Agujas tiene esos synths upbeat, pero tristones al mismo tiempo. ¿Fue esta la idea original de la canción? ¿Era más triste al principio?
En realidad, esa canción siempre fue dirigida hacia ese lugar. Habla de una pérdida y todo el dolor que representa. Desde la letra había cierta nostalgia dirigida a esa persona que ya no está. También desde los synths buscamos generar eso mismo. Era una canción que a mí me costaba mucho porque no sabía si estaba preparada para abrirme tanto, y tener un sentimiento de tanto dolor.
Después encontramos este lado B, que la canción va hacia otro lugar, mucho más alegre. Sentí que a esa situación dolorosa, familiar en mi caso, le dí un quiebre a honrar esa persona. Que sea parte de la vida, salgamos adelante y bailemos. El vídeo terminó encausando a ese lugar. Finalmente, estoy muy contenta con todo y cómo se fue acomodando. Es cierto que la primera parte es triste y nostálgica porque está direccionado hacia ese lugar.
De hecho, lo que ha salido lo siento feliz/triste. El electropop tiene esa versatilidad. ¿Siempre te gustó este género?
No, en mi caso en particular, lo descubrí hace cuatro años que empecé a investigar. Yo tocaba el piano clásico. En un momento me compré un piano que tenía sintetizadores, órgano y un par de cosas más. Inicié a jugar desde ahí, tenía una loopera, con estas cosas cíclicas y esto de generar canciones con una especie de loop. Ahí descubrí este universo; no me quiero ir de ahí porque me gusta mucho.
Me parece muy libre, puedes irte a cualquier lado. Lo mismo en el vivo, la paso muy bien porque puedo modificar las canciones que estoy tocando y filtrar sonidos. Eso me dá un disfrute que antes no tenía. Saqué antes un EP, muy acústico, y no tenía eso. Simplemente tocaba, y era lo mismo. En mi caso, me resultaba que me faltaba algo. Disfruté esa etapa, pero me daba cuenta que estaba buscando algo más.
Lo primero que pienso que escucho el término electropop es Miranda! Tengo muy grabado en la memoria cómo se sintió el impacto de Don en MTV, en esa época, y la radio. Estaban en todos lados. No sé si en Argentina fue así. ¿Alguien que te haya causado esa impresión con este sonido que haya influido en lo que hacés ahora?
Ellos son una gran referencia argentina también. En el momento que salen con esa música, vistiéndose de ese modo, fue súper disruptivo. Yo recuerdo que tenía 14, 15 y para las fiestas de quince, sonaba en todas. Miranda! era un boom total. Para mí ellos son unos grandes en el pop, y nos marcaron muchísimo. Todo lo que vamos escuchando nos va quedando en algún lugar de la cabeza, que después la remontás.
También soy súper fanática de Javiera Mena. Ella también me marcó mucho con sus canciones, álbumes. Por este sentimiento de que vienen de una región similar a la mía o la misma, y pueden hacer todo lo que hacen. Pueden girar, tocar en vivo. No solo son referentes en la música sino en la carrera que hacen. Me gusta su manera de tratar a los entrevistadores, moverse en el escenario. Para mí, el artista es todo. No es solo que te guste la música.
Llevás seis singles, ya sale para EP. ¿Por qué hacer un disco? ¿Tenías la necesidad de contar esta historia en un formato mucho más completo?
En realidad, viene de una búsqueda que tenemos del año pasado y octubre nos enteramos que íbamos a tocar en Lollapalooza. Un poco conmovidos por esa felicidad, dijimos, ‘bueno, presentemos disco’. El verano fue un momento a full para meterle energías al disco. Ahí empecé a componer; en Noviembre y Diciembre compuse la mayoría de las canciones. Ahora que pasó todo eso, también tomó mucha fuerza porque le encuentro más sentido a sacar un disco. Ya que pasaron tantos meses sin tocar en vivo, nos pareció bueno.
Sacamos más simples de los que íbamos a sacar, honestamente. Lo entiendo como parte de este periodo. Estamos viviendo un momento muy especial; quizás, sacar un disco en Mayo, hoy en día no tendríamos nada más que hablar. Nos gustó sacar simples, y estirarlo lo más posible para llegar con disco nuevo para, ojalá, tocar el año que viene. Es como que todo se fue modificando en el camino, lógico. Ahora entré en ese proceso, ‘este simple que saqué en Abril, ¿entrará o no?’. También fechas del disco, que quizás en marzo no lo hubiera podido hacer.
No solo componés, sino que grabás los sintetizadores y programás. Noto que has ganado mucha más confianza desde el primer álbum. ¿Cómo se traduce esto al show? ¿Interacciones con tu audiencia, composición?
Muchísimo se ve eso. Yo siempre cuento que el primer recital que di, tocando una guitarra, miré el piso las cinco canciones que toqué. Lo vi, fija. No podía ni levantar un poquito la mirada. Con el tiempo, y este set que es mucho más bailable, energético en el escenario, empecé a ganar mucha más confianza. Me cuesta porque me pasa algo gracioso. Yo, por dentro, siento que me estoy moviendo, bailando descontrolada, veo un vídeo y el movimiento fue nada (risas). Es raro, siento que falta ganar esa fuerza de escenario.
Sí es verdad que cuando te subís al escenario y estás conectado con el público, es una sensación muy especial. Sale una parte de mí que no sale en otro momento. Estoy a full, conectada, bailaré más o menos, pero estoy muy metida con lo que está pasando. Antes me costaba más, no disfrutaba tanto el vivo. Era todo temor, y después de un par de cosas que me han pasado en el escenario, vas aprendiendo a que ya está, hay que seguir.
Juan Stewart ha estado presente como el productor de estos sencillos. Escuché un poco de lo que ha sacado, y me hace completo sentido que estén trabajando juntos. ¿Cómo se complementan ustedes?
Muy bien nos complementamos. Desde VOL.3D, mi disco del 2018, empezamos a producir juntos. Antes él había mezclado algunas cosas, pero no habíamos hecho trabajo de producción. Soy muy admiradora de él. Me gusta muchísimo lo que hace, una persona increíble, y eso es importante a la hora de trabajar con alguien. Es súper generoso, y me siento muy libre en mis opiniones. Respeta mis gustos, que a lo mejor a él no le gustan tanto, pero yo las quiero poner y me dá un ‘sí, dale, vamos’.
Para mí, eso es importante; que todas las partes puedan ir cediendo un poco para lo que hace bien a la canción, lo que se necesita. En él encontré eso, muchísima camaradería. Admiro su trabajo y es súper profesional. Me hace muy feliz trabajar con él. Se nota en este disco que ya venimos trabajando de 2 años, esto que ya nos conocemos. Llegamos a resultados mucho más rápidos, que al principio.
Empezaste a escribir el año pasado. ¿Crees que el sentimiento general hubiera sido el mismo si el inicio del proyecto fuera en el 2020?
Sí, completamente. Todos estamos bajo las mismas emociones. Igual, estuve haciendo canciones nuevas, las sigo trabajando. Estoy con ganas de que entren al disco. Creo que habrá un mix; como te decía antes, tuvimos tiempo para pensar todo y plantear que también en ese proceso me dieron ganas de hacer canciones nuevas. Está ese ambiente cuarentena. Estoy viendo cuál es el resultado general de todo. Si entran estas nuevas, habrá una mezcla de Diciembre y Junio.
Me gusta el arte para este rollout. Veo un tema, pero no puedo contar la historia completa todavía. Contáme más acerca de esto.
No es que haya una historia puntual. Nos gusta que las tapas tengan todas la misma dinámica. En este caso fue Lucila Taba la que ilustró todas. No fue planeado que tengan una historia. De algún modo, cada tapa tiene que ver con el simple. Laberinto, a veces se nota a veces no, pero es como si fuera un laberinto de espejos. Con Gritan Fuerte, una piedra, una montaña casi, y es una fortaleza. Cada una tiene una conexión con la canción, pero no entre sí. Lo más loco es que son paisajes, objetos, está por ahí el universo, pero no se conectan del todo. Fueron saliendo en diferentes momentos, no existía el disco. Me encantaría tener todo previo, pero no sucede siempre. A veces vas trabajando en el momento.

La reinterpretación de El Magnetismo me parece increíble. ¿Cómo te va cuando la tocas en vivo? ¿Otro cover que hayas hecho y no haya salido?
De hecho, no la toqué en vivo. Esta canción nació de la cuarentena y el streaming. La hice para un festival español; con esta necesidad de que tal vez se repetía el público en los primeros días, empecé a preparar algún cover diferente para cada show. Cuando la toqué en el vivo/no vivo, tuve buena repercusión. La gente me escribió, y lo pensé en grabar en casa, para ver cómo queda.
Después surgió la posibilidad de un disco que hicieron en Brasil de canciones que tengan conexión con la cuarentena, y yo sentí que era letra era full para esto. Ahí me decidí mezclar bien. Cuando mandé el resultado al equipo con el que trabajo fue de ‘saquémoslo en Spotify’. No estaba en mis planes, para nada, sacarlo. Estamos contentos porque tuvo una llegada a un público nuevo que no conocía y quizás sean fans de El Mató. Estuvo buena esa unión, esa conexión. Para mí, puntualmente, esa canción es un himno.

Hablemos de Argentina. ¿Cómo es la industria allá? ¿Cómo empezás siquiera? ¿Tenés que vivir en la Capital para que pase algo?
Yo soy de la provincia de Buenos Aires, pero de lejos. Soy de Valla Blanca, como a 600 kilómetros de la Ciudad, ¡lejísimos! Hay lugares donde podés generar una carrera. Hay puntos importantes en Argentina, como Córdoba, Rosario. No es que no se pueda porque hoy en día, con Internet, hay millones de talentos que pueden ser descubiertos de todos modos. Sí, es verdad que siempre que estés en una ciudad que tiene mucho movimiento cultural crecés más vos también. Podés ver más bandas, participar de ciclos.
Yo creo que si no hubiera vivido en Buenos Aires en ese momento, no sé si me animaba a hacer música. A mí me influyó muchísimo el lugar en donde me mudé. Empecé a tener amigas que iban a recitales, shows, diferentes. En mi ciudad, no iba siquiera a eso. Conocí a más gente, me rodeé de otros circuitos. Sentí en la ciudad que nadie me miraba, que a nadie le importaba lo que yo hacía y me empecé a animar más. En mi ciudad, si bien no es chiquita, es grande de hecho, tiene esa cosa del qué dirán. A veces a uno le pasa eso. En eso, sí tiene que ver la ciudad, en el anonimato, nadie te conoce, no pasa nada. Podés subirte al escenario, y no va a pasar nada. Ayuda que hay más industria en Capital, hay más estudios de grabación, lugares para tocar, más músicos, radios. Eso sí influye, te ayuda a crecer.
Vi que tenés la mayor cantidad de escuchas en Buenos Aires. ¿Es un país que apoya lo propio? ¿Sí se siente el amor de parte del público local?
Sí, sí, sí. Es un público pasional y todo lo hace propio. Como todo, igual que en todos lados, lo de afuera siempre parece espectacular. Eso va a pasar siempre, pero sí hay cariño. Sí te apoyan te van a ver en vivo. Hay un feedback que es lindo y es bueno. Hay un movimiento independiente que va a ver bandas, le gusta ir a festivales. Eso sí que existe. Yo creo que está bueno viajar, ganar territorio yendo a los lugares, por más que no te inviten a tocar. Ir, igual, y lograrlo ahí. Conocer a la gente, moverse.
Hay que ir, como sea, y buscar el modo. En Argentina fuimos a varias ciudades, muy a pulmón. Es grande el país, así que está bueno moverse, transitar. El año pasado fui a México, por primera vez. Estuvo increíble. Fue mucho más armada, con prensa. Fue la primera gira sólida. Fui dos veces a SXSW, y eso fue increíble. Me abrió la cabeza, entendí la industria, cómo era ser músico, que se podía vivir de esto. En el 2018 fui por primera vez a España, y toqué también, a pulmón. Ahora, espero volver con una gira mucho más consolidada.
Igual que la gente por allá es igual de pasional. Creo que si cantas en español, la conexión que lográs, es distinta.
Total. De hecho, es algo que al principio, no lo pensé. En algún momento recibí comentarios de ‘cantá en inglés porque ayuda’. Hice algunas; cuando podés decir algo en tu idioma, en tu manera de decirlo, es un abismo la diferencia. El modo en que lo planteás es otro. El inglés no va a dejar de ser una lengua, que por más que la hables bien, no es propia. No la tenés incorporada, al menos en mi caso. Me gusta, y me parece buenísimo cantar en español.
No me deja de impresionar lo importante que son las tiras en el diario vivir de mucha gente. Además, una industria tan interesante. El hilo conductor ahí es Juan Gil Navarro, sin duda. Muy fan desde Floricienta, grité en el estadio cuando vinieron aquí. Me dio por ver Graduados hace poco y Mi Amor Mi Amor en cuarentena.
Sí, sí, sí. Yo era muy fanática de Floricienta, así que estás tocando un punto débil (risas). Es una locura. Vi hace poco el documental de Natalia Oreiro. Es increíble, ese fanatismo de otro país, que nada que ver, y en Rusia ella es lo máximo. Me hace recordar a esto porque en Israel todo lo de Cris Morena era muy famoso.
Regresando. El soundtrack de ambas es súper bueno. Tuve que buscar a Elvio Gómez, que se ha encargado de varias ya, y mandarle un DM porque es un trabajo ideal, creo. ¿Alguna vez te pasó por la cabeza meterte en el mundo de la TV? ¿Detrás de escena, lo que sea que tenga que ver con la industria?
Me encantaría hacerlo, y siento que podría, obviamente con ayuda, pero sí. Lo más cercano que tuve fue, hace dos años, a un amigo mío que estaba haciendo la música para una película, Paisaje. Canté en algunas canciones, le ayudé con arreglos. Eso me encantó, fue una experiencia muy buena. Aprendí a componer con una temática. En la película te dicen bueno, en tal escena ‘esto va a pasar en esto, y estos segundos tienen que estar así’. Aprendés más del oficio de componer. Hay muchos estilos porque hay que adaptarse. Es un mundo que me encanta, componer con un propósito.
¿Qué está sonando constantemente en tu casa? ¿Tenés algo en repeat?
Sí, en la cuarentena estuve a full con una canción de Little Jesus, Lo Que Necesitas Es Amor. La escuché miles de veces, todos los días. También a full con Cupido, banda española, y los escucho sin parar. Voy teniendo épocas; en general, cuando me gusta una canción la escucho seguido. Después la dejo descansar. Me pasa que me olvido. Pasa 1 año, y vuelvo a escuchar esa canción y me digo ‘¿por qué no la escuché antes?’.
¿Te acordás de tu TOP 5 en Spotify el año pasado?
No recuerdo. Bueno, Little Jesus lo descubrí el año pasado, así que ellos estaban. Después Sylvan Esso, de Estados Unidos, me gustan muchísimo. También La Bien Querida, de España. Seguramente, El Mató, una banda que siempre escucho.
Yo tuve eso con Luis Miguel el año pasado. De re descubrir producción, y el equipo detrás. Me interesa entender la euforia colectiva.
¡Sí! Yo era muy fan de Chayanne, así que también entro en esa euforia. Lo bailaba en mi casa, creyéndome que me salían bien los pasos. Me gusta, igual, muchas bandas así. Mi gusto musical está conformado por Alejandro Sanz, y a la par escucho a LCD Soundsystem. Soy un quilombo, y me encanta.
No tengo ningún problema en asumirlo. Viste que hay gente que dice ‘esto es un placer culposo’, pues nada, cero. También las canciones que escuchaste mucho en una época, siempre te van a dar alegría. Sobre todo las de la infancia. Si escucho ahora el CD de Floricienta, me sé las canciones. Para mí representa volver del colegio y tomar la merienda, está buenísimo. Me gusta tener esos recuerdos.
¿Cómo cerrás este año?
En realidad, en cuanto a shows, ya estamos pensando en el año que viene. Aquí seguimos encerrados, no creo que se pueda volver a nada. Con el disco, el plan es que salga a fines de Septiembre, principios de Octubre. Yo creo, conociendo cómo está todo, es muy probable que salga algo antes de fin de año. Las canciones también se hacen de una manera distinta, ahora.
Nuestro único modo de conectar con el público es sacando música y estando lo más presentes posibles. Tengo ganas que llegue ese momento del disco y hacerle la prensa suficiente. Darle la importancia que tiene para mí. No descarto una colaboración, estoy abierta a que suceda ni propuestas. Será un año raro.
Literal, si se te mete que querés hacer un EP de covers de Alejandro Sanz, lo hacés.
Claro, y te lo dedico a vos (risas). Yo creo que tendría más escuchas de las que yo creo. Mi público puede estar ahí, o Floricienta, ‘porque me quedo muda’ hago una versión en electrónica. Me encantaría, la voy a hacer en privado y te la mando.
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Gracias a Constelación Naranjo por hacer esta entrevista realidad.
¡Felicitaciones Martha! Interesantísima entrevista